Las
decisiones que uno toma en la vida necesariamente son excluyentes, es decir, se
opta por algo rechazando otra cosa, esto siempre es así; de la misma forma lo
que siempre es así es y será que dichas decisiones dejarán a algunos conformes
mientras que a otros no, siendo que tu persona es la primera y última quien
debe quedar satisfecha.
Todos
conocemos el cuento del viejo, el niño y el burro, donde primero el viejo y el niño
van de pie, luego los dos arriba del burro, luego solo el niño y luego solo el viejo,
y en todos los casos la gente los criticaba; que si eran unos tontos por desaprovechar
el burro, que si eran unos desconsiderados por ir los dos arriba, que si era un
maleducado el niño por dejar a un viejo ir a pie o que si se era un inconsciente
el viejo al dejar un niño ir a pie. El caso es que nunca le dieron el gusto a
nadie, y esa era precisamente la moraleja, el mostrar cómo es que cuando uno quiere
quedar bien con todos, finalmente con nadie queda bien.
Esto
es muy obvio, tal vez bastante y por eso nos pasa desapercibido, pero ni nuestros
padres, ni nuestros hijos, ni nuestra esposa o esposo, ni nuestros amigos,
nadie vivirá la vida por nosotros; de igual forma nosotros no podemos vivir las
vidas de los demás. Nos tenemos que conformar (si es que puede decirse conformar
con el milagro maravilloso que implica vivir) con vivir nuestra vida.
Pero
para vivir nuestra vida se requieren dos cosas, así es, solo dos cosas, complicadas
y valiosas, pero solo dos: una es visión y la otra es decisión. Visión se
refiere a saber que queremos, que pensamos, que deseamos. Ojo con esto en su
consecución día con día.
Internamente,
la visión es lo más difícil; externamente lo es la decisión. La visión es lo
más difícil internamente hablando pues implica un ejercicio mental y emocional
para dilucidar cuáles ideas y sentimientos son realmente nuestros y cuáles no,
lo cual implica depurar, reorganizar, reestructurar nuestro mundo interno.
La
decisión es lo más difícil externamente hablando pues se ve sometida a los embates
de factores externos –familia, amigos, líderes- quiénes cuando no estén de
acuerdo con nuestras ideas o acciones pretenderán de una forma u otra el cambiarnos
no hacia algo mejor que podemos ser sino a lo que ellos creen es mejor y tal
vez lo sea, pero para ellos.
Un
pequeño ejercicio: escribe en una hoja las principales actividades que hayas hecho
el día de ayer, después señala la meta final que quieres lograr con cada una de
esas actividades, por último argumenta el por qué quieres lograr esa meta, qué
valores intrínsecos para ti ves en ello, que satisfacción personal obtendrías con
eso. Esto te dará muchas luces para ver si estas construyendo tu vida o siguiendo
las indicaciones de otro proyecto ajeno.
Dado
que vida tienes solo una y cada día es una oportunidad para alcanzar tu pleno
potencial, cuida cada instante para que nada ni nadie te quite este derecho de
ser, así que recuerda lo mejor es quedar bien contigo mismo, después de todo ¡eres
la única persona que te acompañara toda tu vida!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/xu0W4b-rUg4
También puede descargarse gratis el libro “Tu fe
te ha salvado -Comprensión espiritual de los milagros de Jesús-”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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