viernes, 31 de enero de 2020

Cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más



En el mundo exigente y competitivo de la actualidad, una manera de medir y medirnos es precisamente a través de logro de metas, metas que generalmente están materializadas en cosas que se obtienen, pero detrás de esas cosas siempre estará nuestra persona, por lo que el hacer, el tener y el ser deben cuidarse, cultivarse y trascenderse.

Yo creo que a todos nos ha tocado saber vía noticias de algún famoso, sea éste un cantante o actor, que termina de manera drástica sus días atentando contra su vida por el gran vacío existencial experimentado. Dado que uno solo ve el glamour que significa la fama tiende a creer que la vida de estas personas está plena llenándonos noticias como esta de asombro y estupor.

La frase “el dinero no hace la felicidad” todos la hemos escuchado, pero tampoco la falta de éste la garantiza, la cuestión como en mucho de la vida humana es el término medio, donde exista un equilibrio de los factores que nos hacen humanos y de los valores que llenan nuestras vidas, ¿y cómo lograr este equilibrio? No descuidando nuestro ser por nuestro tener.

La vida actual exige y exige mucho, en ocasiones incluso tenemos que decidir entre lo que pensamos y sentimos y entre lo que deseamos y queremos, esta lucha cobra mayor fuerza cuando la consecución de nuestras metas requiere (o al menos así lo vemos nosotros) el que traicionemos ciertos principios o valores personales, pero esto no es así.

Es verdad que en ocasiones no alcanzaremos la meta si es que no transigimos en ciertas formas de pensar, pero hay que aclarar: no la alcanzaremos de esa forma pero (y este es el gran pero que a veces se nos olvida) siempre hay más de una forma de alcanzar la meta.

Si tienes que traicionar tus principios, tus ideas, tus valores, en una palabra tu conciencia, para lograr lo que quieres, estarás pagando un precio mucho muy alto por la meta. Pero eso no es todo: habrás aceptado que la meta (sea la que sea) se erija como tu dueña y señora sometiéndote a las condiciones establecidas.

Por el contrario, cuando luchas y luchas y luchas, pero llegado el momento no sacrificas lo que eres para conseguir la meta a toda costa, tenlo por seguro que comienza a obrarse un milagro ya que te haces dueño y señor de tu vida, una persona que decide por sí misma, y en esas condiciones se abren no uno sino muchos caminos hacia la meta, y aunque así no fuera, créeme que lo que obtienes es mucho más valioso: tu libertad como persona y tu integridad como ser humano.

No confundas el tener con el ser, ambos van de la mano en esta vida pero el ser mueve al tener, pensar y aceptar lo contrario es perder nuestra esencia para someternos a los dictados de lo que deseamos obtener, así que no lo olvides cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/-U_q_RAnN14

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