En
nuestro andar por la vida en pos de nuestras metas, sueños y objetivos, debemos
tener cuidado de poner las cosas en orden y en prioridad y no sacrificar lo más
importante por lo menos.
En
ocasiones me da la impresión que quienes trabajamos las cuestiones de liderazgo,
emprendedurismo y motivación, podemos dejar en quienes nos prestan atención,
una falsa o errónea idea de que los objetivos, sueños y metas que uno tenga en
la vida lo son todo y que merecen cualquier sacrificio para alcanzarlos.
Pero
si uno piensa un poco en eso podemos ver que todos esos sueños, metas y
objetivos que perseguimos están fuera de nosotros (nunca perseguiríamos algo
que está dentro y que por lo tanto ya es nuestro), es decir, no son nosotros,
pero en ocasiones tendremos que sacrificar algo que sí sea nuestro (tiempo,
vida, esfuerzo) por conseguirlo.
De
lo anterior podemos ver que lo que sacrificamos es lo que somos, mientras que
lo que obtenemos es lo que tenemos, siendo así que es nuestra persona la que
estamos entregando a cambio de lo que queremos.
Todo
bien hasta aquí, incluso lógico, pero ¿qué pasa cuando lo que obtenemos es de
menor valía que lo que entregamos? En ocasiones podemos dar tiempo, esfuerzo,
nuestra propia vida, por tener algo, pero ¿vale la pena el esfuerzo, el
sacrificio?
Cuando
uno no tiene correcta esta perspectiva, una vez pasado el momento de euforia
por haber conseguido lo que deseábamos, es entonces cuando viene ese
sentimiento de vacío pues es cuando caemos en cuenta, consciente o inconscientemente,
de que lo que dimos era de mayor valor que lo que obtuvimos.
De
todo esto podemos sacar la premisa de analizar aquellas metas, sueños y
objetivos en pos de los cuales vamos y ponerlos en la perspectiva de lo que
daremos a cambio, repito: generalmente nuestro tiempo, nuestro esfuerzo,
nuestra persona misma; y sacar así, por decirlo en cierta forma, las cuentas
para ver si la inversión compensará el rendimiento.
Una
sugerencia que nos puede ayudar en la operación anterior: revisa si al final,
lo que entregues, aparte de ayudarte a lograr las metas, sueños y objetivos que
te plantees, te permitirán ser una mejor persona.
No
estamos llamados para simple y sencillamente acumular cosas en nuestra vida
terminando al final con mucho pero sin nada. Si vemos hacia atrás podemos identificar
que esos momentos de realización no tienen nada que ver con las cosas, sino con
la persona, de ahí que el llamado individual es llegar a ser la persona de
excelencia que estamos llamados a ser.
Las
metas, sueños y objetivos tienen una función muy noble que es de dinamizar en
nosotros aquellas fuerzas que nos permiten avanzar hacia la excelencia, siendo
así que por lo tanto las primeras deben estar siempre en segundo lugar, después
de todo recuerda: usa las cosas para llegar a ser... no al revés
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/w3aHKxXIV50
También puede descargarse gratis el poemario del
mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del
pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx (Menú
“Libros” Sección “de-book gratis”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario