jueves, 29 de junio de 2023

Un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige más de lo que ellos pueden dar


 

La palabra liderazgo es una palabra fascinante, seductora, atrayente. Todos quisieran ser líder pues ello conlleva un reconocimiento social o comunitario, pero, así como el liderazgo implica un reconocimiento, también lleva aparejadas grandes responsabilidades.

 

Cuando uno habla de liderazgo no debe confundir ese término con la autoridad formal y jerárquica que le da a una persona un puesto organizacional o institucional, el líder goza de un reconocimiento en muchas ocasiones informal otorgado por las personas que lo conocen y que le reconocen su quehacer, pero sobre todo su congruencia. Una vez leí una reflexión entre las diferencias entre un jefe y un líder, entre las muchas que se señalaban venía una que señalaba a que "el jefe empuja al grupo, mientras que el líder va al frente".

 

Ser líder más que un privilegio es una gran responsabilidad pues implica que el líder tiene influencia sobre las decisiones y acciones de las personas, y por ende, sobre sus vidas. En ese sentido podemos pensar también en la gran oportunidad que tiene el líder de influir positivamente en la vida de las personas, una de estas reflexiones es el papel que como tal juegan ambos actores.

 

Una de las principales características valorativas del líder es precisamente su congruencia, una congruencia entre lo que piensa, siente, dice y hace. Es así como el líder siempre da ejemplo de lo que debe hacerse, no está por debajo de las expectativas que él mismo genera, sino que demuestra la forma en que pueden conseguirse, es por ello que un líder nunca busca que sus seguidores den lo que el mismo no da. Al contrario, una máxima dice que el líder siempre da más que lo que espera de sus seguidores, ¿y eso por qué? por la simple y sencilla razón de que, como líder, va al frente del grupo en el camino hacia los logros de las metas y objetivos y solo por eso, por ir al frente, siempre debe ir marcando la pauta de las acciones, por lo que va unos pasos delante.

 

Pero de la misma forma, y para que el grupo avance, el líder debe, como su misma definición lo señala, motivar a sus seguidores a avanzar no solo en la consecución de las metas sino en sus mismos proyectos de vida, es por ello que el líder lo que sí espera y motiva de sus seguidores es que siempre den más de lo que son en un momento dado, de otra forma no habría avance sino estancamiento.

 

Ahora bien, y esta es la parte interesante, uno puede ser líder, de hecho, todos podemos ser líderes, al menos de nuestra propia vida. Y es así que cuando se da ese liderazgo personal, a veces ganado con esfuerzo, pero luego reconocido naturalmente, que los demás podrán ver en cada uno de nosotros actitudes y valores que les permitan avanzar en sus proyectos de vida.

 

Como conclusión de ello podemos decir que el liderazgo no se acota ni se termina en las cuestiones sociales, políticas o empresariales, sino que permea toda nuestra vida haciéndonos ejemplos vivientes del mundo en que deseamos vivir y que con nuestras acciones día a día construimos, en ese sentido recuerda: un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige más de lo que ellos pueden dar.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/njUElnAmb0A

 

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jueves, 22 de junio de 2023

¿Que quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo?


 El ser humano tiene en su misma naturaleza una insatisfacción permanente que lo impele a querer siempre más, y en ese querer más va también aspirar lo mismo a ser que a tener más. La historia humana así como la historia personal de cada quien es una muestra de esto.

 

El movimiento hippie fue un movimiento contracultural de la década de los 60's iniciado en Estados Unidos, se caracterizaba por rebelarse por el statu quo de la sociedad en la que estaba y a la que denunciaba como falsa e hipócrita, sus intenciones iban destinadas a cambiar el sistema consumista de su época. No lo logró, pero sí nos dejó algunas cosas buenas como el respeto por la naturaleza que ha evolucionado a un espíritu ambientalista en la actualidad.

 

Lo interesante de este movimiento es la coherencia de sus miembros: es cierto que buscaban cambiar al mundo, pero primero eran ellos los que cambiaban. Su forma de vestir, de comer, de vivir era cambiada radicalmente y entonces buscaban un cambio en el mundo.

 

En una ocasión me invitaron a escuchar a un trovador muy famoso cuyas canciones en cierta forma denostaban el capitalismo y el consumismo actual. Terminada la velada les pregunté a mis acompañantes si creían si esa persona usaba aviones, autos, estéreos, vivía en casa con hornos de microondas, televisión y aire acondicionado (a sabiendas que por figura pública todos conocíamos su vida), cuando me contestaron que si les dije "pues ha de andar de incógnito pues lo anticapitalista no se le ve por ningún lado... salvo sus canciones".

 

¿A qué va todo esto? Es mucho más fácil pretender arreglar el mundo antes siquiera que iniciar con arreglarnos nosotros mismos, ¿y sabes por qué?, porque en realidad no pretendemos arreglar el mundo sino más bien ajustarlo a nuestra forma de pensar. Hay una frase muy sabia que haciendo referencia de esto dice que "es preferible calzarse unos zapatos antes que pretender alfombrar todo el mundo". Es decir, es más fácil que uno cambie a que todo el mundo sea como uno quiere, ¿es lógico verdad?

 

Pero no todo está mal en ese sentimiento por cambiar el mundo porque nos dice mucho acerca de nosotros mismos: nuestros miedos, nuestras ilusiones, nuestros deseos, nuestras necesidades, y eso mismo puede ser encauzado para bien. Por ejemplo, yo creo que todos quisiéramos un mundo sin delitos ¿verdad?, y eso está bien, pero antes de querer que el mundo esté sin delito comencemos a vivir honesta y legalmente. Cuando rechazamos la corrupción, respetamos las leyes, cuando vivimos de acuerdo a esa legalidad, es cuando entonces tenemos "la voz completa" para entonces y solo entonces pretender luchar por lo otro a un nivel mayor.

 

Cada que algo del mundo te moleste, cada que quieras cambiar la sociedad, cada que quieras que todos sean de otra forma, primero vete a ti mismo para ver si cumples esos estándares que en los demás esperas. ¿Qué quieres arreglar el mundo? Excelente... pero ¿qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo?

 

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/I92VsW5J0mE

 

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jueves, 15 de junio de 2023

Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas


 

La vida bien puede parecer a veces fácil o difícil dependiendo de los retos que en ese momento se estén enfrentando, lo que sí, nunca dejará de ser sorprendente. Sorprendente por los giros inesperados que toma, sorprendente por las sorpresas que a cada momento da, sorprendente por los resultados que se obtienen, sorprendente por las lecciones que uno aprende, pero siempre sorprendente.

 

A mediados del siglo XVII, la gente creía que poseíamos dos sistemas sanguíneos impulsados por espíritus, hasta que William Harvey demostró que el corazón era quien realizaba esa función; en el siglo XVIII la gente creía que la luz era blanca, hasta que Newton la descompuso con un prisma demostrando que está compuesta de diferentes colores; en el siglo XIX se creía que el calor era una sustancia invisible que recorría los metales, hasta que James Joule demostró que el calor es un estado producido por el movimiento. Estas ideas que hoy nos parecen algo normal y de sentido común en ese entonces significaron un parteaguas en la historia de la humanidad al hacernos ver el universo, la naturaleza y nosotros mismos con otros ojos.

 

De la misma forma, nuestra vida es un reflejo de la historia humana: ideas erradas o preconcebidas con las que crecemos, a veces limitadoras otras que solo nos confunden, pero que con nuestra misma historia y la vida con la que llenamos cada día, van cambiando hasta llevarnos a puntos de inflexión donde podemos ver un antes y un después.

 

Todos podemos numerar cosas que no creíamos nunca poder hacer y que ahora las vemos como parte de nuestra vida. Tal vez el nombre de María Amelia no te diga nada, se trata de una señora que nació en 1911 en Muxía (Galicia, España) y murió en 2009, ¿te imaginas el mundo a inicios del siglo XX?, pues bien esta señora en 2006 inició, a sus 95 años, un blog que todavía es conservado activo en su recuerdo. Imagínate a los 95 años comenzar un blog, y sin embargo lo hizo.

 

¿Qué limitación podría enarbolar uno que justificara una incapacidad para lograr

algo? En un taller que me tocó dar de motivación les planteé el siguiente ejercicio a los asistentes: primero les pedí escribieran cosas que no habían hecho sea por miedo, vergüenza, etc; luego les dije que escribieran claramente las razones por las que no las habían hecho; por ultimo pedí voluntarios que leyeran sus "acciones no realizadas" y sus argumentos para no hacerlas. Cuando terminaban de leer sus argumentos mi pregunta era sencilla: ¿cómo estás tan seguro de lo que acabas de argumentarnos si NUNCA has intentado eso?

 

La conclusión del ejercicio era muy obvia: nosotros mismos nos vamos convenciendo de las paredes mentales que construimos sin darnos cuenta que son solo eso: ilusiones que nos permiten comodidad sin darnos cuenta que por ese confort pagamos con nuestra propia vida.

 

Te sugiero hagas el mismo ejercicio, pero con un paso adicional: una vez que pongas las razones por las que no has hecho algo, escribas a un lado una razón, una sola, por lo que crees valdría la pena siquiera intentarlo. Te asombraras de la reacción de tu mente al ver una ventana que se abre a las limitaciones autoimpuestas.

 

La vida es temporal, es fugaz, es efímera. Date la oportunidad, inténtalo. Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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jueves, 8 de junio de 2023

Establece bien tus metas... no sea que al final veas que estuviste siguiendo metas ajenas


 Constantemente escuchamos enunciados motivacionales que nos impelen a conseguir las metas que nos propongamos, esa motivación es igual que la leña que requiere el fuego para arder, lo interesante de esto es que tal motivación nos lleve a lograr nuestras metas, ya que de lo contrario habremos logrado metas ajenas.

 

¿Alguna vez te has preguntado cómo le hacían los antiguos navegantes para orientarse y llegar a buen puerto? La observación, la memoria y el registro así como el uso de instrumentos fueron el soporte para ello en un mundo dónde no había GPS, radares ni las formas actuales de orientación. Almanaques (tablas astronómicas con posiciones planetarias), brújulas, astrolabios y azafeas (instrumento para determinar las posiciones de las estrellas), nocturbios (instrumento para determinar la hora durante la noche), sextantes astronómicos (usado para medir las posiciones de las estrellas), y los mapas fueron algunos de los instrumentos que ayudaban a orientarse en las largas travesías marítimas.

 

Ahora imagínate contar con todo ese instrumental e incluso aplicar su uso correctamente, pero al llegar darte cuenta que no era el sitio al que querías, sería realmente frustrante, ¿verdad? Es por ello que en lo posible debemos estar seguros que lo que estamos tratando de lograr son nuestras propias metas, e incluso aunque a veces no lo estemos seguir caminando con los ojos bien abiertos a las señales que, a manera de las estrellas en la antigüedad, puedan orientarnos hacia nuestras metas.

 

Pero, ¿es que acaso puede uno estar siguiendo metas ajenas en su vida? Tú mismo puedes contestar esta pregunta, pero antes déjame decirte dos secretos: el primero es que para saber si lo que buscas es lo que te hace sentirte autorrealizado tendrías que probar todos los caminos que tienes ante ti, lo cual de inicio es casi imposible, pero peor aún, y este es el segundo secreto, aunque llegaras a probar todas las opciones que tienes ante ti y eligieras una, con el tiempo lo más probable es que cambiara tu meta por la simple y sencilla razón que constantemente estás cambiando tú, lo cual implica que tus pensamientos y tus sentimientos están cambiando.

 

¿Quiere decir esto que nunca sabemos si lo que seguimos es nuestro camino? ¡Claro que podemos saberlo! Si ese andar te da satisfacción, alegrías, logros, si a pesar de todo, los frutos compensan el esfuerzo, si incluso aunque no obtengas los frutos deseados el solo andar el camino te hace sentir que no cabes en ti, ese es el camino correcto. Pero, y repito: pero, debes estar muy atento a las señales del camino para ver si tu meta no ha cambiado de lugar.

 

Franz Schubert (1797-1828), ahora es un clásico de la música. Se le denominó cuando niño como el prodigio de Viena. Tocaba el violín cuando no era más alto que él, lo mismo que el piano y el órgano. Con leer una vez una canción, tenía bastante para ponerla en música exquisita, que parece de sueño y de capricho, y como si fuera un aire de colores. Escribió más de quinientas melodías, a más de óperas, misas, sonatas, sinfonías y cuartetos. Murió pobre a los treinta y un años.

 

¿Leíste lo último? Murió pobre. El éxito no le vino en vida, al igual que muchos músicos y pintores de la antigüedad, la fama les vino años después de muertos. Pero lo importante de esto es que ¡ellos no dejaban de pintar o de componer!, eso era su vida, en ello encontraban tal realización personal que parecía que todo lo demás, incluyendo las riquezas, salían sobrando. Ese es el nivel de pasión que te dirá si vas por el camino correcto. Pero no creas que el esfuerzo y la dedicación no tienen su recompensa, también hay casos de éxito donde la pasión por el camino genera frutos, como Alfred Nobel quien pudo dejar tal cantidad de dinero en su testamento como para crear un fideicomiso que instituyera a finales del siglo XVII los famosos Premios Nobel. Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los premios Nobel.

 

¿Te das cuenta? La pasión por el camino es el mejor indicativo de si sigues tus metas, si lo que persigues de inicio es fama o fortuna ya estamos mal, ¿por qué?, pues simple y sencillamente porque algo ajeno (fama y fortuna) actúa como una zanahoria que estarías siguiendo. En el otro caso, cuando dentro de ti sientes ese volcán ardiente cada que avanzas en tu camino te das cuenta que eres tú mismo quien guía tus pasos.

 

Pero no te preocupes, puede que ya estés siguiendo tus metas, puede que aún no sientas esa pasión de la que hemos hablado, lo importante es seguirlo intentando, es no detenerse, es continuar ya que no eres tú quien encuentra el camino sino el camino quien te encuentra a ti, lo importante en ese momento es que seas capaz de reconocerlo y que tengas la capacidad, coraje y fortaleza de seguirlo, siendo en ese momento cuando te harás dueño y señor de tu destino. Un último consejo.: establece bien tus metas... no sea que al final veas que estuviste siguiendo metas ajenas.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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jueves, 1 de junio de 2023

Todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante... lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma


 

Cuando uno reflexiona sobre la vida le vienen a la mente imágenes como camino, recorrido, senda; lo anterior ya que las similitudes entre un largo viaje y la vida misma son recurrentes: avanzar, tropezar, detenerse, aprender, conocer, y

conocerse. Da la misma forma reflexionar en el camino y el caminante nos hace ver que si bien son diferentes en el fondo son la misma cosa.

 

La manera en que físicamente estamos hechos es una reflexión que podemos extrapolar a todos nuestros niveles, no nomás el físico. Si prestamos atención veremos cómo es que los ojos, los brazos, los oídos, las piernas, e incluso nuestra nariz, está todo diseñado físicamente para permitirnos ir hacia adelante.

 

El americano Anthony Thornton estableció un record al caminar hacia atrás 153.5 kilómetros, tal vez no sea mucho pero las condiciones de hacerlo en sentido contrario es lo que le da la relevancia, y ¿sabes por qué? por lo difícil de hacer esto. Intenta en una ocasión caminar hacia atrás y lo comprobarás, ¿sabes por qué de esto?, pues porque estamos hechos para ir hacia adelante: nuestros ojos ambos están viendo hacia adelante, nuestros oídos se enfocan hacia adelante, nuestras piernas y brazos nos empujan hacia adelante, ¡incluso nuestra nariz con su forma de punta rompe el aire para facilitar nuestro avance!

 

De la misma forma podemos extrapolar esas observaciones a nuestra mente y nuestra alma: la necesidad imperiosa de tener, de ser, de hacer, de crecer, todo nos impulsa hacia adelante, a avanzar, a hacer y buscar que nuestros esfuerzos sean fructíferos. La necesidad de ser siempre más de lo que somos radica profundamente en nosotros mismos. El logro de metas, de objetivos, de resultados está presente en nuestra mente; el sentirnos mejor, autorrealizados, completos está grabado en nuestra alma.

 

Solo que hay una cosa que hay que tener en cuenta: si uno solo cuida la parte tangible del aquí y el ahora sentirá que le hace falta algo, es por ello que en nuestro avanzar, la realización material de los objetivos de nuestra mente debe ir de la mano de la realización trascendental de las necesidades de nuestra alma.

 

El darnos tiempo para nosotros mismos, el pensar, reflexionar, desarrollar la conciencia, ayudar a los demás y sobre todo tratar de cambiar este mundo para bien nos dará ese sentido de trascendencia y complementariedad que nuestro espíritu necesita.

 

De la misma forma, en ese caminar, las metas y objetivos prácticos y tangibles que nos planteemos nos irán conduciendo cada día por el camino del logro y la conquista que anida en nuestra mente.

 

Claro que cuando estemos cansados podemos descansar, eso podemos verlo reflejado en el andar físico, pero una vez que se han recuperado las fuerzas viene de nuevo el andar. De la misma forma, mientras se descansa, uno puede recapitular en todo lo que el andar le ha traído, todo lo que le ha permitido conocer, todo lo que le ha permitido llegar a ser; esto para valorar en su justa dimensión no solo el esfuerzo de nuestro andar sino también los resultados, tangibles e intangibles de ello.

 

Con este tipo de reflexiones podemos entonces abordar esos momentos en que querremos desistir, abandonar y retroceder y entender porque nuestra mente y nuestra alma se resisten a ello: porque no estamos hechos para la derrota sino para el triunfo, no estamos hechos para la mediocridad sino para la excelencia, no estamos hechos para ser un remedo de persona sino una persona en su totalidad, con luces y sombras pero con un andar constante hacia la autorrealización, después de todo: todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante... lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/BpT0z0t_rLM

 

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