Para
lograr algo es necesario que tengamos claridad en qué es precisamente eso que
deseamos lograr, esa claridad implica no solo saber qué es lo que queremos sino
también por qué y para qué.
Piensa
en algo que hayas logrado de lo que estés muy orgulloso. Tal vez sea una carrera
profesional, un negocio, etc. ¿Cuánto te costó lograr eso? Mira que cuando hago
esta pregunta muchos se ponen a sacar cuentas para ver la cantidad monetaria
invertida en el logro de esa meta, pero ¿te has puesto a pensar en el tiempo
que le invertiste? El tiempo también es un recurso y a diferencia del dinero no
es recuperable.
Piensa
un poco en lo anterior: el tiempo es un recurso no renovable. ¿Cuánto vale una
hora de tu vida?, ¿y un mes?, ¿o un año? Creo que no pudiéramos ponerle precio
a nuestro tiempo por lo valioso del mismo (no confundir precio con valor). El tiempo
es valiosísimo, de eso no cabe la menor idea, entonces en consecuencia nuestro
manejo del mismo debe ser impecable.
¿Te
has puesto a pensar en aquellas cosas que le has dedicado tiempo y que al final
te has dado cuenta que, como se dice, todo fue una pérdida de tiempo? En esos
casos has perdido algo invaluable, eso sí, pero el hecho de no lograr algo no quiere
decir que todo se ha perdido ya que la lucha a lo mejor te sirvió para forjar en
ti el carácter, para desarrollar la personalidad.
Pero
peor aún que no lograr algo que nos proponemos es cuando nos proponemos algo
(lo logremos o no) y le dedicamos tiempo sin siquiera reflexionar en lo que nos
hemos propuesto. ¿No lo crees? Vamos haciendo un ejercicio.
Piensa
en una meta que aún no hallas logrado y que estés trabajando por ella, algo a
lo que le estés dedicando tiempo, dinero y esfuerzo, ¿listo? Tienes claridad en
el qué, es decir, en la meta, en el sueño, en el objetivo. Muy bien, pero ahora
hazte esta pregunta ¿por qué? y ¿para qué?
Esos
¿por qué? y ¿para qué? son los que inmediatamente deben responderse una vez que
sabemos el qué queremos lograr. Esos ¿por qué? y ¿para qué? Son los que le dan
sentido no solo a la meta misma sino a nuestra misma vida. Esos ¿por qué? y
¿para qué? son los que nos permiten no solo buscar algo externo sino
construirnos desde dentro como personas en su totalidad.
¿Ves
la seriedad del asunto? Reflexionar sobre lo que queremos no es un ejercicio
más, sino que es el requisito sin el cual todo lo que hagamos puede carecer de
sentido y, peor aún, darnos cuenta de eso cuando se nos haya ido el recurso más
valioso que poseemos: nuestro tiempo.
Dado
que no podemos hacer todo lo que desearíamos, ni lograr todo lo que nos propondríamos,
en el sentido de que somos seres limitados que debemos optimizar nuestros
recursos, hay que escoger muy bien las metas que nos proponemos y las batallas
que luchamos, en ese sentido elige con cuidado tus metas ya que después de todo
pagaras con el tiempo de tu vida por ellas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/2uvtORyWVuo
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