En
nuestro andar por la vida en ocasiones sentiremos que ésta es, por decir poco,
más que pesada. Este sentimiento yo creo no nos es extraño, lo extraño, si es
que podemos etiquetarlo de esta forma, es que sigamos cargando aquello que nos
hace la vida pesada.
“Ya
no soporto esta vida”. ¿Alguna vez has escuchado o incluso tú mismo dicho esta
frase? Yo creo que en algún momento de nuestra vida, sobre todo ante las
adversidades, tropiezos y caídas que experimentemos todos hemos tenido algún
lapso de sentimientos de pesadumbre, desánimo y desaliento que nos pueden haber
llevado a declarar lo señalado.
Pero
al igual que toda frase generalista (como “nunca me escuchas”, o “siempre
llegas tarde”), no podemos decir propiamente que es la vida la que pesa sino
específicamente algún evento, situación o circunstancia que estemos
experimentando.
Antes
de continuar quiero dejar muy en claro que los sentimientos negativos que en
ocasiones abruman nuestro ser son perfectamente naturales, pero que de la misma
forma ante ellos siempre tendremos dos opciones: dejar nos avasallen
controlando nuestra vida o verlos como parte de un momento que si bien no
podemos controlar sí podemos administrar.
¿A
qué me refiero con esto último de “administrar”? Pues a saber qué (1) los
momentos malos de la vida van y vienen, es decir, siempre llegan pero no son
permanentes; (2) que los sentimientos negativos que devienen de esos momentos
malos de igual forma van y vienen y que no podemos ni debemos usarlos para
detener nuestro andar ni para definir nuestra vida; y (3) que ante los dos
puntos anteriores en ocasiones lo mejor es diferir las decisiones y esperar a
que, como se dice coloquialmente, vuelva a salir el sol.
Esto
comentado no quiere decir que impedirá que los malos momentos y los
sentimientos negativos aunados a esto lleguen a tu vida, pero sí que te
permitirán enfocarte en la luz al final del túnel más que en la oscuridad que
te rodea mientras vas por él.
De
esta forma, en vez de vernos como víctimas de las circunstancias, veremos los
eventos y sentimientos experimentados como circunstancias pasajeras que si bien
pueden en su momento ser difíciles no por ello nos impedirán seguir con nuestro
proyecto de vida.
Nuestro
andar por la vida traerá momentos aciagos y sentimientos adversos, pero tanto
estos momentos como los sentimientos aunados ni son lo que somos ni mucho menos
lo que queremos y podemos ser, así que no olvides ¿dices que la vida es
pesada?, pues no la cargues, ¡vívela!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
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