viernes, 16 de marzo de 2018

Elige con cuidado tus metas ya que después de todo pagaras con el tiempo de tu vida por ellas



Nuestra vida está llena de metas, sueños y objetivos, algunos de mayor alcance, otros de menos, pero al final de cuentas todos exigen de nosotros constancia, disciplina, esfuerzo y pasión, es por ello que la elección de lo que queremos debe ser tomada con la seriedad debida.

¿Te has fijado como es que cuando uno va de compras se pone a comparar no sólo el precio del producto sino también la calidad e incluso los accesorios como la garantía o el servicio postventa? Y como no: uno va a entregar su dinero por un bien o servicio, luego entonces lo que uno desea es que ese bien o servicio reúna las características que satisfagan nuestra expectativa.

Esto es lógico ya que ganar ese dinero nos ha costado. El dinero representa ese esfuerzo que hemos realizado para conseguirlo. Es así como no nos puede dedicar un poco de tiempo para analizar las opciones que frente a nosotros tengamos para poder escoger la mejor y poder decir que nuestro dinero ha sido correctamente usado.

Pues bien, el dinero como quiere viene y va. Si hiciste una mala elección al comprar un producto puedes más delante tener dinero de nuevo y comprar otro. Es más: incluso si llegas a perder dinero más delante puedes de nuevo, con tu trabajo, poder recuperarlo, pero ¿y el tiempo?

En mis conferencias sobre liderazgo, emprendedurismo y motivación siempre pregunto, como una forma de reflexión, que me digan si conocen a alguien que venda tiempo, ya que necesito unas cuantas horas, para pagarle y bien por ese producto. Obvio nadie levanta la mano.

Esa es la realidad: el tiempo se va y no vuelve. Si vemos nuestra vida, es cierto que cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo que pasa es un día, hora, minuto o segundo que hemos vivido, que ya es nuestro, pero de la misma forma es un día, hora, minuto o segundo que se ha ido, que no volverá y que no hay manera alguna de recuperarlo, de volver añadirlo a nuestra vida.

Con esta reflexión quiero llevarte a ver cómo es que las metas, sueños y objetivos que te plantees en nuestra  vida demandarán, si: esfuerzo, constancia, disciplina y pasión, pero sobre todo ello un recurso que no es renovable y que es precisamente el tiempo. ¿A qué dedicarás ese recurso que se va y no vuelve?

Dado que en cuestión del tiempo que disponemos, cada meta, sueño y objetivo al que  le dediquemos un día, una hora, un minuto o un segundo, ese mismo día, hora, minuto y segundo no podrá ser destinado para otro sueño, meta u objetivo, por lo tanto debemos decidir con conciencia, con seriedad y responsabilidad, el uso que a ese recurso no renovable que tenemos daremos.

Un aspecto de las metas, sueños y objetivos que deseemos es que éstos deben siempre estar en nuestra vida en orden de prioridad a efecto de destinarles en ese sentido la constancia, disciplina, esfuerzo y pasión debidos, así que elige con cuidado tus metas ya que después de todo pagaras con el tiempo de tu vida por ellas.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/dPVRi-Ud5Tc


También puede descargarse gratis el libro  “…Si las hicieres -Un camino de vida de la mano de las otras bienaventuranzas” , desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)


viernes, 9 de marzo de 2018

Tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones



El ser humano es una entidad doble, por un lado se mueve en mundo intangible de los sueños, las ilusiones y las esperanzas y por el otro trabaja y construye en las realidades cotidianas de la vida, un equilibrio de ambos mundos requerirá necesariamente de ideas y resultados.

Cuando un artista está inspirado suele decirse que las musas están con él, esto en alusión a aquellas entidades que según la mitología griega eran inspiradoras de la música y la poesía. Esta alegoría hace alusión al hecho de que como seres humanos podemos acceder a realidades que ningún otro ser vivo puede. El solo hecho de poder hacer planes, de poder soñar, de poder visualizar, es una maravilla asombrosa de nuestro increíble potencial. Ejemplo de esto el caso de Beethoven quien prácticamente escribió sus 9 sinfonías padeciendo gradualmente problemas de sordera aunque la novena la escribió en sordera total.

De la misma forma, nuestro ser interno es capaz de plantarse grandes metas, y por grandes hacemos referencia a que son metas que sobrepasan a uno mismo, que necesariamente lo llevan a ser más que lo que uno es en determinado momento, metas tan grandes, y por lo tanto tan valiosas, que necesariamente deben ser alimentadas siendo este alimento precisamente el de la esperanza.

La esperanza es ese sentimiento que permite a una persona dada el construir día a día un futuro mejor para sí y los demás, por ende este sentimiento requiere de una actitud optimista con lo que puede volverse difícil de tener en casos de depresión, angustia o ansiedad.

Pero como no podemos soslayar que a todos, absolutamente a todos nos llegan en momentos dados esos estados anímicos negativos, una sugerencia mucho muy práctica es escribir, cuando nos encontremos optimistas, y por ende esperanzados, una brevísima carta a nosotros mismos para esos momentos de depresión, angustia o ansiedad. Así es, una carta donde nosotros mismos nos demos ánimo. Una carta hacia un yo futuro para no decaer y buscar, no tanto salir de ese estado anímico, sino esperar a que pase para continuar nuestro andar.

Ahora bien, no podemos fincar todas nuestras esperanzas única y exclusivamente en esperanzas y estados positivos de pensamiento, en el mundo real, por llamarlo de cierta forma, se requieren de acciones. Acciones que sustentadas en la esperanza, permitan construir ese futuro deseado, acciones que tengan un objetivo concreto y maneras de medir su avance.

Las metas para alcanzarse requieren de dinamismo, un dinamismo que permita avanzar hacia ellas. Ese dinamismo, reflejado en las acciones, debe sentirse como un caminar hacia las metas dispuestas, y no solo sentirse, sino también permitir apreciar los avances de manera tangible. Acciones que no cumplan ese criterio pueden estarnos desviando.

Lo interesante de estas ideas, es que tanto la esperanza como las acciones deben tener su coincidente en las metas planteadas. Esto no es algo mínimo que cuidar. Las esperanzas pueden apuntar hacia un lado y las acciones hacia otro. De vez en cuanto hay que sentarse y comparar ambas para hacer los ajustes que permitan lograr lo planeado después de todo hay que recordar que tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/99ab-afZudo


También puede descargarse gratis el libro  “…Si las hicieres -Un camino de vida de la mano de las otras bienaventuranzas” , desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)


viernes, 2 de marzo de 2018

Lo que eres no se demuestra con lo que tienes, sino con lo que dices y con lo que haces


En el mundo actual, en muchas ocasiones se valora a las personas por lo que han logrado obtener. Si lo pensamos un poco esto no puede ser un referente ya que lo obtenido pudo haber sido logrado por medios cuestionables. Independientemente de ello, el referente de lo que una persona realmente es, y por lo que reamente vale, será finalmente lo que diga y lo que haga.

El tener se ha vuelto en la sociedad actual tanto el fin último de todo lo que hacemos como el referente para valorar a las personas. Así se le llama exitoso a aquel que ha logrado obtener muchas cosas: títulos, autos, casas, dinero. Todo eso sin duda alguna refleja una gran capacidad de la persona en cuestión, pero ¿podemos decir que la define?

Yo creo que todos podemos señalar algunos casos que conozcamos de gente que, teniendo mucho, se ha descubierto que eso mucho lo ha obtenido de maneras cuestionables, sea por medios ilícitos o si no ilícitos al menos no éticos. Luego entonces no podemos decir, como pregona la frase popular, “tanto tienes, tanto vales”.

Pensar así es dejar el aspecto existencial en un nivel extremadamente básico y arriesgarnos a ser engañados, afectados, por aquellos que poseyendo mucho los consideremos como unas grandes personas, en toda la extensión de la palabra.

Si bien es un poco más difícil de manejar, pero más exitoso que circunscribir lo que alguien es a la cuestión material, está la cuestión de lo que alguien dice y de lo que alguien hace, siendo estos dos elementos los que la evidencian en consecuencia en congruencia, capacidad y carácter.

Mucho de lo que una persona es, sino es que la gran mayoría, permanece imperceptible para nosotros: sus pensamientos, sus emociones, etc. Tal vez lo único que podamos llegar a conocer de ella sea precisamente lo que dice y lo que hace, y el primer filtro de esto es que exista congruencia en ambos.

Congruencia es que los dichos avalen los actos, y que los actos avalen los dichos. Hay quienes hablan muy bien, pero actúan muy mal; también los hay quienes hablan muy mal, pero actúan relativamente bien. Ambos aspectos muestran una incongruencia en la persona y, lo más importante, ambos aspectos afectan a los demás, así es: no sólo el hacer, sino también el decir.

Si hay congruencia en el decir y en el hacer, independientemente de los logros, podremos encontrar una capacidad en la persona. Esto es muy importante ya que existiendo esa capacidad la misma puede explotarse utilizando las circunstancias más favorables, para lograr lo que se desea. El problema es que no exista capacidad, que no exista tampoco congruencia, ya que entonces no tendremos nada que potenciar.

Por último puede haber congruencia pero una congruencia mala, es decir, que lo que se diga y lo que se haga sea nocivo, negativo. También puede haber capacidad ya que incluso los dichos y hechos nocivos pueden lograr algo, y en ocasiones incluso mucho. Pero cuando hay congruencia buena, cuando hay capacidad positiva, podemos decir que hay carácter.

El carácter es esa fuerza volitiva interna que ante dos opciones, en este caso una buena y positiva y otra mala y nociva, opta por la primera aunque sea más difícil, aunque no logre tanto, aunque implique incluso perder, pues se tiene no solo una comprensión más amplia de lo que es la vida, sino también un compromiso de ser mejor con uno, con los demás, con el mundo.

Congruencia, capacidad y carácter es lo que realmente habla de lo que una persona es, después de todo lo que eres no se demuestra con lo que tienes, sino con lo que dices y con lo que haces.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/UimmQf00Jao



También puede descargarse gratis el libro  “…Si las hicieres -Un camino de vida de la mano de las otras bienaventuranzas” , desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)