jueves, 8 de abril de 2021

Todo esfuerzo tiene su recompensa, si no la encuentras fuera búscala dentro de ti


 

Sin duda alguna que una de las más grandes frustraciones que podemos experimentar es cuando todos nuestros esfuerzos no reditúan en lograr aquello que nos estábamos proponiendo, pero dado que tampoco puede quedar todo esfuerzo en nada deberíamos preguntarnos qué cambios logró en nosotros.

 

En un taller de liderazgo les propuse un ejercicio para reflexionar sobre el tema de esfuerzos-resultados sobre todo de cara a las derrotas que enfrentamos, de igual forma te propongo lo vayas siguiendo. Lo primero que les pedí es que escribieran algún esfuerzo que hubieran realizado para conseguir algo con la condición de que ese algo no se hubiera logrado. Algunos escribieron cuestiones profesionales, otros personales, pero en todos lo común es que había un esfuerzo sin una correspondiente conquista de metas u objetivos.

 

Después les pedí dejaran esa hoja y en otra escribieran el por qué comían. Así es, les pedía escribieran el por qué cada día se alimentaban. La mayor parte de las respuestas giraba en torno a comer para estar vivo. Entonces les pedí me dijeran que ese estar vivo les permitía hacer. En este punto surgieron una infinidad de respuestas tales como trabajar, leer, divertirse, caminar, estudiar, etc. Llegado a esto les pedí vieran como el resultado inmediato, comer, daba pauta a muchos otros que no habíamos pensado pero que ahí estaban.

 

Posteriormente les pedí retomaran el primer papel, aquel del esfuerzo que no había fructificado, y en la misma tónica les pedí que, obviando el resultado que no se había logrado, señalaran que otras cosas les dejó ese esfuerzo. En todos los casos hubo respuestas, algunas iban en el sentido de aprendizaje, otras en un sentido más práctico de experiencia, e incluso algunas respuestas giraban en torno a oportunidades diferentes a la meta inicial que se abrieron ante el fracaso experimentado.

Generalmente nuestro cerebro tiende a estructurar el mundo de una manera lógica donde al paso uno le sigue el paso dos, pero en realidad el mundo y nuestra existencia es multidimensional por lo que no puede aprisionarse en una serie de pasos concatenados sino más bien saltar de un paso a cualquier otro.

 

Va este ejercicio y esta explicación para todos esos esfuerzos que hemos hecho y que desde nuestra perspectiva lógica de paso uno-paso dos, no han redituado en lo que esperábamos, para hacernos ver cómo es que precisamente ese esfuerzo fue necesario para otra cosa, otra cosa que o no sabíamos existía (como en el caso de las oportunidades no esperadas que salen ante los fracasos experimentados) o bien no hubiéramos estado dispuestos a experimentar por lo difícil que fuera ese trance aún y cuando eso nos sirviera para crecer como personas.

 

No quiero adelantar muchas conclusiones que cada quien debe sacar ante las reflexiones que estoy aquí haciendo, pero sí deslizar la idea de que en ocasiones me parece que las cosas en que andamos entretenidos, esas que requieren nuestro esfuerzo y demás, en realidad son secundarias, son el pretexto para algo más grande que sucede en nuestra vida pero que no vemos precisamente por salir de nuestro campo de percepción. Estas reflexiones y estos ejercicios pueden llevarte a descubrir de qué se trata.

 

Si partimos del hecho de que a cada acción corresponde una reacción entonces tendremos que esperar que todo lo que hacemos sirve para algo en nuestra vida, aunque de inicio no seamos capaces de percibirlo así, así que no olvides que todo esfuerzo tiene su recompensa, si no la encuentras fuera búscala dentro de ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/hDoe6uG7jlo

 

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