A nadie nos gusta la crítica, cualquier señalamiento por más bienintencionado que esté nos causa un malestar pues se enfoca en alguna área de nosotros que según los demás no hemos visto o trabajado, pero visto desde otra perspectiva también puede ser un síntoma de envidia, celos o rivalidad de los demás ante los pasos que damos en nuestro proyecto de vida.
Yo
creo que a todos en un momento dado de nuestra vida nos ha pasado que hemos
recibido una crítica de algo que hemos dicho o hecho e incluso de algo que tal
vez no hayamos dicho ni hecho, pero que según los demás es censurable o al menos
señalable, de la misma forma seguro estoy que ese señalamiento no generó en
nosotros sentimientos placenteros sino más bien de incomodidad ya que así es
nuestra naturaleza.
Como
las críticas siempre estarán ahí mientras vamos caminando por la vida lo que
puedo sugerirte son dos cosas. Que te veas a ti y que veas a los demás. Paso a
explicar ambas actitudes.
El
verte a ti consiste en que con humildad, sin esa arrogancia que surge ante los primeros
señalamientos ajenos, seamos capaces de ver qué tanto de cierto hay en lo que
se nos señala. En este punto puede ser que no halla mucho de verdad pero también
puede ser que sí, en ambos casos algo ha de haber de beneficio que podamos
sacar para tratar de ser mejor persona y hacer mejor las cosas.
El
ver a los demás, por otro lado, consiste en ser un poco malicioso y no cerrar
la puerta a la posibilidad de que los señalamientos surjan de parte de quienes
los hacen ante la envidia, el celo o la rivalidad que pudieran sentir ante lo
que vamos construyendo con nuestro proyecto de vida.
Ambos
extremos, vernos a nosotros mismos y ver a los demás, deben hacerse con sumo
cuidado ya que el primero tiene el riesgo de volvernos veletas ante los vientos
que los demás desaten en nuestra vida; mientras que en el segundo caso nuestra
arrogancia puede ser tal que toda crítica la atribuyamos a la envidia sin dar
posibilidad a encontrar detrás de ella áreas de mejora potencial.
Independientemente
de esas dos actitudes lo de mayor importancia será la actitud personal que
adoptemos ante nuestro proyecto de vida siendo que al mismo tiempo nos
convirtamos en nuestros más severos críticos, no con un ánimo de perfeccionismo
o de pesimismo de lo que somos o hacemos, sino con el espíritu de avanzar día
con día en el proyecto de vida que nos hemos establecido.
Cualquier
paso que uno de en dirección del logro de nuestros sueños, metas u objetivos
puede traer aparejadas críticas de quienes están a nuestro rededor, estas
críticas bien manejadas por uno pueden decirnos mucho de lo que aún podemos
hacer para mejorar y también de lo que los demás son, después de todo muchas
veces quien te critica no es más que alguien que está sentado a la orilla del
camino mientras tu avanzas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/_mzo5JGEf5U
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