Es un hecho que algo, mientras más valioso es, más
difícil es de encontrar, de ahí precisamente su valía: en la escasez. En la
vida pasa de igual manera ya que lo que realmente vale la pena, material,
mental, emocional o espiritualmente hablando, generalmente requieren de mucho
trabajo previo para encontrarlo.
Cuando uno va en pos de las metas, sueños y objetivos que
se ha establecido, sobre todo si son metas, sueños y objetivos de valor para
uno, tiene muy en claro qué es lo que desea lograr, tal vez incluso la manera
en qué puede lograr eso que se ha propuesto, pero generalmente la vida misma
tiende a darnos sorpresas, en ocasiones desagradables, que dificultan el lograr
lo que queríamos de la forma en que queríamos.
Si aquello de valor que nos hemos propuesto fuera de
alguna forma fácil de alcanzar, por solo ese simple hecho su valor demeritaría
mucho ya que si no implicó esfuerzo alguno luego entonces no vale tanto como creíamos
pues fácilmente puede ser conseguido convirtiéndose en una cosa más del montón
de cosas que podemos logar en el vida.
Por el contrario, si consideramos algo de valor eso
significa que ese algo sale de las características del promedio que podemos
lograr en la vida, de ahí su valor: es diferente, es singular, es escaso, es
difícil de alcanzar.
Si la perspectiva anterior se pierde lo que se logrará es
que ante cada obstáculo, cada reto, cada problema que enfrentemos al ir en pos
de lo que nos hemos planteado, surja el desánimo, la impaciencia, la desazón.
Pero si se tiene claro que lo valioso propuesto como
meta, sueño u objetivo en nuestra vida es, por el mismo valor que le
adjudicamos, algo diferente, singular, escaso y difícil de alcanzar,
entenderemos de los obstáculos, retos y problemas que enfrentemos, y
encontraremos en lo planteado la sinergia dinámica requerida por nosotros para,
como se dice coloquialmente, alzarnos al castigo y seguir adelante en pos de lo
planteado.
Ahora bien, no por esto se soslayan los sentimientos negativos
y encontrados que puedan darse ante los reveses que en nuestro andar
encontramos, sino que entendiendo lo anterior, podemos crecer en madurez
mental, emocional y espiritual y así encontrar algo de mayor valor que la meta,
sueño u objetivo planteado ¡incluso si no logramos lo que buscamos!
Si se consigue la visión anterior y si a pesar de las
dificultades del camino se sigue en pos de lo establecido, podremos tal vez
encontrar los tesoros que nos hemos planteado, pero incluso en el caso de que
no se diere, terminaremos nosotros mismos convertidos en uno.
Muchas cosas uno irá obteniendo mientras camina por la
vida, pero es un hecho que al final tan sólo un puñado de esas podrán ser
consideradas de un valor excepcional, después de todo para tropezar con una
moneda de oro, necesitas andar miles de pasos.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
puede verse en video en https://youtu.be/QJ2zJhIpBy8
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de ella pueblo mío - 1ª advertencia: Fiestas-”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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