Constantemente
cuando hablamos de proyectos de vida, escuchamos la palabra soñar, sueños, si
bien esto no se refiere a la acción onírica que desarrollamos cuando estamos dormidos,
podemos tomar esa misma alegoría para enfatizar la riqueza que existe en la
acción para lograr lo que nos propongamos.
¿Te
has fijado como para referirnos a lo que anhelamos en esta vida, como para referirnos
a lo que experimentamos al dormir, usamos la misma palabra: sueños?
Esto
es muy curioso ya que los paralelismos de ambas palabras entrañan varias lecciones
para uno y nuestro proyecto de vida.
Refirámonos
a ese sueño que se desarrolla cuando estamos dormidos, ¿qué pudieras decir de
él? Tal vez que es fantasioso, extraño, ilógico pero sobre todo intangible: lo
que sueñas no es real, simplemente ideaciones dinámicas de tu mente que vuela
libre en ese mundo al descansar.
En
cuanto a esos otros sueños, es decir, los anhelos, las metas y los objetivos
que podemos tener para con nuestra vida, ¿qué podrías decir? Curiosamente pudiéramos
decir exactamente lo mismo: que son fantasiosos, extraños, ilógicos e intangibles,
si y solo si, no aplicamos acción en eso que deseamos.
La
palabra sueño que usamos indistintamente para referirnos a los dos fenómenos de
los que estamos hablando no puede ser menos que acertada ya que en los dos casos
se trata de algo que no existe, solo que en el caso de nuestros deseos de vida
esto puede cambiar cuando aplicamos nuestras energías en ello.
Ahora
piensa en este otro símil: cuando platicas un sueño, por más detallista que quieras
ser, ¿cuánto tiempo ocupas para ello? Generalmente unos minutos, al menos en la
parte del sueño que recordamos. Se estima que la actividad onírica, es decir,
del soñar al dormir, ocupa entre un 20 y 25% (no continuo sino distribuido en
ciclos) del tiempo dormido, así que si duermes unas ochos horas diarias sueñas
entre hora y media y dos horas.
Y
los anhelos, metas y objetivos de tu vida, ¿cuánto tiempo lleva hablar de
ellos, establecer las estrategias y luego trabajarlos? Supongo que no horas, es
más ni siquiera días, sino meses o años. ¿Ves el símil y la diferencia entre
ambos fenómenos?
Puedes
pensar en todo lo que quieras hacer en tu vida y no dejará de ser, en toda la
extensión de la palabra, un simple sueño, tan etéreo e irreal como aquel que experimentas
al dormir, a menos que apliques mente, cuerpo y corazón en alcanzar lo que te
has propuesto, de esta forma alcanzaras no solo cada una de las cosas que
desees sino que podrás ir en pos de otras.
Los
seres humanos estamos dotados de una capacidad casi infinita de imaginar, esa
imaginación relacionada con el descansar es la que nos da los sueños y
relacionada con nuestro proyecto de vida es la que nos da las metas y objetivos
sobre los que tenemos que aplicarnos para avanzar en nuestro andar, después de todo
sueña más una persona despierta que una dormida ¡y hace más sueños realidad!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/W9Jy2P5CjRY
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