El
liderazgo conlleva una gran responsabilidad, no solo para la natural tendencia
de quienes siguen al líder de esperar de él acciones concretas y decididas que
les permitan avanzar con decisión hacia lo deseado, sino para el mismo líder
desde el momento mismo en que, como tal, debe enfocarse también en desarrollar
liderazgos.
En
una ocasión en un taller de liderazgo les pedí a todos escribieran en equipo
las características que según ellos debería tener un líder. Comunicador,
entusiasta, dinámico, motivador, etcétera, fueron algunos de los adjetivos que
todos los equipos pusieron, pero ninguno puso, y eso se los hice ver, el que un
líder debía de formar líderes.
Como
uno debe estar abierto a escuchar razones que le hagan cambiar sus puntos de
vista, les pedí me argumentaran por qué según ellos un líder no debía formar
líderes, la respuesta fue que al contrario, si bien se les había pasado escribir
eso, la formación de líderes por el líder era algo necesario.
Lo
anterior es una falla común cuando pensamos en un líder ya que la imagen que se
nos viene a la mente es de alguien al frente de un grupo, de ahí todos los adjetivos
que podamos asignarle en ese sentido, pero luego entonces si él es quien guía
todos los demás son sus seguidores, por lo que el error anterior es entendible,
aunque no aceptable.
Un
líder, un verdadero líder, busca que quienes lo siguen desarrollen sus capacidades
y sus habilidades, y una de esas capacidades y habilidades es precisamente la
del liderazgo. Un líder no puede esperar ser toda la vida líder para le sea de
importancia.
De
la misma forma, así como podemos concluir que una característica del líder es precisamente
que sea capaz de formar liderazgos, también debemos reconocer que tal vez éste
sea uno de sus más grandes retos pues ello implica superar su propio ego,
deseoso de reconocimiento, para que busque que los demás vuelen con sus propias
alas, incluso por cielos mayores que los que él contempla.
La
reflexión, digamos un poco la reflexión filosófica de la vida, puede llevar a
quien se ostente como líder, a entender esto, a ver el papel que juega en su
vida y en la de los demás y en tratar de no caer en la trampa del orgullo y la
vanidad que le impida tratar a los demás como iguales, con todos sus
potencialidades incluyendo la de ser líderes.
El
liderazgo, personal o grupal, es algo a lo que todos estamos llamados, y más que
llamados todos estamos capacitados potencialmente hablando, por ello el líder
debe entender que sus seguidores son sus iguales, no menos que él, y por ello
tratar de que desarrollen su liderazgo, después de todo un líder que no forma líderes
es un líder incompleto.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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