jueves, 31 de marzo de 2022

¿Cometiste un error? ¡Excelente! Has descubierto un área de oportunidad de mejora personal


 

A nadie nos gusta cometer errores, equivocarnos, pero dada la misma naturaleza del ser humano esto es ineludible, lo que no es fatal es la actitud que podemos tomar ante nuestras equivocaciones viéndolas con un sentido proactivo de mejora más que con un sentimiento pasivo de recriminación.

 

Comencemos con un ejercicio que aplico en mis talleres de liderazgo, motivación y emprendedurismo: piensa en el peor error que hayas cometido en tu vida hasta la fecha, así es: el peor. Sé que a lo mejor no es agradable revivir momentos como esos, pero es necesario para el ejercicio. Una vez que tengas en mente ese error quiero que me señales al menos tres cosas que aprendiste del mismo y que te hayan servido para tu vida en la actualidad.

 

Fíjate cómo es que el énfasis en el aprendizaje está dado en cuanto a que te haya servido para tu vida actual. ¿Por qué hago este comentario?, pues porque cuando hago este ejercicio mucha es la gente que o por un lado no se ha puesto a pensar en lo que pudo haber aprendido de su error (¡menos tres cosas como pido!) o por otro lado ese “aprendizaje” lo expresa en términos negativos, por ejemplo “aprendí a no confiar”, “aprendí a no creer”, “aprendí a ser dura/o”, etc.

 

No voy a discutir mucho este tema pues no se trata de convencer a nadie de lo que aquí expresado es la verdad sino ponerlo a consideración de quien lo lea y que cada quien, si le sirve, lo use para su vida. Pero lo que sí puedo decirte, en el caso de los “aprendizajes” negativos (ve los ejemplos anteriores), es que desde mi perspectiva éstos nunca te dan, al contrario: te quitan.

 

Mira de nuevo esas expresiones como “aprendí a no confiar”, “aprendí a no creer”,

“aprendí a ser dura/o”, y muchas más que tal vez pudieran venírsete a tu mente y verás cómo es que no te dieron, sino que te quitaron. ¿Eso quiere decir que no puede aceptarse un hecho resultado de una experiencia negativa? No quiero decir eso, lo que propongo es presentar el aprendizaje como algo positivo, como algo que te sirva, vaya, como algo que te dé en vez de quitarte, que te haga crecer en vez de disminuir, que te haga más libre en vez de cada vez más prisionero del mundo y de los demás.

 

¿Será lo mismo decir “aprendí a no confiar” a decir “aprendí a ser más cauto/a”?

Yo creo que no. La primera frase quita la confianza en ti, la segunda no la elimina pero te da más herramientas y habilidades (así es: te da, no te quita) para que esa confianza sea un poco más sustentada y no tan en el aire.

 

Pero bueno, eso es una parte del aprendizaje de los errores o tropezones que podamos tener en la vida. La otra que mencioné al principio es cuando uno ni siquiera ha pensado en lo que pudo haber aprendido de una situación negativa. Si este es tu caso te sugiero revises uno, dos o tres errores que pudieras haber cometido y trates de sacar de ellos experiencias de aprendizaje positivas que te permitan tener mayores capacidades para enfrentar los retos de tu vida.

 

Con todo y todo falta decir algo: todo lo anterior no garantiza que nunca volverás a cometer errores, para nada, serán errores nuevos, diferentes, ya que tú mismo y la vida es cambiante, dinámica, y en función de eso se presentan nuevos retos que pueden ser abordados en ocasiones con éxito pero en otras no. La cuestión es continuar con la visión de aprender de las caídas y de salir mejor, renovado, de cada tropezón de vida.

 

Si nunca nos equivocáramos no podríamos sentir, sí, ese sentimiento desagradable que conlleva el error, pero tampoco esa sensación de ogro y conquista al irnos haciendo día con día dueños de nosotros mismos y de nuestro proyecto de vida, así que no lo olvides: ¿cometiste un error? ¡Excelente! Has descubierto un área de oportunidad de mejora personal.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/hxgatlkmd-Y

 

También puede descargarse gratis el libro  “Tu Palabra es Verdad -365 citas y reflexiones- Tomo 4”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)


jueves, 24 de marzo de 2022

La cima de la montaña te permitirá descubrir más montañas que están esperando por ti


Constantemente hacemos referencia a ese caminar hacia nuestras metas, eso pudiera dar la impresión de que así como hay un inicio hay un final, pero visto de otra forma ese final no es más que un nuevo comenzar.

 

Si vemos cada meta que logramos, cada objetivos que alcanzamos desde una perspectiva mayor, no hay camino con final; podremos llegar a una meta, pero una vez ahí surge otra, otra que en muchas ocasiones estuvo condicionada al logro de la primera, de esa forma nuestro caminar no termina sino que cada vez nos lleva no solo más lejos, sino más alto y hacia mejores estados de desarrollo.

 

Cada logro que obtienes, cada meta que consigues, no es más que un paso en tu andar infinito, un paso en el que el sentido de ese logro, de esa meta, la misma es  de ayudarte para los cientos, miles, millones de pasos subsecuentes que tienen que ver con tu andar por la vida.

 

Por eso me gusta hacer una reflexión en mis talleres de desarrollo personal y que es preguntar por una meta que cada quien tenga, para después de escucharlas preguntarles “y después de esa meta, ¿qué?”. Esa pregunta evidencia que en muchas ocasiones pensamos en una meta pero no la vemos como un paso más en nuestra vida siendo que mientras estemos vivos cada paso que demos nunca podrá ser el último.

 

No quiero decir con esto que en mente se deban tener todos los pasos que se darán en la vida, todas las metas, una tras otra, que dependerán de la consecución de la previa, para nada, lo único que estoy proponiendo es una mente abierta al cambio, al dinamismo de la propia vida, donde demos por sentado que seguimos avanzando y que ninguna meta, por loable, por excelsa, por superior que sea, puede considerarse como el fin de nuestro andar.

 

Con eso en mente quiero ahora que pienses en esto: cada meta te hace ascender a nuevos espacios de visión que no hubieras podido contemplar antes. Imagínate como en la escuela, el pasar de primero a segundo te permite entender más cosas, pero a su vez el pasar de segundo tercero, y así hasta que desarrollas una visión muy amplia y compleja de la vida. Igual las metas. Cada una te va habilitando para primero vislumbrar otras metas que tal vez no habrías pensado, y segundo para alcanzarlas.

 

Los logros que obtienes no son más que una muestra del potencial que tienes, de la capacidad que has desarrollado, pero no son el límite ni de lo que eres ni de lo que puedes desarrollar, así que no olvides que la cima de la montaña te permitirá descubrir más montañas que están esperando por ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/BfZjuq1gVCE

 

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jueves, 17 de marzo de 2022

Si no has logrado lo que crees merecer, revisa que no sea porque no has luchado lo suficiente


 

Luchar por tus sueños, metas y objetivos, todos hemos oído esa frase, pero  luchar contra qué? Obvio, algunos responderán, contra todos esos obstáculos y  retos que uno enfrenta, y está bien, pero la lucha también implica luchar contra uno mismo y lo que uno haga o no para lograr lo que se desea.

 

Empiezo con un ejercicio que en mis talleres de liderazgo, emprendedurismo y motivación les propongo: escribe una meta que a pesar de que te la hayas propuesto con ánimo y decisión aún no la hayas logrado, debajo de esa meta pon el por qué tú crees que aún no la has logrado. ¿Listo?

 

No sé si sea tu caso, en la mayoría de los ejercicios que hago sucede que la mayor parte de la responsabilidad en cuanto a las causas de no haber logrado la meta son externas. Mi trabajo, mi familia, la falta de oportunidades, la vida que hemos llevado, y un sinfín de etcéteras son los que se ponen como esas causas para no haber logrado lo que nos hemos propuesto, pero son pocos los casos donde la respuesta es uno mismo: yo no me he dado tiempo, yo no he buscado, yo no me he movido.

 

Repito: no sé cuál haya sido tu respuesta, si la mayor parte de la misma iba en un sentido de responsabilizarte a ti ya has avanzado la mitad del camino, si por el contrario le echaste la responsabilidad a factores externos te sugiero los veas de nuevo pues por experiencia sé que los factores externos si bien en ocasiones son muy importantes no nos definen en cuanto lo que podemos lograr o no, pero nosotros sí.

 

Esa es la lucha a la que me refiero con el título de este artículo: la lucha con uno mismo. Primero para no hacer o dejar de hacer aquello que nos impida llegar a donde nos hemos propuesto, pero segundo, y tal vez más importante, para no dejar de lado la responsabilidad personalísima que sobre nuestra vida tenemos.

 

Es muy cómodo achacar a los demás, al sistema, al mundo la responsabilidad de lo que no hemos logrado, cómodo y hasta agradable pues no nos hace sentir culpables en ningún modo. Pero cuando cambias de perspectiva y te enfoca en lo que pudiendo hacer no haces o dejando de hacer haces es cuando realmente estás en posesión de tus capacidades y puedes crecer hasta dominarlas sin adoptar el papel de víctima donde todo lo que nos pasa es lo que decide lo que somos.

 

Esa es la lucha principal, contra uno mismo, o más bien, contra las facetas negativas de uno mismo que constantemente buscan sabotear lo que deseamos lograr con nuestra vida. De esa lucha se desprenderán las demás, incluso contra los obstáculos que enfrentemos. Y mira que no minimizo lo que puede pasarnos, entiendo que a veces pueden ser cosas de consideración, lo que te propongo es cambiar el enfoque para pasar de una actitud pasiva donde lo externo nos domina, a una proactiva donde uno hace todo lo que esté a nuestro alcance por lograr lo que deseamos.

 

La vida es un combate constante, por lograr lo que queremos y, tal vez más importante, por realizarnos en lo que podemos ser, así que no olvides: si no has logrado lo que crees merecer, revisa que no sea porque no has luchado lo suficiente.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/VfInxF5INiY

 

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jueves, 10 de marzo de 2022

¿Sabes que es lo mejor del futuro? Que depende enteramente de ti


 

El futuro es incierto, totalmente de acuerdo, pero lo que si es cierto son las acciones que dependen de ti y que están en función si no de reducir esa incertidumbre sí al menos de realizar las acciones que creas te ayudan en tu caminar.

 

¿Tienes algún tipo de seguro?, ¿de vida, accidente, de salud?, ¿conoces a alguien que lo tenga? Estos ejemplos son muy sencillos para entender el concepto de incertidumbre respecto del futuro pero de acciones ciertas por parte de nosotros. Mira, si bien es cierto que el futuro es incierto, como en el caso de no saber si tendremos algún accidente o sufriremos algún problema de salud, también es cierto que hay acciones que nos llevan a él y que dependen enteramente de nosotros, como en este caso comprar un seguro para enfrentar aquellas contingencias.

 

De la misma forma que ese ejemplo, todo en tu vida funciona de la misma manera: hay cosas relativas al futuro que no dependen de ti, pero hay acciones que te llevan a ese futuro que sí dependen de ti. Sobre éstas hay que enfocarnos.

 

Hago esta aclaración que pareciera una verdad de Perogrullo ya que en mis conferencias y talleres de liderazgo, emprendedurismo y motivación, no falta, sino pública al menos privadamente, quien me señala que si bien todo se oye bonito (¡cómo si el fin último de la plática o el taller fuera hablar bonito!), la verdad aunque uno esté muy motivado y le eche todos los kilos las cosas bien pueden no darse e incluso darse en un sentido totalmente diferente.

 

Y a pesar de todo este tipo de argumentos son verdaderos, pero la motivación, el liderazgo y el emprendedurismo, al menos como lo manejo, no van en el sentido (infructuoso, diría yo) de pretender controlar todos los elementos que tienen que ver con nuestros sueños, metas u objetivos, sino más bien en enfocarnos sobre lo que sí podemos controlar, sobre lo que sí depende de nosotros, para ser eficientes en nuestros pensamientos y en nuestras acciones.

 

La frase título de este artículo no se refiere a que ese futuro de metas, sueños y objetivos dependa enteramente de uno y que no existan factores que puedan trastocar nuestro andar hacia ellos, nada más lejos de la realidad, ese futuro al que me refiero es el futuro personal donde uno llega y se siente satisfecho por haber hecho todo lo que estuvo de nuestra parte, independientemente de si los sueños, metas u objetivos se lograron total, parcialmente, o de plano no se lograron.

 

Ese es el futuro en el que quiero te enfoques, no el otro cargado de incertidumbre donde el resultado puede incluso deprimir si nuestra realización está en función de ello. El futuro de tu persona, donde la lucha se da, donde el límite se alcanza, donde lo último se logra, es cuando tu persona da el máximo e independientemente del resultado sigue avanzando.

 

No podemos esperar que todo lo que planeemos o ideemos se dé tal como se ha diseñado, pero lo que sí podemos hacer (y yo creo que más bien debemos) es dar siempre el máximo y nunca dejar de luchar, después de todo ¿sabes que es lo mejor del futuro? Que depende enteramente de ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/lVSzbzGEJnQ

 

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jueves, 3 de marzo de 2022

Nunca te conformes ni con una vida sin sueños ni con unos sueños sin vida


 

Una de las cosas más fascinantes de la vida es que lo que podemos idear lo podemos realizar, todo es cuestión de poner acción a nuestras intenciones, es así que podemos identificarnos como yendo por la vida con sueños en un bolsillo y logros en el otro.

 

En mis talleres de liderazgo, motivación y emprendedurismo es común que en alguna que otra actividad surjan como tema y como ejemplo las metas y sueños que los participantes tienen, en este sentido todos están de acuerdo en que siempre habrá algo que no hayan logrado y que quieran lograr, de ahí el referente a no conformarnos con una vida sin sueños, pero ¿pueden haber sueños sin vida?

 

Hazte esa misma pregunta ¿crees que puedan haber sueños sin vida? Si la respuesta es sí, ¿cómo serían estos? Yo digo que sí, que si pueden haber sueños sin vida, ¿y cuáles serían esos? Aquellos que prácticamente solo fueran eso: ideaciones sin mayor vida que nuestro pensamiento pero sin ninguna acción que los dinamizara.

 

Cuando en mis talleres junto estos dos momentos, es decir, aquel donde todos dicen los sueños que tienen y este donde les pido que en su interior los evalúen en función de las acciones que hay en ellos es cuando pasan cosas interesantes ya que si bien todos tienen sueños en su vida asombrosamente (incluso para ellos) hay quienes llegan a identificar que sus sueños no tienen vida, no hay acción en ellos.

 

Los sueños nos mueven, pero a la vez nosotros debemos mover a los sueños, eso a través de la acción en que transformemos la ideación que de cada uno tengamos, así que no lo olvides: nunca te conformes ni con una vida sin sueños ni con unos sueños sin vida.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/-rB1It_mAOM

 

También puede descargarse gratis el libro  “Tu Palabra es Verdad -365 citas y reflexiones- Tomo 4”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)