jueves, 27 de enero de 2022

No pierdas mucho tiempo diciendo lo que harás, mejor hazlo y deja que tus acciones hable por ti


 

Una cosa es decir, otra muy distinta es hacer y aunque lUna cosa es decir, otra muy distinta es hacer y aunque las dos pueden estar  relacionadas es la segunda la que nos pone en movimiento en el camino al logro de los sueños, metas y objetivos que nos planteemos.

 

Yo creo que todos conocemos a alguien, ¿y por qué no?, tal vez hasta a nosotros en algún momento lo hemos hecho, que se la pasa diciendo lo que hará pero sin nunca concretar nada. Ese tipo de personas pareciera que se conforma con vivir en sus sueños, metas y objetivos de manera abstracta sin tener esa necesidad imperiosa de realizar eso que desea y hacerlo algo concreto, tangible, real.

 

Lo que uno dice siempre compromete, compromete puesto que uno hace visible algo que de otra forma sería invisible, sobre todo para los demás, y esos son los ideales, los sentimientos, e incluso las aversiones que en nuestro interior tengamos, en ese sentido cuando uno habla está estableciendo un parámetro de referencia ante los demás para juzgar nuestros dichos en función de nuestros hechos.

 

En esta etapa es donde la respuesta que demos a través de nuestros hechos a nuestros dichos es la que le dará congruencia y coherencia a lo que somos. Las acciones que pongamos en nuestras palabras es una forma de señalar a los demás y también a uno mismo que en primer lugar creemos en lo que hemos dicho y en segundo lugar queremos lo que hemos expresado, de otra forma nuestras palabras simplemente serán anecdóticas sin mayor relevancia que algo que va y viene sin mayores consecuencias.

 

Está bien decir si en eso comprometes tu hacer, pero si hablas y hablas y hablas sin nunca concretizar nada lo único que haces es minar la confianza y credibilidad de los demás en ti e incluso tu misma confianza y credibilidad ¿por qué? porque poco a poco los demás se darán cuenta de que solo dices por decir sin cumplir y en ese mismo sentido tu yo interior comenzará a tomar eso como un rasgo de carácter contentándose, como comenté al principio, con simplemente hablar de sueños, metas y objetivos sin tener esa necesidad de realizarlos.

 

También está el otro aspecto, aquel de aquellos que sin decir hacen, en este caso podemos decir cómo se comenta popularmente que “las palabras salen sobrando”.

Una persona así, aunque no diga de antemano lo que hará genera confianza en que es alguien de acción y de resultados. No necesita estarse “vendiendo” diciendo y diciendo lo que hará puesto que sus hechos hablarán incluso más fuerte de él que lo que podría hablar sus dichos.

 

Las acciones deben ser parte de nuestras expresiones ya que se supone que las primeras siguen a las segundas y que en el fondo ambas son motivadas por creencias superiores, creencias en lo que somos y en lo que podemos lograr, en lo que tenemos y en lo que podemos tener, y en lo que somos y en lo que podemos hacer.

 

El decir sin duda alguna nos compromete, pero el hacer es el que finalmente construye lo que nos propongamos, en ese sentido no pierdas mucho tiempo diciendo lo que harás, mejor hazlo y deja que tus acciones hable por ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/UtzkCMhN2-4

 

 

También puede descargarse gratis el libro  “Cosas nuevas y cosas viejas -Temas de estudio de los cuales uno nunca deja de aprender- Libro 2”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)as dos pueden estar  relacionadas es la segunda la que nos pone en movimiento en el camino al logro de los sueños, metas y objetivos que nos planteemos.

 

Yo creo que todos conocemos a alguien, ¿y por qué no?, tal vez hasta a nosotros en algún momento lo hemos hecho, que se la pasa diciendo lo que hará pero sin nunca concretar nada. Ese tipo de personas pareciera que se conforma con vivir en sus sueños, metas y objetivos de manera abstracta sin tener esa necesidad imperiosa de realizar eso que desea y hacerlo algo concreto, tangible, real.

 

Lo que uno dice siempre compromete, compromete puesto que uno hace visible algo que de otra forma sería invisible, sobre todo para los demás, y esos son los ideales, los sentimientos, e incluso las aversiones que en nuestro interior tengamos, en ese sentido cuando uno habla está estableciendo un parámetro de referencia ante los demás para juzgar nuestros dichos en función de nuestros hechos.

 

En esta etapa es donde la respuesta que demos a través de nuestros hechos a nuestros dichos es la que le dará congruencia y coherencia a lo que somos. Las acciones que pongamos en nuestras palabras es una forma de señalar a los demás y también a uno mismo que en primer lugar creemos en lo que hemos dicho y en segundo lugar queremos lo que hemos expresado, de otra forma nuestras palabras simplemente serán anecdóticas sin mayor relevancia que algo que va y viene sin mayores consecuencias.

 

Está bien decir si en eso comprometes tu hacer, pero si hablas y hablas y hablas sin nunca concretizar nada lo único que haces es minar la confianza y credibilidad de los demás en ti e incluso tu misma confianza y credibilidad ¿por qué? porque poco a poco los demás se darán cuenta de que solo dices por decir sin cumplir y en ese mismo sentido tu yo interior comenzará a tomar eso como un rasgo de carácter contentándose, como comenté al principio, con simplemente hablar de sueños, metas y objetivos sin tener esa necesidad de realizarlos.

 

También está el otro aspecto, aquel de aquellos que sin decir hacen, en este caso podemos decir cómo se comenta popularmente que “las palabras salen sobrando”.

Una persona así, aunque no diga de antemano lo que hará genera confianza en que es alguien de acción y de resultados. No necesita estarse “vendiendo” diciendo y diciendo lo que hará puesto que sus hechos hablarán incluso más fuerte de él que lo que podría hablar sus dichos.

 

Las acciones deben ser parte de nuestras expresiones ya que se supone que las primeras siguen a las segundas y que en el fondo ambas son motivadas por creencias superiores, creencias en lo que somos y en lo que podemos lograr, en lo que tenemos y en lo que podemos tener, y en lo que somos y en lo que podemos hacer.

 

El decir sin duda alguna nos compromete, pero el hacer es el que finalmente construye lo que nos propongamos, en ese sentido no pierdas mucho tiempo diciendo lo que harás, mejor hazlo y deja que tus acciones hable por ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/UtzkCMhN2-4

 

 

También puede descargarse gratis el libro  “Cosas nuevas y cosas viejas -Temas de estudio de los cuales uno nunca deja de aprender- Libro 2”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

jueves, 20 de enero de 2022

Las grandes conquistas de la vida están reservadas para los espíritus temerarios


 Todos tenemos sueños, metas y objetivos en nuestra vida, algunos son de una cotidianeidad casi rutinaria mientras que otros prácticamente definen lo que somos y lo que tenemos, éstos últimos tienen la característica de que mientras mayores son mayores riesgos implican y por lo tanto solo son accesibles para quienes se animan a conseguirlos.

 

Un ejercicio para iniciar esta reflexión. Un ejercicio sencillo que desarrollo en mis talleres y que te pido te lo imagines siguiéndolo mentalmente. Primero acomodo mesas, sillas y cestos de basura de manera dispersa en un espacio donde me encuentro y le pido a alguno de los asistentes que trate de caminar a través y alrededor de ellos. En esta primera parte del ejercicio la persona que aceptó camina con mucha naturalidad entre esos obstáculos. Una vez terminado el recorrido inicial le vendo los ojos, le indico que los muebles han sido cambiados de lugar y le pido vuelva a caminar entre ellos. Obvio que en esta segunda parte el recorrido lo hace mucho muy lento, casi a tientas, con mucho cuidado. ¿Cuál de los dos recorrido se parece más a nuestra vida?

 

Tu podrás tener tu respuesta, la mía es que el segundo recorrido se parece más a nuestra vida, ¿por qué? pues porque simple y sencillamente no sabemos lo que cada año, cada mes, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo nos depara. Analiza esto en función de la manera en que cada quien va por la vida y verás cómo es que no son tantos los obstáculos que enfrentaremos los que hacen mella en nuestro andar sino la expectativa que de ellos tenemos.

 

Ahora bien, el ejercicio anterior no termina. La misma persona, aún con los ojos vendados, le pido de nuevo haga el recorrido. De nuevo muevo los muebles pero ahora le pido se quite los zapatos. Haciendo un ruido con piedras que vacío en un recipiente de cristal le digo que he puesto ahora vidrios en algunas partes del suelo por lo que le pido ande con cuidado. ¿Resultado? La persona simplemente no se mueve. Y tiene razón en no moverse pues en su mente está la idea del riesgo de pisar los vidrios. En eso le pido se quite la venda y vea que no hay tales vidrios, aunque así lo haya creído.

 

¿Conclusión? El futuro es incierto, de la misma forma del ejercicio anterior, cada paso que damos es un salto al vacío, no sabemos que hay más allá del ahora. Lo que podemos intuir por experiencia es que nos enfrentaremos a retos, a obstáculos, eso sí podemos decir que pasará con seguridad, pero el problema no es eso sino los “vidrios”, como en el ejercicio, que imaginamos están en nuestro camino, es decir, la magnitud que le damos a esos problemas que enfrentamos que pueden hacer, si se sacan de toda proporción, que quedemos paralizados en nuestro andar.

 

Quiero aclarar que no se trata de avanzar sin mayores consideraciones por la vida tomando riesgos sin siquiera valorarlos, no funcionamos así, para eso tenemos mente pero también tenemos corazón para crecernos al castigo, como se dice, y avanzar a pesar de los riesgos que ello implica ya que por la propia naturaleza de los sueños, metas y objetivos que nos propongamos, mientras más grandes sean éstos mayores serán los riesgos y mayor el sentido natural de protección que nos mueva a no arriesgarnos.

 

“No hay mayor riesgo que el hecho de no arriesgarnos”, dijo alguien por ahí, y tiene razón. Nuestra vida es un breve interludio consiente donde lo que hagamos o lo que no quedará para siempre, así que con esto en mente no olvides que las grandes conquistas de la vida están reservadas para los espíritus temerarios.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/dpT_mvpu8Mk

 

 

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miércoles, 12 de enero de 2022

Una vida sin metas, retos ni sueños es como pretender avanzar en un auto sin gasolina, llantas ni motor


 

Constantemente escuchamos sobre la importancia de establecer metas y objetivos así como las estrategias para alcanzarlos, esto que es de aplicación práctica para muchas facetas de la vida sin duda alguna que lo es también para la vida misma, pero preguntémonos ¿qué tanta importancia le damos a ello?

 

De inicio te propongo un ejercicio que manejo en mis talleres. Dime ¿qué deseabas ser cuando niño pensando en cuando estuvieras grande? Lo que sea.

Pintor, cantante, futbolista, astronauta, todo es válido. Ahora dime ¿qué hiciste para alcanzar eso? Cuando hago esta dinámica salen para la primer pregunta cosas muy interesantes como las que mencioné, pero para cuando hago la segunda pregunta el silencio es el que impera, ¿por qué? pues porque realmente nadie efectuó una acción seria cuando niño para ser lo que deseaba de grande, bueno, casi nadie.

 

¿Y esa es toda la dinámica? Tal vez te preguntes. Pues no. Hay una segunda inmediatamente después de esta donde la pregunta es ¿qué deseas ser o dónde deseas estar en tu vida dentro de 20 años? De igual forma todas las respuestas son aceptables. Una vez respondido eso la siguiente pregunta es ¿qué estás haciendo ahorita para lograr lo anterior? Por increíble que parezca una gran mayoría, al igual que cuando niños, tienen en claro qué desean ser o dónde desean estar en su vida en 20 años, pero, al igual que en el ejercicio anterior,  pocos son los que ahorita están haciendo algo para ello.

 

¿Cuál es la conclusión de esta dinámica? Sencilla: así como no lograste lo que querías cuando niño por falta de estrategias y acciones, de igual forma en 20 años es poco probable logres lo que ahora quieres ser o estar en tu vida si no tienes estrategias y acciones aparejadas.

 

El sentido de esta reflexión no es para nada perdernos en los auto-reclamos por lo que no hayamos realizado, sino más bien hacernos crear conciencia de lo rápido que se va la vida, de lo valioso que es tener sueños, metas y objetivos y de la necesaria acción requerida para lograr estos últimos.

 

Ahora bien, el tener sueños, metas y objetivos sin acciones para alcanzarlos es una pérdida de tiempo, pérdida de tiempo en el sentido que esto, el tiempo, se nos irá de las manos sin lograr nada en concreto; pero con todo y todo peor que eso es cuando no se cuenta ni siquiera con esos sueños, metas y objetivos, en ese caso ni siquiera sabemos a dónde vamos.

 

Cuando planteo esto siempre quiero mesurar las conclusiones pues tampoco se trata de que nuestra vida la tengamos al 100% planeada como si de una obra de teatro se tratara, la vida es dinámica, es impredecible, es cambiante, nunca deja de sorprendernos, pero hay un punto medio donde ni tenemos todo planeado y por ende controlado pero tampoco todo tan suelto sin ningún plan que prácticamente o nos sirva de nada.

 

La riqueza de la vida en ocasiones se aquilata cuando ya no queda mucho de esta, ojalá éste no sea tu caso y establezcas una dinámica donde tu realización plena como persona esté siempre en la mira, para ello recuerda Una vida sin metas, retos ni sueños es como pretender avanzar en un auto sin gasolina, llantas ni motor.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/hE122QdYw7o

 

 

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jueves, 6 de enero de 2022

Tan importante como lo que se hace es saber el por qué se hace y el para qué se hace


 

La razón tiene dos vertientes, una es la factual y otra es la trascendental. La factual es aquella vertiente que siempre responde a los ¿cómo?, por ejemplo todas las respuestas educativas o formativas van en ese sentido, es decir, enseñar cómo hacer algo, desde leer o escribir hasta construir reactores nucleares o estructurar política y socialmente una comunidad, de esto ya estamos llenos, repletos, rebosantes. Pero hay otra vertiente, la trascendental, y ésta es la que responde a los ¿por qué? y ¿para qué?

 

Todo, absolutamente todo puede ser explicado de manera factual respondiendo al ¿cómo?, lo más interesante, lo que comienza a darnos poder como líderes trascendentales, es cuando también podemos darle a todo un sentido trascendental a esto respondiendo a los ¿por qué? y ¿para qué? El ¿por qué? Que uno puede plantearse ante absolutamente todo es una visión al pasado, al origen de cualquier cosa. El ¿para qué?, por su parte, es una visión al futuro, al destino de lo que sea que analicemos.

 

Alguien llega tarde a su casa y sus padres le regañan, o si ya se tiene novia o novio, esposa o esposo, hay un altercado por esa tardanza. Bien, el evento para aplicar esta técnica ya está, ya sucedió, ya lo tenemos. Preguntémonos ¿por qué?, así es ¿por qué esa persona se molestó? Atención, todas las técnicas dadas son personales, cada quien las debe hacer en su fuero interno, en este caso no es válido hacer estas preguntas a la persona que se molestó, éste es un ejercicio para nosotros mismos.

 

Continuando con esto ante esta pregunta habrá alguna respuesta que nos demos, por ejemplo “fulanito o zutanita se enojó conmigo porque no cumplí con mi palabra de estar aquí a tal o cual hora”, ante esta respuesta de nueva cuenta debemos preguntar ¿por qué?, en este caso “¿por qué no cumplí con mi palabra de llegar aquí a tal o cual hora?”. A lo mejor esta pregunta recibe una respuesta como “se me hizo tarde en la escuela o en el trabajo o con mis amigos” a lo que de nuevo preguntaremos ¿por qué?, en este caso “¿se me hizo tarde en la escuela o en el trabajo o con mis amigos?”.

 

Observa cómo es que esta actitud de inquisición trascendental todos la traemos de forma natural cuando niños, los ¿por qué? y ¿por qué? y ¿por qué? es algo que brota de manera espontánea en todos los niños ante las respuestas que del mundo reciben. ¿Y qué es lo que pasa?, que la sociedad nos reprime, nos quita esta herramienta con un “¡pues porque así son las cosas!”, lo cual es entendible pues la sociedad en su conjunto está más enfocada a los ¿cómo? que a los ¿por qué? o los ¿para qué?, pero esto puede cambiar, de hecho está cambiando ahorita contigo, claro, siempre que seas capaz de reclamar esto que ya era tuyo, que ya traías, y que te fue arrebatado cuando pequeño.

 

Pero el ¿por qué? solo es una parte de la razón trascendental, la otra parte es el ¿para qué? que, de la misma forma que el ¿por qué? puede aplicarse a todo lo que hay. El ejemplo anterior puede traerse de nuevo aquí y preguntarnos “¿para qué fulanito o zutanita se enojó conmigo?”, ya no es un ¿por qué?, es decir, ya no vemos al pasado, al origen, ahora es un ¿para qué? que ve al destino, al efecto.

 

La respuesta tal vez pudiera ser “bueno, se enojó para hacerme ver la gravedad de mi actitud con la intención de que no vuelva a pasar”, lo cual de nueva cuenta permitiría un ¿para qué? De nueva cuenta ¿ves el patrón? Ese ¿para qué? Puede plantearse una y otra vez ante cualquier repuesta que se obtenga.

 

¿Por qué? y ¿para qué? tiene una fuerza para ampliar y fortalecer la razón a tal grado de hacerla trascendente, es por ello que en mis conferencias y talleres sobre construcción dinámica de liderazgo trascendental, siendo extremoso siempre digo que si pudieran quedarse con una sola práctica de por vida, mi sugerencia sería precisamente ésta: siempre pregúntense el ¿por qué? y el ¿para qué? de todo.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/7aau0kz71n0

 

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