Es
cierto que cuando se nos reconoce por algo que logremos o que hagamos la
sensación, por decir lo menos, es más que satisfactoria, pero también una
verdad que no debemos de pasar por alto es que eso no debe ser ni lo que
busquemos ni mucho menos lo que termine por definirnos.
Los
logros que uno conquista en la vida en ocasiones son imperceptibles salvo para
uno pero en la mayor parte del tiempo son visibles para quienes nos conocen y
nos rodean. Esto generalmente lleva a un
reconocimiento de parte de amigos, vecinos y conocidos que necesariamente, dada
nuestra naturaleza, regocijan nuestro ego.
Y
esto está bien. Es normal y natural. Aclaro esto para que no se crea que lo
señalaré como malo o incorrecto. Es una forma social donde se nos reconoce por
el esfuerzo, que si bien es personal, termina de igual forma impactando
positivamente a la comunidad.
Pero
de igual forma hay que tener muy en claro que si bien esto es un accesorio, un
adicional que pueden ver con nuestros logros y conquistas de metas, no es
necesaria ni primariamente lo que se busca.
Va
esta aclaración por el hecho de que en ocasiones se podrá tener la sensación de
conseguir más bien los aplausos de los demás independientemente de la
satisfacción que uno pueda experimentar ante lo que enarbolamos como un logro.
Lo
que primeramente deberíamos de buscar es precisamente esa satisfacción que
nomás, de manera exclusiva y excluyente, nos podemos dar nosotros mismos ante
una batalla que hemos luchado y tal vez conquistado.
Y
esto no es una argumentación moralista o
ética sino que parte de algo mucho muy práctico: una vez que los aplausos de
los demás se han apagado lo único que nos queda somos nosotros.
Es
por eso que muchos artistas, cantantes y demás gente famosa, por más aplausos y
reconocimientos que reciban, terminan (y en ocasiones trágicamente) con una
vida vacía y sin sentido.
Esto
no quiere decir que no disfrutemos del reconocimiento social que los demás nos
den, pero pregúntate, ¿qué te quedará una vez que los demás se hayan retirado y
quedes solo contigo mismo?
Nuestro
andar por la vida nos traerá logros y conquistas de metas, sueños y objetivos,
la satisfacción personal de ello es el primer fruto a saborear por ti
independientemente de los aplausos de los demás que puedan o no venir, así que
recuerda: eres, no los halagos o críticas que recibes, sino los sueños que
conquistes.
Roberto Celaya
Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del
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