Todos
tenemos sueños, metas y objetivos que lograr en la vida, algunos son de corto
alcance, casi casi de logro inmediato, pero otros implican mucho tiempo, mucho
esfuerzo, en ambos casos, pero más con lo segundo, la forma en que veamos
detener o no nuestro andar puede ser el factor que haga la diferencia.
Suponte
que inicias un viaje, un recorrido. Quieres llegar a una ciudad, a una playa, a
un bosque. El viaje te llevará muchos días, tal vez incluso semanas. Vas
caminando pero comienza a ser de noche y encuentras una posada donde pasar la
noche. Al día siguiente te levantas y sigues tu viaje. Todo bien hasta aquí,
pero ¿te imaginas si al levantarte tu destino estuviera a más distancia que
cuando te acostaste a descansar?
Tal
vez la situación anterior te parezca absurda y lo es pues en la vida real no
pasa eso que hemos comentado, bueno, casi no pasa pues hay una situación en la
que sí sucede: cuando detienes tu andar hacia tus metas.
A
diferencia del desplazamiento físico es decir como en el ejemplo inicial donde
vas de un punto a otro, cuando detienes tu andar hacia tus metas, sueños y
objetivos éstos se siguen moviendo por lo que la distancia que te separa de
ellos puede acrecentarse. Te pongo un ejemplo muy claro de ello y luego
volvemos sobre esta idea.
Imagínate,
como tal vez ya te pasó, que estás aprendiendo algún idioma. Llevas meses y
meses practicándolo. Tal vez incluso te inscribiste en algún curso y vas viendo
avance en el dominio del idioma. Pero ¿qué pasaría si de repente, por lo que
quieras, dejas de estudiarlo y pasan años y años sin que vuelvas a tocarlo?, ¿verdad que no solo no llegas al
dominio que esperabas sino que incluso tal vez comiencen a olvidársete algunas
cosas que ya habías logrado? Ese ejemplo es muy claro y funciona en diferentes
niveles. Incluso en el de los sueños, metas y objetivos.
Los
sueños, metas y objetivos, sobre todo los de largo alcance, los estratégicos,
aquellos que tienen incidencia en tu proyecto de vida, tienen un sinfín de
variables que requieren ser atendidas, en algunos casos dominadas, para
ayudarte a conseguir lo que te has propuesto.
La
mayoría de estas variables tienen, por decirlo en cierta forma, vida propia, es
decir, no dependen enteramente de ti sino que se ven afectadas por otras
personas, lugares, eventos, circunstancias y demás. Por lo que esas variables
se mueven constantemente y sólo es tu acción (curiosamente la única variable
que sí depende de ti) la que impide se alejen demasiado de tu persona y la que
te va moviendo en pos de ellas.
Pero
cuando tú te detienes esas variables no lo hacen. Ellas siguen siendo
influenciadas por los factores que mencionamos con lo que se siguen moviendo
desplazándose fuera de tu alcance e imprimiendo mayor distancia en ti y las
metas, sueños y objetivos que te has fijado.
En
ocasiones uno cree que bien puede dejar un momento de luchar por lo que quiere
ya que en cualquier momento puede reiniciar la lucha, ese pensamiento puede ser
decisivo para alcanzar lo que quieres o no, así que cuando pienses detenerte
toma en cuenta que ni el tiempo, ni la vida, ni las oportunidades lo hacen.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/Q4cEM7wCgHM
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