viernes, 17 de julio de 2020

Tú decides: O conquistas al mundo o el mundo te conquista a ti



Cuando hablamos de sueños, esfuerzos y logro de metas hay dos ideas que deben quedar claras: una es obvia y se refiere a la meta en sí, a lo que queremos lograr; la otra idea más sutil es la que se refiere a mostros y los cambios que experimentamos en nuestro andar, cambios que son más permanentes que la misma meta.

Nuestro andar por la vida está lleno de luchas y esfuerzos, luchas y esfuerzos que en ocasiones dan como resultado éxitos y en otras ocasiones fracasos; quienes tienen solo la vista puesta en la meta que desean pueden llegar a frustrarse si no entiende que en este juego, independientemente de los logros y fracasos, hay cambios sutiles en nuestra persona que pueden hacernos verdaderos triunfadores independientemente del resultado de la lucha.

En una ocasión en un taller les pedí a los asistentes que enlistaran tres grandes fracasos que hubiesen tenido en los últimos cinco años. Una vez que hicieron esa pequeña lista, lo siguiente es que en cada fracaso pusieran lo que a su juicio habían sacado de valor: alguna enseñanza, algún cambio en su carácter, alguna perspectiva de vida. No hubo uno solo de los participantes que no pudiera poner algo positivo relacionado con su persona que tuviera que ver con ese fracaso que había de inicio señalado.

Tú mismo puedes hacer ese ejercicio anteriormente señalado y darte cuenta de lo mismo: los logros y fracasos son una cosa, nuestra persona es otra y ésta siempre sale beneficiada de lo primero. Si puedes darte cuenta de esto en cada paso que des en tu vida no solo aligerarás la carga de la misma, pues tu estado de ánimo ya del argumento quiero hacer una pausa ya que si siempre ganas a nivel personal, independientemente del resultado exterior, podrías estar tentado entonces a no hacer gran esfuerzo, total, en algunos casos lo primero puede compensar a lo segundo, y tal vez tengas razón, no voy a discutir eso, lo que sí quiero hacerte ver que en este caso te vuelves víctima de las circunstancias al actuar de manera pasiva, cuando emprendes, luchas, te esfuerzas, tu participación en los cambios que como personas te van sucediendo se dan de una manera proactiva y dinámica donde tú imprimes tu sello personal.

Piensa esto de otra forma: imagina una casa, la casa te la pueden regalar o bien la puedes construir, en ambos casos al final tendrás un hogar, pero créeme que en el segundo te sentirás inmensamente más satisfecho por el esfuerzo que imprimiste en la meta.

Por último, y relativo a lo anterior, date cuenta que constantemente estamos sujetos a diversas fuerzas externas que ayudan o entorpecen nuestro caminar, si dejas de luchar ellas dictan lo que conseguirás externamente y en lo que te convertirás internamente, si luchas constantemente eres tú el que tiene la directriz de tu vida, aunque triunfes o fracases de manera externa.

Ya en otras ocasiones he señalado que contrariamente a lo que creemos, la vida no es algo que se nos da al nacer sino algo que debemos ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana, así que no olvides que tú decides: O conquistas al mundo o el mundo te conquista a ti


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/wferfBNWX-s


También puede descargarse gratis el libro  “Liderazgo Cristiano Emprendedor 2”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario