viernes, 2 de junio de 2017

Recuerda: no hay problemas imposibles de resolver, solo problemas que requieren de más tiempo para ello


Las batallas que uno enfrenta en la vida pueden parecer largas, interminables, a tal grado que pensemos que es mejor dejar de pelear. Sólo que si dejamos la contienda nunca sabremos si hubiésemos podido alcanzar lo que buscábamos, luego entonces, y para continuar nuestra lid, lo mejor es pensar que lo único que ocupamos es de más tiempo para lograr nuestro éxito.

Nuestra época se caracteriza por dos circunstancias nunca antes vistas: rapidez y facilidad. Casi todo tiene o está imbuido de estas circunstancias. Los adelantos tecnológicos han hecho posible que muchas de las actividades del ser humano ahora sean más rápido y más fáciles de hacer, tanto como nunca antes era posible si quiera pensarlo.

Lo anterior ha adaptado nuestra persona a esperar que casi todo tenga ese mismo comportamiento, lo cual no es así. Menos cuando hablamos de las batallas que enfrentamos en nuestra vida, las cuales pueden llevar no digo solo días, semanas o meses, sino incluso algunos años en concluirse satisfactoriamente.

Aprender a tocar un instrumento tal vez nos lleve algunas semanas, tal vez algunos meses, pero concluir una carrera universitaria bien puede llevarnos varios años. Independientemente de la diferencia de tiempos en los ejemplos anteriores, hay que ver una cosa en común: ambas requieren de tiempo, no son ni fáciles ni mucho menos rápidas.

Luego entonces, ¿qué podemos sacar como lección de vida de lo anterior? Pues que de la misma forma y en muchas de las ocasiones, las luchas que en nuestra vida enfrentemos, sobre todo cuando se extienden en su consecución, solo ocupan de mayor tiempo para alcanzarlas.

¿Y si incluso con ese pensamiento uno da tiempo, uno lucha, y al final no alcanza lo que buscaba? Incluso en ese escenario tu persona sí habrá sufrido cambios en cuanto al carácter, la entereza, la capacidad, tus habilidades, aspectos que si bien no buscabas vinieron con la lucha y que quedaran contigo habilitándote para nuevas batallas.

Es así como el logro o no de los objetivos, aunque generalmente se consideran como las metas prioritarias, en realidad son circunstanciales porque dependen de muchos factores que no controlamos, pero lo que se refiere a nuestra constancia, disciplina, esfuerzo y pasión esas sí son cosas que dependen de nosotros y que nos van llevando poco a poco, esfuerzo a esfuerzo, lucha a lucha, hacia la persona de excelencia que estamos llamados a ser.

Cuando en tu andar por la vida enfrentes retos cuyas luchas tardes en concluir exitosamente, no pienses que tal situación implica que hay que desistir y dejar la batalla, sino que tal vez simplemente se requiera de mayor esfuerzo para alcanzar el triunfo, así que recuerda: no hay problemas imposibles de resolver, solo problemas que requieren de más tiempo para ello.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/8a1lMJklZuA


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