jueves, 17 de septiembre de 2020

Lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá


 Nuestro caminar por la vida está lleno de momentos azarosos donde la oscuridad parece nunca va a ceder y momentos luminosos donde nos damos cuenta del enorme potencial que tenemos, aprovechar ambos nos permite alcanzar nuestro destino en la vida.

 

Pensemos en alguien que le haya ido mal en un negocio, que haya, como se dice, perdido “hasta la camiseta”. Podemos en este caso llegar incluso a cuantificar su pérdida, pero aunque no fuera así al menos podemos ver cuál es el límite de la misma: lo que la persona poseía.

 

Pensemos ahora en alguien que le haya ido mal en una relación. En este caso de igual forma podemos cuantificar cuanto tiempo ésta persona “desperdicio” (por  llamarlo en cierta forma) en la relación que se fue al traste y aunque no hiciéramos esa cuantificación, sí podemos saber que el tiempo de “perder el tiempo” terminó una vez que la relación finalizó.

 

Pudiéramos poner más ejemplos, pero quiero quedarme con esos y ahora verlos de otra forma. En el primer caso, supongamos que al contrario de lo que sucedió, a la persona en cuestión le hubiera ido excelentemente bien, ¿cuánto puede ganar alguien en un buen negocio? No lo sabemos, el negocio puede dar y dar por años e ir creciendo por lo que no sabemos hasta donde pueda dar.

 

Lo que quiero que veas con estos ejemplos es que la vida nos da lecciones muy interesantes sobre la misma: las caídas, los errores, las pérdidas, siempre tienen un límite, un punto hasta donde pueden llegar; más sin embargo los triunfos, los logros, los aciertos, prácticamente no tienen un límite, puede seguir los beneficios que devengan de los mismos más allá incluso de lo que pudiéramos prever.

 

Esta reflexión sobre la vida es para retomarla en nuestro andar por la misma ya que una regla de la primera es que experimentaremos en la misma sombras y luces, es decir, momentos negativos (por llamarlos en cierta forma) y momentos positivos.

 

Los momentos negativos si bien a nadie le gustan hay que verlos en la perspectiva no solo de que no van a durar por siempre sino de que sus efectos en nosotros para dañarnos, quitarnos o hacernos menos es limitado; de la misma forma cuando tengamos momentos de gran triunfo o ideas de gran lucidez y claridad, debemos aprovechar para dar el impulso necesario en alcanzar nuestros sueños y nuestras metas en el pensamiento de que no hay límites para nuestro potencial.

 

La vida nos permite mediante la caídas entender nuestras limitaciones y ejercitar nuestra humildad, requisitos ambos para alcanzar nuestro potencial como seres de luz explotando los momentos favorables que se nos presenten, así que no lo olvides lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/PPiIMJNj3kg

 

 

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