jueves, 8 de julio de 2021

Para ser líder de los demás primero debes ser líder de ti mismo


 

Sin duda alguno que todos quisiéramos que se nos reconociera como líderes ya que eso implica un reconocimiento no solo personal sino también profesional, pero siguiendo la lógica de todo proceso que implique un proyecto de vida, la construcción de ese liderazgo grupal debe ser cimentada en un liderazgo que podríamos llamar personal.

 

La cuestión del liderazgo personal es un tema que me gusta mucho tratar y del cual tengo artículos, videos, conferencias, talleres e incluso libros, pero curiosamente cuando lo planteo como que de inicio la misma idea choca pues uno no puede entender cómo puede existir eso que se llame liderazgo personal, es decir, de uno mismo, cuando más bien el liderazgo toma de referencia a los demás.

 

La idea del liderazgo personal no es tan complicada y parte de la premisa de la necesaria decisión que conlleva construir un proyecto de vida con este cariz para hacernos dueño de nuestro propio destino, lo cual implica también hacernos responsables, nosotros no los demás, de nuestras acciones y sus consecuencias.

 

Cuando se presenta bajo este contexto, la duda inicial se transforma en un entendimiento que generalmente también está desatinado pues la mayoría de las personas cree que está viviendo precisamente bajo esas reglas, es decir, piensa que cada quien está viviendo su vida como quiere y decide y que por ello ya son líderes personales, lo cual, como comenté, no es del todo correcto en la mayoría de los casos.

 

Aunque en un escrito de esta extensión es complicado desarrollar una serie de actividades que nos permitan reflexionar, permíteme te platique lo que en los eventos donde trato el tema comento. Lo primero son las ideas que tenemos, esas ideas pueden ser sobre valores, principios, incluso metas y objetivos, la cuestión es preguntarnos si esas ideas son nuestras o por el contrario son de los demás.

 

Aunque parezca increíble, muchas de nuestras ideas son de otros lo cual es muy natural de entender ya que vivimos en una sociedad, sociedad que nos recibe al nacer y que desde ese momento nos comienza a bombardear (programar llamo yo) con ideas comunes a la colectividad que pasan a formar parte de nuestra personalidad.

 

Otro ejercicio también muy útil es preguntar el por qué y el para qué de las metas y objetivos que nos hemos planteado para nuestra vida. En esto me gusta presentar la alegoría del burro con la zanahoria y el palo donde el burro avanza para conseguir una zanahoria o para huir del palo. De igual forma si eso que deseas se basa en el temor (palo) o la ambición (zanahoria) es una ilusión que te creas dueño de tu proyecto de vida: el dueño o los dueños son esos factores que bajo el temor o el deseo te hacen ir de un lado para otro.

 

Muchas otras actividades propongo, dependiendo de la audiencia, pero todas van en el sentido de reflexionar qué se esconde detrás de nuestro accionar, es decir, establecer el pretexto para entender y comprender lo necesario para no actuar en automático sino con plena conciencia.

 

Solo cuando tus ideas son realmente tuyas y cuando tu andar no corresponde a temores o deseos externos podemos decir que eres tú el líder de tu propia vida, antes no, así que recuerda: ser líder de los demás primero debes ser líder de ti mismo.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/3s02Q9DqWmo

 

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