jueves, 12 de noviembre de 2020

Tus objetivos deben tener tres características, no solo dos: ser alcanzables, ser medibles, ¡y ser apasionantes!


 

Cuando hablamos de cuestiones de liderazgo, emprendedurismo y motivación, la idea subyacente estriba en la existencia de una fuerza dinámica que nos impulse a alcanzar nuestros sueños, de ahí la necesidad de que esa fuerza se soporte sobre objetivos que también posean esa característica.

 

Como parte de las líneas que desarrollo, Formación • I+D+i • Consultoría, y las áreas que trabajo, Consultoría Empresarial · Liderazgo Emprendedor · Gestión

Universitaria, entiendo la necesidad básica de todo proceso de contar con metas y objetivos que permitan no solo tener dirección de la intención sino evaluación de la acción. Esta necesidad se subsana cuando esas metas y objetivos que nos planteamos reúnen las características de ser alcanzables y medibles, pero a esas características yo les adiciono aquella de que sean apasionantes.

 

Las características de las metas y objetivos de ser alcanzables y medibles yo creo que a todos nos quedan claros, alcanzables significa que exista una convicción real de que nuestras acciones pueden lograr lo que nos hemos planteado, medible se refiere a esa cualidad de los objetivos mediante la cual sabemos qué vamos a lograr, así como el avance en ello, para verificar contra lo que vamos obteniendo.

 

La característica de ser apasionantes no es tan clara, ¿por qué? porque a diferencia de las dos características anteriores que son objetivas y externas de uno, en el caso de hablar de un objetivo apasionante esa cualificación queda en el ámbito de lo subjetivo e interno, es decir, depende de cada quien. Con todo y eso hay cuestiones que nos pueden permitir identificar esos objetivos apasionantes e incluso crearlos.

 

Yo creo que todos en algún momento dado hemos emprendido algo que, como se dice, nos apasionaba. Esa pasión puede verse reflejada de muchas formas, una de ellas es esa fuerza interna prácticamente inagotable que nos impulsaba en alcanzar lo que habíamos establecido. Cuando se tiene esa pasión no hay cansancio, no hay desánimo, no hay agobio que nos detenga en nuestro camino hacia lo que queremos. Hay algo sobrenatural en esas metas y objetivos que nos apasionan que nos dan la fuerza para seguir en pos de ellos a pesar de todo.

 

Pero bueno, hay que ser objetivos y honestos y señalar que muchas de las cosas que hacemos no siempre son necesariamente apasionantes, aunque sí pueden ser necesarias. Esta dicotomía entre algunas cosas que nos apasionan y otras que no, es similar a la analogía de las materias que se cursan en una universidad para obtener un título: todas las materias son necesarias, aunque hay unas que nos gustan en extremo (nos apasionan) y otras que si por nosotros fuera ni las lleváramos.

 

Claro que siempre recomendaré seguir con ánimo esas metas y objetivos que nos apasionan, incluso cuando sea paralelamente a nuestro proyecto oficial de vida; pero en el caso de las cosas que no nos apasionan no quiero dejar de poner a tu consideración algunas ideas para despertar esa pasión en el mejor de los casos o al menos hacerlas más agradables en el peor de ellos.

 

Cada cosa que haces, aunque no sea apasionante, te faculta para hacer alguna otra cosa que sí sea apasionante. Es como la secretaria que trabaja en una oficina (lo cual no le apasiona mucho), pero gracias a ello obtiene los recursos para darse tiempo para leer, pintar, cantar, oír música o lo que sea que la apasione. Así que esta es una técnica que bien puedes usar. Piensa en algo que tienes que hacer aunque no te guste del todo, luego ve estableciendo una ilación donde vayas viendo la relación entre esa cosa y otra y otra y otra hasta llegar a la que sí te apasiona. El solo hecho de ver esas cosas que no te apasionan con esta luz les da otro valor en nuestra vida y, créeme, si no las hace apasionantes al menos las vuelve más agradables.

 

Todo lo que tengas que hacer, lo que te propongas, las acciones que emprendas, son los pasos necesarios que te irán convirtiendo en la persona completa, total y trascendente que estás llamado a ser, así que recuerda tus objetivos deben tener tres características, no solo dos: ser alcanzables, ser medibles, ¡y ser apasionantes!

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/In8iUg10-e8

 

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