Las
relaciones interpersonales y de nosotros con el mundo van dejando huellas en
nuestra persona, huellas que pueden servir para indicarnos un mejor caminar en
la vida o para detenernos en observarlas.
Quiero
iniciar con una reflexión que surge de una técnica que uso en mis talleres de
liderazgo: piensa en algo o alguien (una conducta o una persona) que te caiga
sumamente mal, algo o alguien que en realidad te desagrade. En tu mente piensa
el por qué esa situación o esa persona te desagrada tratando de enfocarte en
una sola cosa, por obvias razones que sea la más importante.
Una
vez que has establecido la característica principal por la que un evento o un suceso
te desagrada, ahora piensa en las razones abstractas del por qué te desagrada.
Por ejemplo, a lo mejor alguien no te cae bien por mentiroso, pero esa es la
característica que tú ves en la persona, un análisis abstracto implica que despersonalices
y señales porque la mentira (así en abstracto) te cae mal.
Una
vez que tengas esas razones “en abstracto” quiero que veas cómo es que las mismas
tienen referente, de una u otra forma, con la experiencia misma que es tu vida.
Esa experiencia puede ser en personal, es decir, que te haya pasado a ti, o bien
de un tercero pero que conociste como para introyectarla en tu ser y desarrollar
una opinión sobre la misma.
Lo
que quiero que veas con este ejercicio es que mucho de lo que vemos del mundo,
de los demás y de nosotros mismos no es una realidad objetiva sino una interpretación
subjetiva que se ve influenciada por las diferentes experiencias que acumulamos
en la vida.
Lo
anterior no es del todo malo, una gran ventaja de la vida es precisamente que podemos
aprender de nuestras experiencias y que es mejor esto cuando aprendemos de la
experiencia ajena, pero de la misma forma esta interpretación del mundo,
nosotros mismos y los demás basada en las experiencia puede condicionar nuestro
actuar estancándonos en un pasado que a lo mejor no nos beneficia en nuestro
andar.
Yo
creo que todos conocemos personas que van por la vida cargando todo un bagaje
de odios, corajes y rencores por X, Y o Z cosas que les han pasado, lo cual es
entendible, pero lo que no es entendible es como en muchas ocasiones estas personas
sabotean su presente y su futuro precisamente por ese pasado que han vivido.
Sé
que la vida en muchas ocasiones no es fácil y que todos somos afectados por cosas
buenas y cosas malas, pero también sé que es decisión de uno el permitir que lo
que hemos vivido condicione nuestro presente y nuestro futuro.
Y
precisamente para que eso dependa de nosotros debemos ser capaces de integrar
nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, poner las cosas en justa perspectiva
y decidir que deseamos hacer con la experiencia que hemos acumulado. No es
fácil, pero tampoco imposible, ejemplos hay y de sobra así que si otros
pudieron, tu ¿por qué no?
La
vida que se nos da es tan efímera que si uno tuviera eso en mente cuidaría lo que
llevaría a cuestas en ella, así que trata de no olvidar que en tu andar por la vida
recuerda que mientras más cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
puede verse en video en https://youtu.be/-E4_6EONyL8
También puede descargarse gratis el libro “En el
Principio… -Un estudio sobre la primer semana de la creación-”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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