jueves, 30 de diciembre de 2021

Recuerda: el humor es el lubricante del engranaje de tu existencia


 

Liderazgo, emprendedurismo, motivación, todo eso está muy bien, pero, ¿te digo un secreto?, no hay que tomárselo todo tan en serio porque en vez de que tu vida sea un viaje apasionante se convertirá en una carga pesada, y para aligerar este andar nada mejor que el humor.

 

Al abordar el liderazgo, el emprendedurismo o la motivación, encontrarás en libros, artículos, videos, conferencias y talleres un sinfín de temáticas relacionadas, todas con estructuras y metodologías que permiten no solo entender la idea detrás de cada manera de tratar el tema sino también la forma de desarrollar y evaluar lo que desees respecto de ellos, pero así como existe mucha información que podríamos decir seria al respecto, hay algo de vital importancia que brilla por su ausencia: el humor.

 

Es un hecho demostrado que la alegría, el humor, el buen ánimo ayudan, apoyan y activan otros aspectos de la vida, desde la fuerza y el carácter para emprender las cosas hasta cuestiones como aprendizaje, empatía, conciencia. Muchas explicaciones hay para ello, desde las meramente psicológicas que apuntan a una manera diferente de funcionar en cuanto a nuestras capacidades cognitivas hasta las biológicas que apuntan al efecto que las endorfinas soltadas por estos estados de ánimo tienen en nuestra persona, lo que si el humor si no quita lo complicado de la vida por lo menos aligera la carga.

 

Piensa en las ideas subyacentes detrás de liderazgo, emprendedurismo y motivación, independientemente de lo que pienses creo estaremos de acuerdo en que la imagen que se nos viene es de optimismo, de logro, de conquista, de empuje, es decir, de un estado de ánimo positivo, y para que éste estado de ánimo exista y subsista necesariamente se requerirá del humor, de otra forma el primer revés que enfrentemos tirará por la borda nuestro buen humor y todo lo que de él esté agarrado.

Ahora bien, no se trata de ir por la vida con un espíritu bobo riendo de todo lo que nos pase, para nada. Lo que se trata es de desarrollar esa capacidad, uno de ser feliz con lo que uno tiene, dos de ser feliz con lo que uno busca, y tres de ser feliz con lo que uno encuentra. ¿Fácil?, para nada ya que se requiere de una filosofía de vida que permita poner todo en su justa dimensión y tomar de la vida lo mejor de lo que nos ofrezca.

 

¿Y cuándo uno esté triste, abatido, deprimido? ¡Pues estate triste, abatido y deprimido!, ¿o piensas que como humanos no tenemos el derecho a eso? Pero de igual forma piensa en que ese es un estado de ánimo pasajero y cuando puedas no te niegues la oportunidad de retomar tu vida, tu verdadera vida, con un estado de ánimo positivo donde el humor tenga cabida.

 

Hay una dinámica sencilla que aplico en mis talleres sobre estos temas, te la comparto. Imagina tu último día de vida y voltea atrás, vamos, en serio ¿no te hubiera gustado reír más?, ¿no te hubiera gustado estar más alegre?, ¿no te hubiera gustado disfrutar con mayor humor la vida? Ahora vuelve a este tu presente y mira al frente: te quedan muchos pasos por dar ¿no quisieras darlos con un mejor humor? Es tu decisión.

 

La vida puede ser pesada, compleja, desgastante, eso no lo voy a discutir, lo que si nunca aceptaré es que esas condicionantes hagan que nuestra propia existencia deba ser miserable, y no la aceptaré por la sencilla razón de que en uno está en transformar lo primero en algo de mayor valor y nuestra vida en una obra de arte, y para ello recuerda: el humor es el lubricante del engranaje de tu existencia.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/A8lyXzzpv98

 

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jueves, 23 de diciembre de 2021

Si sientes que tu mundo se acaba, ¡crea uno nuevo y comienza tu andar en él!


 

Nuestro andar por la vida puede en ocasiones enfrentarse a obstáculos que parecen insalvables, y tal vez lo sean, pero eso no implica que debamos dejar de caminar, en otros senderos, por otros rumbos, pero siempre avanzando.

 

“¡Sentí mi mundo se acababa!” ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase dicha por alguien y refiriéndose a algún momento más que traumático de su vida donde todo parecía estar en su contra? Si bien no es una frase que se diga todos los días yo creo que podremos recordar siquiera una vez que la oímos o, ¿por qué no?, que incluso la dijimos.

 

¿Alguna vez te has entretenido trazando en esos laberintos, que vienen como diversión en algunas revistas, un camino para llegar a la salida? Yo creo que sí y también creo que te ha pasado, igual que a mí, que en ocasiones llegas a lo que conocemos como “callejón sin salida” donde llegamos a un punto por el que ya no podemos avanzar más. En este punto, ¿qué es lo que hacemos? Así es: intentar otro camino.

 

Este ejemplo sencillo nos permite traer una técnica, una estrategia, cuando llegamos a algún “callejón sin salida” en nuestra vida: intentar otro rumbo para encaminar nuestros pasos.

 

Esto de “intentar otro rumbo para encaminar nuestros pasos” no quiere decir darnos por vencido en nuestra búsqueda de alguna meta u objetivo y plantearnos otra para seguirla, sino sentarnos un momento para evaluar la situación y decidir nuevas formas de lograr lo que nos propongamos. Por experiencia y después de muchos cursos, conferencias y talleres sobre liderazgo, emprendedurismo y motivación, convencido estoy que prácticamente no existe algo que realmente nos sea imposible.

 

Y mira que dije “prácticamente” pues no quiero pecar de optimisma y señalar que nunca nada podrá detener nuestro andar. A lo mejor en realidad algún día nos topamos con un obstáculo que realmente sea insalvable, pero lo que tenemos que hacer ahí, en vez de renunciar a nuestra meta, es ajustarla. Así es: ajustarla sin renunciar a la esencia de la misma.

 

Por ejemplo, imagina quieres estudiar algo en una parte y para cuando te decides ya esa parte no ofrece lo que quieres estudiar, ¿qué harías? Ya se la respuesta: buscar lo que quieres estudiar en otra parte. Muy bien. Ahora te la pongo más difícil, supongamos que lo que quieres estudiar ya no existe tal cual sino que ha evolucionado a otra cosa que conserva mucho de lo que querías aprender aunque incorpora otras cosas, ¿qué harías? Supongo que la respuesta bien puede ser igual estudiar eso ya que aún representa mucho de lo que querías estudiar. Por último te la pongo muy difícil, supón que de plano ya no existe en ninguna parte lo que querías estudiar ni nada que se le parezca ¿qué harías? Tal vez estudiar algo diferente, ¿no es así? Si te fijas fuimos ajustando la meta pero no el fin de la misma: estudiar, superarte, desarrollarte.

 

Sé que este ejemplo es mucho muy simple si lo comparamos con verdaderos retos que en ocasiones enfrentamos en la vida, retos que no solo fungen como obstáculos en nuestro andar sino que representan verdaderos dilemas emocionales, pero el principio es el mismo: buscar otras formas de lograr en esencia lo que buscábamos.

 

No quiero con esto minimizar lo que nos pasa, al contrario, quiero que incluso en la tempestad que puede implicar el vivir un evento como cuando “se nos acaba el mundo” podamos tener una manera de seguir nuestro andar, así que ya lo sabes si sientes que tu mundo se acaba, ¡crea uno nuevo y comienza tu andar en él!

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/RtrZBnlE3lA

 

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jueves, 16 de diciembre de 2021

Ya sean tu miedo o tu valentía, tú decides que deseas guíe tu vida


 

La cuestión del liderazgo, el emprendedurismo y la motivación necesaria y forzosamente deben sustentar sus fundamentos en el hecho de saberte y reconocerte responsable y dueño de tus decisiones, acciones y resultados, solo de esta forma puedes realmente ser y saberte libre y en función de esto alcanzar tu potencial.

 

Uno de los principales retos que he enfrentado al tratar temas de liderazgo,

emprendedurismo y motivación es precisamente el quitar a las personas de la cabeza el hecho de sentirse víctimas de las circunstancias para poder así tomar las riendas de su vida.

 

Siempre hay una excusa para muchas de las cosas que hemos hecho o que hemos dejado de hacer, que si se tuvo o no el dinero para ello, que si se tuvieron o no las oportunidades para ello, que si se tuvo o no el apoyo para ello. Pensar de esta forma es convertirnos en una veleta que nos movemos hacia donde el viento del mundo, de los demás y de las circunstancias nos mueve.

 

Pero pensar así reduce nuestra vida a una serie de circunstancias donde nos convertimos, o más bien nos ostentamos como dije, en víctimas transfiriendo cómodamente la responsabilidad de lo que somos y de lo que hacemos.

 

Cuando cambiamos el casete de nuestra cabeza por otro donde nos vemos y sabemos hacedores de nuestro andar y constructores de nuestro destino es cuando comenzamos a estar en posesión de nuestras capacidades para realmente hacer de nuestra vida una obra de arte y no un pretexto para un trabajo inconcluso.

 

Retos hay, tropiezos también, nadie dice que la vida es fácil, mucho menos que en nuestras batallas se garantiza el éxito, lo que estoy diciendo es que finalmente lo que uno sea, lo que uno pueda llegar a ser, depende de uno mismo y así debemos verlo para no justificarnos echando sobre los demás las responsabilidades que corresponden a nuestra vida.

 

Estos retos, estos tropiezos incluso estos fracasos que menciono pueden ser abordados con dos estados de ánimos: el de valentía como le llamo, y también el de los miedos. En el primero no quiere decir que no sentimos lo que nos pasa o que incluso no nos afecta sino que aunque lo sintamos o nos afecte no dejamos que sean esas cosas ajenas a nosotros las que decidan sobre nuestra vida. En el segundo, en el de los miedos, es cuando nos escondemos debajo de la cama de la vida esperando todo pase cuando lo único que está pasando mientras estamos de víctimas es el tiempo que sobre esta tierra disponemos.

 

Pero no se trata de polemizar con nadie respecto a la actitud que cada quien quiera desarrollar ante la vida, si alguien quiere derrotarse antes de comenzar a luchar tiene todo el derecho y la libertad para ello, pero de igual forma si alguien quiere salir con actitud triunfadora a pelear cada batalla que la vida nos ponga enfrente de igual forma tiene todo su derecho, toda su libertad.

 

Independientemente de la actitud que se tome ante la vida, la responsabilidad de la misma siempre será de nosotros. Si salimos a luchar con actitud triunfadora y a pesar de los golpes o las caídas no nos detenemos somos responsables de lo que lleguemos a ser y de lo que lleguemos a lograr. Pero de igual forma si dejamos que los miedos, los demás, las circunstancias o el mundo sean quienes decidan sobre nosotros, pues libremente habremos cedido la responsabilidad de nuestra vida a factores ajenos a nosotros mismos, pero en esa cesión va la responsabilidad de que así lo decidimos, de que así lo hicimos, y por lo tanto que somos responsables de ello.

 

Así como el salir de día a la calle y decir que es de noche no cambia la realidad.

Ceder las decisiones de nuestra vida a factores externos no nos quita la responsabilidad de lo que lleguemos a ser y de lo que lleguemos a lograr, así que no lo olvides ya sean tu miedo o tu valentía, tú decides que deseas guíe tu vida.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/NJUknhm-js4

 

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jueves, 9 de diciembre de 2021

Pon atención ya que en tu caminar a la meta que te plantees podrás lograr otras metas igual de ricas que la vida te regalará


Las metas y los objetivos que uno se plantea en su vida curiosamente no son lo único que puede lograrse en ella ya que la vida misma nos va poniendo al alcance otros logros que conforme avancemos hacia los primeros podremos conseguir incrementando con ello nuestra satisfacción y excediendo en logros el potencial personal.

 

La experiencia que tengo en las áreas de Consultoría Empresarial me sirve para enriquecer los trabajos que sobre Liderazgo Emprendedor realizo, las conferencias, los talleres, en suma la formación que sobre este último punto doy, toma referencia, en algunas ocasiones, aspectos que son de utilidad para el primer tema, uno de ellos es el de la planeación estratégica.

 

En Consultoría Empresarial el tema de la planeación estratégica tiene que ver con organizar las acciones y los recursos en función de las metas y los objetivos pero con una visión de largo alcance. Partiendo de la Visión y la Misión que se tenga se van estableciendo mediciones para ir evaluando el avance que a través de lo que hagamos podamos ir consiguiendo.

 

Este tema de la planeación estratégica también forma parte de las cuestiones de

Liderazgo Emprendedor ya que se requiere saber qué es lo que uno desea lograr en la vida para en función de eso destinar los recursos que poseamos y alinear las acciones que realicemos.

 

Todo claro hasta aquí y de una u otra forma en otras participaciones he hablado de ello, tal vez desde la perspectiva del liderazgo, el emprendedurismo y la motivación, pero resaltando la importancia de saber el qué para poder decidir el cómo.

 

Pero la cuestión del Liderazgo Emprendedor excede la de Consultoría Empresarial ya que mientras en la segunda está claro lo que queremos lograr, en la primera, por tratarse de algo tan rico y dinámico como la vida misma existe una flexibilidad que permite no solo conseguir lo que buscamos sino obtener otras cosas en el camino con solo estar atento a ello.

 

Estar atento. En ocasiones eso es todo lo que se requiere. Algo así como ir caminando, encontrar un árbol con fruta y extender la mano para tomar una. El camino son las acciones que cotidianamente haces para llegar a las metas que te has establecido, pero ese árbol que a manera de símil señalo son esas otras cosas que van apareciendo en tu andar y que igual te sirven para ser más y mejor pero que debes extender la mano, es decir, saber aprovechar.

 

Uno no puede dar una lista de las cosas que te irás encontrando en tu andar por la vida, lo importante es que seas tú quien se dé cuenta, pero no solo que se dé cuenta sino que las aproveche ya que si así lo haces será como alguien que comenzó construyendo una casa y terminó construyendo un edificio, ¿por qué digo esto?, porque por experiencia sé que son más las cosas que la vida te pone a tu alcance conforme avanzas a tus metas que las metas misma que te pongas.

 

La vida es dinámica, es cambiante, es fluida, pero más que eso es plena, llena, rebosante, en este sentido aprovecha todo lo que la vida misma ponga a tu alcance en tu tarea de alcanzar el potencial que tienes, así que pon atención ya que en tu caminar a la meta que te plantees podrás lograr otras metas igual de ricas que la vida te regalará.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/DGNMhsviYZA

 

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jueves, 2 de diciembre de 2021

No tiene mucho mérito el hacer las cosas cuando puedes, lo grandioso es que las hagas cuando no puedas


 

El liderazgo, el emprendedurismo y la motivación tradicional parte del supuesto de dar el 100%, es decir, todo lo que tenemos, con la intención de alcanzar las metas y objetivos que nos propongamos, pero existe otro enfoque, menos tradicional, que implica, aunque de inicio suene ilógico, el dar incluso más del 100%, es decir, avanzar incluso cuando todo se tenga en contra en cuanto a lograr lo que nos propongamos.

 

¿Qué necesitas para construir una balsa? –con esta pregunta inicio algunos talleres de liderazgo, emprendedurismo y motivación. El preámbulo implica imaginarnos que estamos en una isla desierta, que hemos sido el único sobreviviente de un naufragio y que estamos buscando la manera de salir de la isla. ¿Qué necesitas para construir una balsa?

 

¿Qué responderías?, puedo decirte que cuando hago este ejercicio comienzan las ideas sobre lo que se ocuparía: troncos, lianas, incluso algunos proponen buscar en la isla algún tipo de betún o brea natural para impermeabilizar la balsa. Hojas de palma para construir en la balsa un resguardo para el sol y algunos pedazos de madera para hacer una especie de timón. Los más avezados incluso proponen que con las ropas que tengamos encima construir una vela para poder aprovechar los vientos. Excelente, pero eso no es lo primero ni lo principal que ocuparías para construir una balsa, lo primero y lo principal es que quisieras hacerlo.

 

Así es: que quisieras hacerlo. El primer paso para hacer algo es querer hacerlo. Esa querencia puede ser basada en las emociones (sentir el deseo realmente de hacer algo, como cuando iniciamos el estudio de algo que nos apasiona) o en la voluntad (hacer algo por que queremos hacerlo aunque no nos nazca e incluso aunque de inicio sintamos cierto rechazo al hacerlo, como cuando nos levantamos muy de mañana para hacer ejercicio).

 

Ahora bien, y volviendo al ejemplo de la balsa ¿y si solo pudieras elegir un solo material? Me encanta cuando planteo esto pues las opiniones siempre son diferentes. Algunos opinan que lo realmente indispensable es la madera en la que se flotaría. Otros opinan que esto serían las ramas de palma ya que mientras uno puede hacer una especie de balsa de la misma forma puede construir algo para cubrirse. En fin. Lo importante es el mensaje: actuar a pesar de tener todo en contra.

 

Esto resume todas las conferencias y talleres sobre motivación, emprendedurismo y liderazgo: querer y hacer. Y en este caso el énfasis que doy se refiere a querer y a hacer incluso cuando se tenga todo en contra. Déjame aquí hacerte una pregunta, yo creo que conoces muchos casos que podríamos señalar de éxito, algunos de esos casos tuvieron que batallar y bastante para conseguir ese éxito, otros por el contrario nacieron en pañales de seda como decimos para señalar que tuvieron todo a su favor, ¿cuál te genera más admiración, mayor respeto?

 

Si bien no se trata de juzgar a uno u otro de los casos que mencionamos, sí podemos decir que en el caso de aquel que logró todo aun teniendo las cosas en contra podemos estar seguros de su capacidad, en el caso del que logró lo que se propuso porque tuvo todo a su favor nos queda la duda pues no sabemos si hubiera podido lograr el mismo resultado de haber carecido de todos los apoyos que consiguió.

 

Pero lo más importante, sobre todo para los que se quejan de tener las cosas en contra, son precisamente esos ejemplos relativos al primer caso que nos demuestran más allá de los dichos que las cosas pueden lograrse si uno se lo propone y si las acciones revierten incluso las condiciones que tiene uno en contra.

 

Toda motivación liderazgo o emprendedurismo carece de sentido si no es capaz de mostrarnos y demostrarnos que somos nosotros y solo nosotros los arquitectos de nuestro propio destino, por esto digo que no tiene mucho mérito el hacer las cosas cuando puedes, lo grandioso es que las hagas cuando no puedas.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/4VWWqaqWGB0

 

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jueves, 25 de noviembre de 2021

Los árboles que siembres tal vez den sombra a otros pero al mundo le hablarán de ti


La cuestión del liderazgo, el emprendedurismo y la motivación, si bien pueden ser temas de interés e incluso de beneficio en su aplicación, los mismos sostengo pueden quedar en meros relumbrones de chaquira y oropel cuando se centran egoístamente solo en uno y su proyecto de vida sin darse cuenta de que somos parte de algo mayor tanto en nuestra responsabilidad como en nuestro potencial.

 

Cuando me toca abordar el tema del liderazgo, el emprendedurismo y la motivación, sea en una conferencia o en un taller, no puedo dejar de pasar la oportunidad para tratar de en algún momento ver todo eso bajo la luz de la

trascendentalidad. Este término, trascendentalidad, si bien no me gusta definirlo, si puedo señalar que lo uso para referirme a esa totalidad de la que somos partes y esa completitud, si se me permite la expresión, a la cual estamos llamados a lograr.

 

En este sentido la gran obra que es nuestra vida no puede sola y exclusivamente centrarse en uno mismo, de una manera no solo egoísta sino exclusiva y excluyente. Al ser parte de un sistema vivo, dinámico y cambiante, tenemos un papel que desempeñar también en la construcción de un mejor sistema. ¿A qué sistema me refiero? A cualquiera que tú puedas identificar como ése en el cuál te desenvuelves: político, religioso, social, natural, etc. Somos parte de algo mayor y por ello se espera de nosotros una responsabilidad de ello.

 

Hay quienes veo tan concentrados en su vida que me da la impresión de que son como esas personas que quieren caminar saltando solo sobre un pie. Al camino del éxito, del triunfo, del logro pasa, sí, por el logro de nuestras metas y objetivos personales, pero también por comportarnos a la altura de nuestra responsabilidad por el sistema del cual somos parte.

 

Cuando planteo esto en ocasiones siento y en otras veo y en otras oigo, cierto rechazo bajo la idea de que el sistema, sea éste el que sea, no es responsabilidad de uno. Cuando se me plantea esto y se me da la oportunidad me gusta aclarar que el sistema no existe por sí mismo sino que entre todos lo creamos y si no coadyuvamos no podremos entonces mejorarlo. ¿Y el sistema natural?, ¿acaso no existe él por sí mismo? Tal vez ese sistema si tenga una gran parte de autoexistencia, pero eso no implica ni que está completo, ni que es perfecto y, menos aún, que nuestras acciones no lo afectan, así que incluso en ese sistema tenemos una responsabilidad como parte de él.

 

A quienes están tan inmersos en sus proyectos de vida que no comparten esta visión les pido que durante una semana, solo una semana, se den la oportunidad de ser trascendentes. ¿Cómo? Haciendo algo que vaya más allá de sus intereses personales y egoístas. Sembrar un árbol, donar algo a alguien necesitado, ayudar a alguien en la calle, rescatar un animalito, limpiar una basura que encontremos,

etc. Lo importante es que cada día durante esa semana se haga algo que salga fuera del círculo inmediato de lo que estrictamente consideramos nuestros intereses. Te sugiero hagas lo mismo.

 

Para aquellos que algo así se les haga muy poca cosa déjenme decirles que en muchas ocasiones los verdaderos actos heroicos son precisamente hacer actos que no parecen serlo. Lo que haces cambia el mundo, digo en ocasiones, la intención con que lo haces te cambia a ti.

 

Esa trascedentalidad de la que hablo implica el sabernos y reconocernos parte de algo mayor, de algo tan grande y de tan amplios alcances que bien podría señalarse como casi imposible de ser influido por nosotros, el verdadero acto heroico es que a pesar de ello hagamos todo lo que esté de nuestra parte para que no sea así, por eso recuerda los árboles que siembres tal vez den sombra a otros pero al mundo le hablarán de ti.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/_cwP7XeegZY

 

También puede descargarse gratis el libro  “Primero lo natural, luego lo espiritual -Leyes mosaicas: Sombras de lo venidero – Volumen 2”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

 

jueves, 18 de noviembre de 2021

No se trata de tomar las riendas de tu vida sino de convertirte en el caballo que te llevará a tu destino

 


El sentido de toda motivación, liderazgo y emprendedurismo en la vida requiere necesariamente saber distinguir los medios con los fines, así como lo que es responsabilidad de uno y de nadie más, para lograr que nuestras acciones sean efectivas y eficientes, pero sobre todo, trascendentes.

 

Me gusta el ejemplo del título de este artículo pues da para reflexionar de una manera muy práctica. En muchas ocasiones creo que todos hemos oído esa frase de “tomar las riendas” de nuestra vida. Es una frase que yo mismo utilizo, pero siempre para abrir algún tema donde más delante señale lo que menciono en el título y que no es otra cosa que volvernos el medio de lograr lo que queremos.

 

La frase “tomar las riendas” de nuestra vida está bien, implica que nos hacemos responsables de nuestras acciones dejando de echarle la culpa a los demás o a las circunstancias, ya de inicio esto es algo encomiable, pero ese no es el último paso en el camino al liderazgo de nuestra propia existencia sino al contrario es un primer paso, el último, como menciono, es volvernos el caballo que nos lleva a  donde queremos.

 

Cuando menciono esto siempre lo explico para que no se generen ideas erradas, lo mismo haré aquí. “Tomar las riendas” de nuestra vida implica que dirigimos, controlamos o al menos encauzamos algo ajeno a nosotros, y en efecto muchas veces eso es así, pero el nivel del liderazgo, de responsabilidad personal del que estoy hablando, implica que nosotros mismos nos volvemos causa y efecto, origen y destino, de lo que somos y de lo que hacemos.

 

Pensar así nos obliga a movernos en otro nivel donde si no existen elementos ajenos a nosotros que nos ayuden en nuestro proyecto de vida nosotros los creamos e incluso aunque existan pero esos son adversos nosotros nos sobreponemos a ellos transmutando las adversidades en oportunidades.

 

“Tomar las riendas”, igual que el símil que maneja, es encauzar un caballo (siguiendo el ejemplo) por donde queramos, pero si ese caballo está mal, enfermo o débil nos deja con las riendas, sí, de nuestra vida, pero con un medio muy endeble. Por el contrario volvernos nosotros ese caballo implica que con los demás o sin ellos, con las circunstancias o sin ellas, e incluso con los demás y con las circunstancias en contra de nosotros, aun así avanzamos.

 

Uno podrá “tomar las riendas” de la vida, pero igual no avanzar, he visto muchos casos, ¿y por qué?, pues por que las riendas se han tomado de un caballo que no da mucho y así la persona, aunque “toma las riendas” de su vida, pues se atiene a lo que esas riendas controlan.

 

Convertirse en el caballo es cambiar la forma de ver las cosas y vernos como los hacedores de nuestro propio camino, de nuestro propio destino, pero con un nivel de impecabilidad donde no caben las excusas y los pretextos y donde los resultados internos y externos exceden con creces lo que hubiéramos creído o esperado.

 

La vida no entiende de disculpas, rodeos o evasivas, igual hagamos o no ella sigue avanzando, así que no lo olvides no se trata de tomar las riendas de tu vida sino de convertirte en el caballo que te llevará a tu destino.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/oMNxRyz5-QQ

 

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jueves, 11 de noviembre de 2021

El mejor proyecto es tu vida, la mejor inversión es tu tiempo, y los mejores rendimientos son tus sueños


 

Sin duda alguna lo más valioso que tenemos en la vida es la vida misma ya que ésta nos capacita para todas las demás metas y objetivos que podamos lograr, así como para el cúmulo de experiencias y aprendizajes que podamos tener, pero con todo y todo la vida, aun siendo lo más valioso, debe ser trabajada para no ser desperdiciada sino por el contrario potenciada al máximo.

 

“Si no somos infinitos, ¿por qué pasarnos la vida como si lo fuéramos” –comenté en una ocasión en una conferencia. Esta pregunta retórica hace referencia a ese desperdicio en que se vierte nuestra vida cuando, en vez de aprovecharla al máximo, la desperdiciamos como si nunca se fuera a acabar.

 

Si bien todos estaríamos de acuerdo en que hay vicios que destruyen y excesos que demeritan, lo que casi nunca vemos como nocivo para nuestra vida es ese pequeño desperdicio que de la misma hacemos cuando no damos el 100% o cuando dejamos que sean los problemas o los demás quienes decidan nuestro derrotero.

 

Mira tu reloj. Cada día tiene 24 horas. Esas 24 horas son tuyas, puedes usarlas como quieras. Igual puedes tirar esas 24 horas no haciendo nada de provecho, regodeándote en tus fracasos o simplemente dejando que pasen, o bien usarlas, aunque duela o sea molesto, en tu proyecto de vida.

 

Si quieres te ponga un símil digamos que tu proyecto de vida es tu figura y tu salud y que esas 24 horas es el tiempo de que dispones en el gimnasio. Igual puedes pasarte todo ese tiempo platicando, leyendo revistas y tomando refrescos, pero creo que el resultado de todo eso no serán los beneficios físicos que esperas.

 

Si por el contrario te pones a darle con todo al ejercicio, aunque de inicio de flojera e incluso cuando el dolor y el cansancio abrumen tu rutina, podemos pensar que al final esa disciplina, esa constancia y ese esfuerzo darán los resultados que buscas, y no solo que buscas sino que te mereces.

 

Así es: que te mereces. De inicio debes pensar que mereces todo lo que crees puedes llegar a obtener en esta vida para, en función de eso, ponerte a trabajar en ello. Y mira que digo trabajar, es decir, se requerirá de ese esfuerzo, físico, mental, emocional e incluso espiritual, pero no estás llamado a menos que a la excelencia.

 

Ve a tu alrededor cualquier proyecto, grande o pequeño, que te llame la atención y que otra persona haya logrado. Cualquier proyecto que veas necesariamente debió requerir de una inversión, en ocasiones de dinero pero en todas de esfuerzo, de constancia, de dedicación, ¿acaso tu vida que es mucho más valiosa por ser única e irrepetible merece menos?

 

En una ocasión escuche la frase que dice “si puedes soñarlo, puedes lograrlo”, y estoy completamente de acuerdo, solo que ese lograrlo implica que te pongas a trabajar en ello, así que recuerda el mejor proyecto es tu vida, la mejor inversión es tu tiempo, y los mejores rendimientos son tus sueños.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/_SX7ztg6RzY

 

 

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