viernes, 10 de julio de 2020

No todo es incierto en la vida: no intentar algo te da 100% de garantía de no lograrlo



Una característica de la vida es precisamente la incertidumbre de la misma, nunca sabemos que es lo que va a pasar; una característica de nosotros como personas es que siempre buscamos certidumbre, seguridad, en lo que hacemos y buscamos; si somos capaces de avanzar a pesar de esa incertidumbre y a pesar de nuestro deseo de certezas, habremos desarrollado un carácter a prueba de todo.

En una ocasión estaba platicando con un compañero, ya hace rato, sobre un proyecto que traía, en realidad no implicaba mucha inversión de dinero, sino tal vez de tiempo y esfuerzo, aun así mi amigo dudaba de intentarlo. En la charla con él comentó lo que era evidente, y que de hecho es evidente para toda la vida: la probabilidad de no tener el éxito que esperaba. Le comenté que en efecto, cabía esa posibilidad y jugando con los números le pregunté que si que probabilidad le daba al evento de resultar exitoso, después de pensar un rato le asignó apenas un 20% de probabilidad, ante esto le dije “¿sabes una cosa? El no intentarlo cambia esa probabilidad a cero y el no lograrlo se vuelve una certeza”.

Es algo natural en nosotros ese temor a la incertidumbre y, en muchos casos, ese temor al fracaso, pero pensemos una cosa: si solo intentáramos aquello en lo que tenemos certeza de éxito prácticamente nunca haríamos nada. Pero también piensa que prácticamente todo lo que hacemos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos (e incluso el inter de nuestro dormir) es incierto, nunca sabemos que es lo que va a pasar. Aceptémoslo: la vida es incierta y tenemos que aprender a vivir así, pensar de otro modo es un ejercicio banal e improductivo.

Ahora bien, no estoy diciendo que todo debe intentarse sin ton ni son, sin evaluar ni recursos, capacidades o riesgos. Nada más alejado de la realidad. Es importante, incluso necesario, el utilizar nuestra capacidad de razonamiento, de análisis, de síntesis y de inferencia, para planear lo que queremos hacer. Lo que  estoy diciendo es que en esa fórmula que sustenta nuestra toma de decisiones la variable “miedo a la incertidumbre” debe ser excluida. No debe ser el miedo el que tenga el peso decisivo en las decisiones que tomemos, menos el miedo a lo que pudiera pasar, sino más bien el peso debe estar en nuestro carácter, nuestra voluntad y en la pasión que nos mueva a realizar las cosas.

Te propongo dos ejercicios. El primero es que pienses en una de las cosas que consideres importante que hiciste el día de hoy, la que quieras. Pregúntate del para qué hiciste eso. Ahora pregúntate si estabas realmente seguro, con una certeza del 100% que ibas a lograr eso. No es así ¿verdad? Y sin embargo lo hiciste. El segundo ejercicio es parecido: piensa en uno de los mayores logros que hayas tenido en tu vida hasta la fecha, ¿estabas seguro con una certeza del 100% que lograrías eso cuando estabas en pos de ello? Tampoco, ¿verdad?, pero gracias a tus acciones a pesar de la incertidumbre lo lograste. Por último, el cierre de los dos ejercicios tiene que ver con contestar la pregunta: si no hubieras hecho absolutamente nada en los dos casos, ¿qué probabilidad habrías tenido de logarlo?

Hay quienes buscan vivir sin esa incertidumbre normal de nuestra existencia y por ello rehúyen todo lo que implique riesgos cuando lo único que logran es cancelar la posibilidad de lograr sus sueños después de todo hay que entender que no todo es incierto en la vida: no intentar algo te da 100% de garantía de no lograrlo.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/n9kEOOpGfjI


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