jueves, 26 de noviembre de 2020

Si los cambios se van a dar contigo o sin ti, ¿por qué mejor no participar en ellos?


 

La vida tiene tal dinamismo que prácticamente no hay nada que pueda semejársele, pudiéramos tratar de semejarla a un mar donde las olas van y vienen y nunca está en calma, pero aún con esta imagen nuestro símil se quedaría corto. Ante este escenario, y dado que no podemos hacer nada para impedirlo, las opciones que tenemos es participar o no de los cambios que la vida conlleva.

 

Muchos ejemplos de la vida nos remiten a la idea del cambio y de un cambio donde podemos ser partícipes o no. En una ocasión hablando de elecciones políticas, un amigo mío se negaba a participar pues estaba bastante decepcionado de los gobiernos en turno. Una vez que pasaron las elecciones se seguía quejando del gobierno a lo que le comenté que él tuvo en sus manos, con su voto, cambiar las cosas, pero que optó por dejar ser, por decirlo en cierta forma, lo que ahorita era.

 

Igual si no te gusta ese ejemplo podemos pensar en muchos más: un amanecer, la edad, los amigos que vienen y van, el dinero, la salud, etc., lo que quieras, cualquier cosa en la que pienses sea de tu ámbito personal, familiar, profesional o social o de tu aspecto físico, mental, emocional o espiritual, lo veras sometido al constante cambio.

 

Ese cambio forma parte de la vida misma, ya que si te fijas, mientras menos cambios tienen algo es señal que no está vivo. Piensa en una piedra. Pueden pasar décadas y casi no cambiar. Está muerta. Pero algo vivo no, la vida imprime una característica de dinamismo realmente avasallante si pensamos en ello. Así que en ese tenor de ideas es realmente imposible que puedas detener los cambios que la misma vida tiene.

 

Ahora bien, si no puede detener esos cambios lo que sí puedes hacer es ser parte de ello, a veces originándolos y otras veces simplemente participando en la dinámica misma. Esto es muy importante ya que a veces solo puedes participar de los cambios, no ser quien los origine, otras veces, sobre todo cuando las circunstancias dependen de ti, sí podrás originar los cambios, pero en todas las ocasiones lo que siempre podrás hacer es participar de ellos e imprimir tu sello personal en los mismos.

 

Este imprimir tu sello personal quiere decir sacar algo bueno de ellos y poner algo bueno de ti en ellos, quiere decir aprender y madurar en los mismos y prepararte para lo que viene, quiere decir usarlos antes que ellos te usen y decidir en la medida de lo posible la manera en que permitirás incidan esos cambios en tu proyecto de vida.

 

En este momento mismo cambios se están dando en ti y alrededor tuyo, cambios que solo requieren que exijas tu parte en ellos para que comiences a incidir en los mismos y para que de una forma decisiva comiences a reclamar el control y dirección que puedas imprimir en tu vida a pesar de los cambios.

 

Piensa en todos los cambios que desde que tienes memoria se han dado en tu vida, ahora imagínate todos los cambios que aún te esperan en este camino que llamamos vida, si los cambios se van a dar contigo o sin ti, ¿por qué mejor no participar en ellos?

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/8TTrAaLTC54

 

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