viernes, 17 de enero de 2020

Cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha conquistado ¡se va por el siguiente!



La inconformidad que como seres humanos experimentamos nos habilita para buscar la perfección y la excelencia, perfección y excelencia que por su misma definición tal vez nunca alcancemos completamente, pero que nos dará en nuestro caminar la conquista de metas y, más importante aún, de nosotros mismos.

Todos hemos escuchado de Thomas Alva Edison e incluso si alguien nunca ha oído de él, si se ha beneficiado de uno de sus más conocidos inventos: la bombilla eléctrica. Lo que tal vez no muchos sepan de Alva Edison es que en su vida llegó a patentar 2,332 inventos (1,093 tan solo en Estados Unidos) estableciéndose como un referente de la innovación aplicada.

Volteando a nuestra vida, uno puede establecerse algunas metas que valgan la pena, pero de la misma forman no debe dejar de ver esas pequeñas metas (o logros) que uno puede ir consiguiendo conforme se avanza, como me gusta decir, una gran muralla está construida de millones de pequeños ladrillos.

Imagínate cruzar un puente, uno de esos puentes de madera donde en ocasiones cientos de tablones amarrados permiten a uno cruzar de un lado a otro. El llegar de un lado a otro llevará el caminar poco a poco sobre ese puente, nadie en su sano juicio se abatiría si al primer paso no llegara a la meta, se requieren de varios pasos sobre varios tablones para llegar de un extremo a otro.

De la misma forma cuando uno avanza por la vida, cuando uno se establece metas, requerirá de avanzar paso a paso a través de pequeñas metas, pero no por ser pequeñas son menos importantes, son como los tablones del puente, si hicieran falta cinco, diez o más prácticamente harían imposible ir de un lado a otro. Cada tablón, cada meta, se vuelve así parte de una cadena de logros que nos conducen a la meta final. Y aun llegando del otro lado del puente (o consiguiendo la meta establecida), vienen luego más puentes (y más metas) para avanzar (y conquistar).

Hagamos un pequeño ejercicio: piensa en algo que hayas conseguido en el último año, una meta que hayas alcanzado.  Ahora piensa en algo que hayas conseguido antes sin lo cual no hubieras logrado esta meta que estamos pensando. Por último piensa en algo que hayas conseguido antes de esto último sin lo cual no hubieras logrado lo que te sirvió para conseguir la meta.

Podríamos continuar con este ejercicio hasta descubrir todas esas metas o conquistas que te permitieron llegar hasta donde estas. Cuando he realizado con tiempo este ejercicio en talleres de liderazgo llegamos a identificar incluso metas que vistas a la distancia parecen triviales pero que sin las cuales no se hubieran conseguido las metas actuales, ¿ves la importancia de todos los logros que obtenemos en nuestra vida?

Pero esto no termina aquí, incluso la meta más reciente, la meta más grande, solo es parte de un eslabón mayor, en unos años podremos voltear a este momento y ver cómo es que ésta meta, ésta “última” meta, no fue realmente última sino que permitió posteriormente lograr más metas y avanzar así en la vida.

Nuestro andar no nos habla de una sola meta, nos habla de muchas, de múltiples de variadas, y por eso nos señala una vida rica en experiencias y aprendizajes, después de todo cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha conquistado ¡se va por el siguiente!


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/1doUHXRjqlw

También puede descargarse gratis el libro  “Los otros muertos -¿Qué pasa con quienes nunca tuvieron la posibilidad de conocer a Jesús?-”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario