jueves, 25 de febrero de 2021

Un buen líder siempre va al frente de sus seguidores y si vienen problemas se adelanta aún más



 

El reconocimiento del liderazgo personal es algo que la mayoría ve como positivo, deseable, anhelado, pero la cuestión que en ocasiones se pasa por alto implica el también reconocer, entender y aceptar que ese liderazgo implica ciertos  sacrificios, sacrificios que permiten a los demás confiar en la labor de uno como líder.

 

En una ocasión en un taller de liderazgo les pedí a los participantes que enlistaran aquellas cosas por las que quisieran en algún momento dado ser reconocidos como líderes. El trabajo fue por equipo y cada equipo generó una lista de no menos de diez ítems relacionados con lo anterior, todos ellos muy agradables tales como creatividad, decisión, inteligencia, don de gentes, etc.

 

Una vez que cada equipo hizo y presentó esa relatoría, yo les presenté un listado de otros diez ítems donde venían cuestiones que no eran tan agradables, tales como riesgo, luchas, soledad, ataques, vituperios, desasosiego, etc. Con ese listado pedí levantaran su mano los que quisieran vivir eso. Obvio que nadie la levantó.

 

Al poner las dos relatorías de ítems, las que cada equipo había generado y la que yo les presentaba, les comenté que ese era el paquete de ser líder. No solo lo agradable que cada equipo había señalado sino también las otras cuestiones que están aunadas a lo que significa ser un líder.

 

La misma imagen del líder es de alguien que va por delante de sus seguidores, tanto de una manera real como metafórica, y eso implica que ante los riesgos, esfuerzos personales, esfuerzos que conociéndolos uno no puede ocultarlos de las gentes que desean alcanzar ese reconocimiento pues no sería honesto de nuestra parte.

 

¿Y todo esto para qué? pues para desarrollar ese nivel de conciencia, de conocimiento, de voluntad que requiere ser un líder. De la misma forma para medir y medirnos en esta cuestión e identificar esas, no digamos debilidades, sino áreas de oportunidad que nos permitan enfocar las acciones necesarias para desarrollar el liderazgo, liderazgo que sostengo siempre empieza con nosotros mismos antes de extenderlo hacia los demás.

 

El liderazgo es algo que aunque es deseado en ocasiones no es correctamente construido, esta corrección en la construcción implica tener en ambas manos tanto lo negativo como lo positivo de tal papel y saber desempeñarlo con valor y carácter incluso en las situaciones más adversas, después de todo un buen líder siempre va al frente de sus seguidores y si vienen problemas se adelanta aún más.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/NxFVNSSizkg

 

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jueves, 18 de febrero de 2021

Solo se está derrotado cuando se decide dejar de luchar


 

La finitud de los eventos que experimentamos en la vida nos genera una impresión donde todo tiene un principio y un final, extrapolado esto a nuestros proyectos de vida el final de ese esfuerzo se entiende como un éxito o un fracaso en función de si se cumplió o no lo que se buscaba, pero como todo proyecto se circunscribe dentro del proyecto mayor que es nuestra vida la derrota no tiene cabida en tanto sigamos luchando.

 

La vida conlleva en su misma esencia una naturaleza de tal dinamismo que es literalmente imposible el concretizarla como si de un hecho conocido, entendido y explicado a cabalidad se tratara. Los cambios al orden del día, la infinitud de ideas y sentimientos subyacentes, las múltiples variables correlacionadas, y la enormidad de lo que desconocemos le confiere un carácter de misterio reverencial.

 

Pero por otro lado nuestra mente busca constantemente el entender lo que experimenta para lo cual establece parámetros de pensamiento donde reduce al mínimo lo experimentado tanto en las variables, sus procesos y sus resultados, con la finalidad de poder manipular la información en un sentido práctico.

 

Estos dos extremos deben ser comprendidos para buscar un punto medio donde la maestría sobre nuestra existencia se lleve a cabo en un ambiente que nos permita avanzar constantemente hacia mejores estados de desarrollo.

 

Este comentario va en el sentido de aquellos proyectos en los cuales definimos el éxito o fracaso de los mismos en función de las metas y objetivos que nos hayamos establecido, lo cual es correcto desde el punto de vista de la finitud de nuestro pensamiento que concretiza lo abstracto, pero en un sentido más amplio y relacionado con el misterio que es nuestra vida esa percepción no tiene lugar.

 

Supongamos que emprendes un proyecto, el que sea, y que éste no resultó en lo esperado por lo cual consideras se fracasó en el mismo. Visto el proyecto como un proceso de inicio y fin, donde hay insumos y esfuerzos aplicados, la valoración del éxito o fracaso está correctamente en función del resultado obtenido, pero, el gran pero, es que ese proyecto no es tu vida ni mucho menos la define o circunscribe, los resultados que se obtengan, sean estos buenos o malos, pueden ser aquilatados como experiencia y usarse en la construcción del proyecto mayor que es tu existencia.

 

Yo no conozco una sola persona de éxito, incluso éxito en el sentido común que todos entendemos, que no haya experimentado eso que podríamos denominar fracasos; lo que sí conozco son muchos casos de éxito en los cuales encontramos fracasos pero que curiosamente éstos no son vistos como tales por estas personas sino más bien como experiencias que los fueron formando, moldeando, hasta llegar a ser lo que ahora son.

 

El fracaso, la derrota, no existe como tal pues casos hay de sobras donde de la peor situación puede sacarse un provecho mayor. Esto es innegable. Incluso situaciones que se vean ya sin sentido alguno, es decir, grandes fracasos de proyectos, han generado las presiones necesarias para detectar una gran oportunidad de vida en medio de la crisis experimentada.

 

La caídas que en nuestro andar experimentamos deben ser vistas a la luz de un andar mayor que es nuestra vida, si nuestra vida no se ha terminado entonces no podemos pensar en un fracaso pues aún estamos en proceso de logro y conquista, no habiendo mayor proyecto que el de nuestra propia existencia, así que no olvides que solo se está derrotado cuando se decide dejar de luchar.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/AnuPfslhj2E

 

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miércoles, 10 de febrero de 2021

Superar un reto te capacita para, por un lado, esperar un reto mayor, y por otro, ayudar a otros a superarlo


 

Una tónica de la motivación relacionada con la consecución de nuestras metas señala la lucha constante que debemos hacer para lograr esto, pero algo que en ocasiones se deja de lado es también señalar con claridad la habilitación de que somos objeto con cada sueño que conquistamos.

 

El ser humano es un ente permanentemente insatisfecho, no lo digo esto con un ánimo de señalar un vacío existencial sino más bien un constante buscar hacer más, tener más, ser más. Esa insatisfacción que todos damos por hecha al parecer la olvidamos cuando estamos trabajando por lograr un sueño o una meta, ¿por qué digo esto?, pues porque muchos suponen, al menos en la práctica, que una vez que logren lo que buscan o desean sus esfuerzos terminarán y podrán ponerse a descansar sin luchar más, lo cual no es así.

 

¿Qué es lo que realmente sucede? y que por cierto en ocasiones tiende a deprimir a quienes experimentan esto-, pues que una vez que se conquista un sueño, una meta o un objetivo, lo que sigue es otra lucha, otro camino, otro esfuerzo. Claro que si tú tienes claro que este andar es así no experimentarás ese desasosiego sino que al lograr tus propósitos te sabrás y sentirás listo para lo que viene.

 

A eso es a lo que me refiero cuando señalo que el logro de algo te habilita para buscar algo mayor, ya que la lucha experimentada te ha dado la fortaleza y la experiencia para sentirte capaz de hacer más, de lograr más, de ser más. Pero esa habilitación es solo una parte de la consecuencia de tus luchas, la otra está en  la responsabilidad que adquieres ante los demás, responsabilidad que podemos señalar como solidaridad.

 

Esta solidaridad la explico señalando que la habilitación que adquieres, si bien te faculta para nuevos retos, también te faculta para ayudar a los demás a que superen los suyos. Cuando expreso esta idea, por lo menos en confianza, hay quienes señalan que eso no es su responsabilidad, que cada quien debe luchar por lo que quiere y que dependerá solo de ellos el lograrlo o no, pero quiero explicarlo de otra forma.

 

Piensa en cualquier sueño, meta u objetivo que te haga sentir muy orgulloso de haberla logrado, piensa en este momento en todas esas cosas que tuviste que hacer, incluso esos pequeños logros que tuviste que alcanzar al lograr lo que buscabas, piénsalo un momento, ahora te pregunto ¿realmente tú lo hiciste sólo?, ¿no hubo gente que te ayudó de una u otra forma? Realmente considero muy difícil si no es que imposible el que alguien logre algo sin deberle nada a nadie, veamos una cosa tan simple como leer y escribir. Muchos de nuestros logros requieren de eso, así que estamos en deuda con aquellas personas que desde nuestra más tierna infancia nos enseñaron esto.

 

De la misma forma podemos ir avanzando en nuestra vida y encontrar muchas personas que nos fueron ayudando a construirnos como personas hasta llegar a ser lo que somos. Obvio que cuando nos referimos a una meta en concreto podemos identificar o no a quienes nos hayan ayudado o no para lograrla, pero más allá de quien tuvo una incidencia directa están las decenas de personas cuya incidencia indirecta como los ejemplos que acabo de mencionar- nos facultó para lograr el sueño, meta u objetivo en cuestión.

 

Así que eso de ayudar a los demás no es una acto de altruismo o de buena voluntad sino de reconocimiento de nuestra deuda con muchas personas que antes nos ayudaron y cuya forma de pagarles es ayudando a los que en nosotros buscan una guía, un apoyo, un empuje.

 

La habilitación que cada esfuerzo va haciendo en nosotros nos genera un carácter, una fuerza y una voluntad que nos permitirá avanzar en el logro de nuestras metas y ayudar a avanzar a los demás en la consecución de las suyas, después de todo superar un reto te capacita para, por un lado, esperar un reto mayor, y por otro, ayudar a otros a superarlo.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/MG5d9HFT3DY

 

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jueves, 4 de febrero de 2021

Tu no escoges muchas de las batallas que pelearas en tu vida, pero si puedes elegir la actitud con la que lo harás


 La vida personal e íntima de cada quien, cual camino que no ha sido aún transitado, presenta un sinfín de experiencias para las que no estamos preparados en el sentido de saber lo que nos depara ese andar, pero independientemente de eso en todo momento podemos llevar una actitud que permita el avanzar en nuestro proyecto de vida.

 

¿Cuántas veces al andar por un camino que nunca hemos recorrido nos hemos encontrado lo mismo con parajes atractivos que con situaciones desagradables?

 

Yo creo que un sinfín de ocasiones. De la misma forma ¿cuántas de esas veces que hemos iniciado un andar por un camino desconocido lo hemos hecho lo mismo con una actitud abierta que con una precaución activa? También creo que en todas las ocasiones.

 

De la misma forma que el ejemplo anterior, nuestra vida no es otra cosa más que un sendero inexplorado. Nadie en ningún momento y bajo ninguna circunstancia ha andado lo que nosotros vamos a andar. ¿Qué las vidas de unos y otros son similares? Así es: son similares, pero no exactamente iguales.

 

Las experiencias, ideas, sentimientos, vivencias, aprendizajes, y un sinfín de etcéteras hacen que cada andar sea único e irrepetible. Más allá de lo pasmoso que significa esta reflexión, la misma va en un sentido de la actitud que podemos tener ante la vida. Y fíjate que digo podemos, no debemos.

 

Ese “podemos” implica una capacidad volitiva de decisión. Por más que las circunstancias sean adversas las mismas no son definitorias de lo que somos y de lo que podemos ser. Eso de quejarse o justificarse de lo que hicimos o no por las condiciones a las que nos enfrentamos no es más que un intento (así es, solo eso: un intento) por transferir la responsabilidad de nuestras acciones.

 

Y aunque esa transferencia de responsabilidad fuese posible (premisa con la que no estoy de acuerdo), los efectos de dichas acciones no lo serían, es decir, las consecuencias de lo que hicimos o dejamos de hacer quedarían por siempre y para siempre con nosotros, así que ¿para qué perder tiempo tratando de justificar cuando más bien debemos poner nuestro esfuerzo en tratar de lograr?

 

¿Qué a veces no se puede lograr todo lo que uno se propone?, ¿qué a veces los obstáculos son real y objetivamente insalvables?, ¿qué a veces las circunstancias son tan adversas que prácticamente definen el resultado de la batalla?

 

Supongamos que todo eso fuera verdad, la discusión no estriba en ello sino más bien en la actitud que puedes (de nuevo: puedes) tener ante la vida. Esa actitud de lucha, optimismo, esfuerzo, esperanza, valor, dirección, etc. etc.

etc. es algo con lo que no nacemos (aunque puede tengamos alguna disposición) sino que es algo que vamos construyendo, curiosamente a través de intentarlo. Es como el que sobresale en cualquier deporte quien para lograr eso inició simplemente practicándolo hasta adquirir una maestría que lo hace sobresaliente.

 

La vida es un espacio infinito donde nos movemos hacia experiencias únicas e irrepetibles, experiencias que nos van desarrollando y permitiendo alcanzar nuestro máximo potencial, experiencias que de la misma forma pueden suponer retos, retos ante los cuales nosotros decidimos cómo actuar, después de todo tu no escoges muchas de las batallas que pelearas en tu vida, pero si puedes elegir la actitud con la que lo harás.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/ComRFTSRduE

 

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