Nuestro
andar por la vida puede en ocasiones enfrentarse a obstáculos que parecen
insalvables, y tal vez lo sean, pero eso no implica que debamos dejar de
caminar, en otros senderos, por otros rumbos, pero siempre avanzando.
“¡Sentí
mi mundo se acababa!” ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase dicha por
alguien y refiriéndose a algún momento más que traumático de su vida donde todo
parecía estar en su contra? Si bien no es una frase que se diga todos los días
yo creo que podremos recordar siquiera una vez que la oímos o, ¿por qué no?,
que incluso la dijimos.
¿Alguna
vez te has entretenido trazando en esos laberintos, que vienen como diversión
en algunas revistas, un camino para llegar a la salida? Yo creo que sí y también
creo que te ha pasado, igual que a mí, que en ocasiones llegas a lo que conocemos
como “callejón sin salida” donde llegamos a un punto por el que ya no podemos
avanzar más. En este punto, ¿qué es lo que hacemos? Así es: intentar otro
camino.
Este
ejemplo sencillo nos permite traer una técnica, una estrategia, cuando llegamos
a algún “callejón sin salida” en nuestra vida: intentar otro rumbo para encaminar
nuestros pasos.
Esto
de “intentar otro rumbo para encaminar nuestros pasos” no quiere decir darnos
por vencido en nuestra búsqueda de alguna meta u objetivo y plantearnos otra
para seguirla, sino sentarnos un momento para evaluar la situación y decidir nuevas
formas de lograr lo que nos propongamos. Por experiencia y después de muchos
cursos, conferencias y talleres sobre liderazgo, emprendedurismo y motivación,
convencido estoy que prácticamente no existe algo que realmente nos sea
imposible.
Y
mira que dije “prácticamente” pues no quiero pecar de optimisma y señalar que nunca
nada podrá detener nuestro andar. A lo mejor en realidad algún día nos topamos
con un obstáculo que realmente sea insalvable, pero lo que tenemos que hacer
ahí, en vez de renunciar a nuestra meta, es ajustarla. Así es: ajustarla sin renunciar
a la esencia de la misma.
Por
ejemplo, imagina quieres estudiar algo en una parte y para cuando te decides ya
esa parte no ofrece lo que quieres estudiar, ¿qué harías? Ya se la respuesta: buscar
lo que quieres estudiar en otra parte. Muy bien. Ahora te la pongo más difícil,
supongamos que lo que quieres estudiar ya no existe tal cual sino que ha evolucionado
a otra cosa que conserva mucho de lo que querías aprender aunque incorpora otras
cosas, ¿qué harías? Supongo que la respuesta bien puede ser igual estudiar eso
ya que aún representa mucho de lo que querías estudiar. Por último te la pongo
muy difícil, supón que de plano ya no existe en ninguna parte lo que querías
estudiar ni nada que se le parezca ¿qué harías? Tal vez estudiar algo diferente,
¿no es así? Si te fijas fuimos ajustando la meta pero no el fin de la misma:
estudiar, superarte, desarrollarte.
Sé
que este ejemplo es mucho muy simple si lo comparamos con verdaderos retos que
en ocasiones enfrentamos en la vida, retos que no solo fungen como obstáculos
en nuestro andar sino que representan verdaderos dilemas emocionales, pero el
principio es el mismo: buscar otras formas de lograr en esencia lo que
buscábamos.
No
quiero con esto minimizar lo que nos pasa, al contrario, quiero que incluso en la
tempestad que puede implicar el vivir un evento como cuando “se nos acaba el mundo”
podamos tener una manera de seguir nuestro andar, así que ya lo sabes si
sientes que tu mundo se acaba, ¡crea uno nuevo y comienza tu andar en él!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/RtrZBnlE3lA
También puede descargarse gratis el libro “Cosas
nuevas y cosas viejas -Temas de estudio de los cuales uno nunca deja de
aprender- Libro 2”, desde www.rocefi.com.mx (Menú
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