viernes, 8 de marzo de 2019

Para tropezar con una moneda de oro, necesitas andar miles de pasos



Es un hecho que algo, mientras más valioso es, más difícil es de encontrar, de ahí precisamente su valía: en la escasez. En la vida pasa de igual manera ya que lo que realmente vale la pena, material, mental, emocional o espiritualmente hablando, generalmente requieren de mucho trabajo previo para encontrarlo.

Cuando uno va en pos de las metas, sueños y objetivos que se ha establecido, sobre todo si son metas, sueños y objetivos de valor para uno, tiene muy en claro qué es lo que desea lograr, tal vez incluso la manera en qué puede lograr eso que se ha propuesto, pero generalmente la vida misma tiende a darnos sorpresas, en ocasiones desagradables, que dificultan el lograr lo que queríamos de la forma en que queríamos.

Si aquello de valor que nos hemos propuesto fuera de alguna forma fácil de alcanzar, por solo ese simple hecho su valor demeritaría mucho ya que si no implicó esfuerzo alguno luego entonces no vale tanto como creíamos pues fácilmente puede ser conseguido convirtiéndose en una cosa más del montón de cosas que podemos logar en el vida.

Por el contrario, si consideramos algo de valor eso significa que ese algo sale de las características del promedio que podemos lograr en la vida, de ahí su valor: es diferente, es singular, es escaso, es difícil de alcanzar.

Si la perspectiva anterior se pierde lo que se logrará es que ante cada obstáculo, cada reto, cada problema que enfrentemos al ir en pos de lo que nos hemos planteado, surja el desánimo, la impaciencia, la desazón.

Pero si se tiene claro que lo valioso propuesto como meta, sueño u objetivo en nuestra vida es, por el mismo valor que le adjudicamos, algo diferente, singular, escaso y difícil de alcanzar, entenderemos de los obstáculos, retos y problemas que enfrentemos, y encontraremos en lo planteado la sinergia dinámica requerida por nosotros para, como se dice coloquialmente, alzarnos al castigo y seguir adelante en pos de lo planteado.

Ahora bien, no por esto se soslayan los sentimientos negativos y encontrados que puedan darse ante los reveses que en nuestro andar encontramos, sino que entendiendo lo anterior, podemos crecer en madurez mental, emocional y espiritual y así encontrar algo de mayor valor que la meta, sueño u objetivo planteado ¡incluso si no logramos lo que buscamos!

Si se consigue la visión anterior y si a pesar de las dificultades del camino se sigue en pos de lo establecido, podremos tal vez encontrar los tesoros que nos hemos planteado, pero incluso en el caso de que no se diere, terminaremos nosotros mismos convertidos en uno.

Muchas cosas uno irá obteniendo mientras camina por la vida, pero es un hecho que al final tan sólo un puñado de esas podrán ser consideradas de un valor excepcional, después de todo para tropezar con una moneda de oro, necesitas andar miles de pasos.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/QJ2zJhIpBy8

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