Como
personas prácticamente todo lo que hacemos, decimos, sentimos, tiene un
referente cognitivo, es decir, un marco de referencia mental que nos permite
fluir de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro entendiendo lo que
somos, a los demás y al mismo mundo. Esas ideas lo mismo puede ayudarnos en
nuestro proyecto de vida que, curiosamente, volverse su peor enemigo.
Pregunta
a quien quieras su opinión sobre cualquier tema, prácticamente todos tenemos
siempre una idea que expresar de lo que sea, esa idea forma parte de ese cúmulo
intelectual con el cual exploramos todo lo que somos y todo lo que vivimos.
Dentro
de esas ideas están, en ocasiones no tan claros, los temores, los prejuicios,
que nos impiden avanzar en la vida. En otras ocasiones, yo diría que en la
mayoría, sí están claros e incluso esos que no lo están no es tan difícil clarificarlos.
Ese no es el problema, el problema está en aquellas ideas que las vemos como
netamente positivas y que por lo mismo no cuestionamos.
Sobre
muchas cosas tenemos ideas que nos impelen a actuar o no en cierta dirección.
En ocasiones su sola expresión deja palpable, o al menos así lo creemos, el
carácter positivo de las mismas. Liderazgo, motivación, emprendedurismo, de
cada palabra tú tendrás un concepto y de ese concepto se derivaran acciones.
Todas
las ideas, tanto las negativas (miedos, temores, prejuicios) como las positivas
(liderazgo, motivación, emprendedurismo), tienen su lado positivo y su lado
negativo. ¿Lado positivo las ideas negativas? Así es, en muchos casos esas ideas
te salvan de algún riesgo innecesario, de alguna impericia que pudiera afectarte
de una manera no deseada. ¿Lado negativo de las ideas positivas? Así es, de
igual forma la expresión irracional de una idea positiva (como por ejemplo siempre
intentar todo sin pensar en riesgos o consecuencias) puede traer a tu vida cuestiones
no deseadas.
El
problema de las ideas, tanto negativas como positivas, estriba en que éstas no se
vuelvan una camisa de fuerza que te impida ser. Así es: que te impida ser. ¿Por
qué? Porque todo lo que puedas pensar como parte de tu proyecto de vida se
sustenta en tu ser, si no existe ese ser sobre el cual sustentar ese proyecto
de vida todo se viene abajo.
¿Y
qué quiere decir realmente ser? Siendo esta una pregunta eminentemente filosófica
y existencial no tiene una respuesta general aplicable a todas las personas, lo
que sí puedo decirte es que el referente de la respuesta que deberás buscar
gira alrededor de alcanzar ese potencial que tienes, esa capacidad física, mental,
emocional y espiritual con la que nacemos y cuyo cénit todos estamos llamados a
alcanzar.
El
pensar, el reflexionar, nunca serán un ejercicio ocioso si eso te lleva a saber
no solo el qué, sino también el por qué y el para qué de tu vida, así que
recuerda: cuida que no sea que las mismas ideas que te protegen sean las que te
limiten.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/gnUxjp4BIYk
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