Muchas
reflexiones sobre liderazgo, emprededurismo y motivación hacen referencia al
peso que para conseguir algo tiene nuestra actitud ante las luchas cotidianas
que experimentaos, y esto es verdad, pero hay que agregar que la variable
actitud también tiene un peso enorme en las caídas que uno experimenta.
Las
reflexiones sobre la actitud aunada al esfuerzo necesario para alcanzar las metas
y objetivos que nos propongamos es algo que seguro estoy todos conocemos, todos
hemos oído, y en muchos casos, todos hemos aplicado.
Cuando
uno sale a la batalla en pos de lo que desea necesita ir con la totalidad de sus
recursos para ello, y esos recursos se aglutinan en la actitud que nos envuelva
como coraza.
Una
actitud correcta, es decir, optimista pero no ingenua, valerosa pero no aventurada,
emotiva pero no irrazonable, nos permite focalizar nuestros recursos y nuestros
esfuerzos así como dinamizar las fuerzas físicas, mentales, emocionales y
espirituales para avanzar en pos de lo que nos hemos planteado.
Pero
la cuestión de la actitud no se circunscribe solamente a la faena de buscar conseguir
lo que queremos, sino también al aspecto que tiene que ver con los golpes que experimentemos
en nuestro andar, golpes en la forma de fracasos, caídas y derrotas.
Ya
en otras ocasiones he señalado claramente que no existen fracasos o derrotas permanentes,
de hecho he comentado que solo podemos decir que hemos fracasado o que se nos
ha derrotado cuando decidimos dejar de luchar, mientras tanto podemos pensar en
esos momentos de oscuridad en nuestro andar como algo pasajero, un bache, a
veces muy hondo, del cual saldremos más delante.
Y
es en esos momentos aciagos donde la actitud con que los enfrentemos tendrá mucho
que decir para las acciones subsecuentes que tomemos. Esa actitud para nada
está relacionada con el derrotismo o el fatalismo que tan fácilmente viene a nosotros
cuando ante un escollo sentimos venirse el mundo encima y evaporarse la meta
que estábamos persiguiendo.
Ese
derrotismo al cual me refiero quiere decir que maximizamos los obstáculos a los
cuáles nos enfrentamos, sobre todo porque ante las caídas pareciera que esos obstáculos
son más fuertes que nuestra determinación por salir adelante, pero esto no es
así ya que incluso en la vida real uno puede tropezarse con una pequeña piedra
lo cual no vuelve a esa piedra una montaña inamovible.
El
fatalismo es peor pues no tiene que ver con algo tan específico como un obstáculo,
como en el caso del derrotismo, sino con una visión sombría de nuestra existencia
donde creemos que todo nos sale mal o que nunca podremos lograr nada de lo que
nos hemos propuesto.
Ambas
actitudes son tremendamente pesadas, como una losa de concreto que quisiéramos
cargar voluntariamente para detenernos y no avanzar más. ¿Te fijas que he dicho
voluntariamente?, así es, voluntariamente pues nadie nos impone ni el
derrotismo ni el fatalismo pero son actitudes que permiten, al menos así lo vemos,
el justificar el tirar todo por la borda.
Siempre
he mencionado que en nuestro andar nos podemos tomar un descanso, sobre todo en
situaciones adversas como las que menciono, pero nunca claudicar de conseguir
nuestras metas. Vale esto para lo que estamos comentando. En vez de la actitud
derrotista o fatalista es mejor descansar, despejar la mente, el alma, el
espíritu y volver de nuevo a la carga cuando hayamos recobrado nuestras energías
y sobre todo la actitud correcta para seguir en la lucha.
Obstáculos
para lograr lo que nos propongamos siempre encontraremos, de la misma forma en
nuestro interior siempre tendremos dos opciones ante las caídas que
experimentemos: tirar todo por la borda o seguir luchando, tú decidirás en todos
los casos, solo recuerda que no es golpeando el suelo como avanzaras en la
vida, sino dando pasos firmes y decididos.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/-BLF1L9pem4
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de ella pueblo mío - 3ª advertencia: Prácticas-”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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