jueves, 24 de septiembre de 2020

Fíjate en las huellas en la vida: si están delante de ti solo sigues a otro, si están detrás tú haces la historia


 

Cuando uno habla de caminar en la vida luego luego vienen a la mente las preguntas ¿hacia dónde? Y ¿cómo?, de las respuestas a estas dos preguntas dependerá vivir nuestra vida o vivir la de los demás.

 

Una de las áreas a las que me dedico es precisamente la del Liderazgo Emprendedor, tengo conferencias, talleres, artículos y libros que van en ese sentido, pero todo ello no es más que un entrenamiento para quien haga uso de estas herramientas, un entrenamiento que debe llevar a la habilitación personal para que cada uno se haga responsable de su propia vida. Lo mismo va para todas las conferencias, talleres, artículos y libros que existen sobre ese tema.

 

Creo que el punto final de todo proceso de habilitación (llámese

emprendedurismo, motivación, liderazgo, etc) es precisamente cuando la persona que hace uso de cualquiera de las herramientas dice un día “ya no te necesito más”. Aunque parezca rara la expresión lo mejor que nos puede pasar a quienes trabajamos esta temática es cuando escuchamos ese “ya no te necesito más” de quienes interactúan con nosotros.

 

De la misma forma ese “ya no te necesito más” lo estoy circunscribiendo al momento donde la persona ha alcanzado la madurez mental, emocional y espiritual para hacerse responsable total y completamente de su vida. Ese es el fin de toda instrucción, de todo proceso formativo, de todo desarrollo personal.

 

Sin forzar las cosas, cuando veo a alguien que lee este o aquel libro o que cita a este o aquel pensador, no puedo menos entender que están aún en un proceso formativo y esperar el momento en que deje esos libros para ponerse a escribir su propio libro de la vida y deje de citar a los demás para que comience a citarse a sí mismo. Y ese día llega, tarde que temprano llega.

 

No quiere decir que una vez que llega ese día uno no lee más, no asiste a tal o cual evento o no cita a tal o cual persona, pero lo hace de manera diferente. En vez de hacerlo como algo que uno piensa en algún momento alcanzar, lo hace con la autoridad de una idea que vive en nosotros pues nos ha transformado.

 

Todas las conferencias y talleres de desarrollo personal a los que vas, todos los artículos de liderazgo que lees, todos los libros de emprendedurismo que consultas, son una escalera que te lleva a lo más alto que eres, son herramientas para echar a andar tu motor, son un camino que te conduce a la plenitud.

 

No te quedes cómodamente en las opiniones de los demás, ni de lo que se diga en una conferencia o un taller, ni de lo que leas en un artículo, ni de lo que se exprese en un libro; tómalo, eso sí, como un ladrillo más en la construcción trascendental que es tu proyecto de vida, pero llega a ser la autoridad última de lo que debe hacerse en la misma.

 

Las preguntas iniciales de ¿hacia dónde debemos ir? y ¿cómo? se responden, cuando has llegado a la última etapa de tu habilitación, con un “hacia donde tú quieras” y “de la forma en que tú quieras”. Es en ese momento donde puedes llamarte realmente un hombre o una mujer de verdad, donde te haces responsable de tu vida con todos los logros y fracasos, los aciertos y errores, los gozos y las lágrimas que eso conlleva. Y en este punto ya no hay quien te pare.

 

Avanzar en la vida quiere decir ir a la plenitud que como persona estás destinado a lograr, así que pon atención: Fíjate en las huellas en la vida: si están delante de ti solo sigues a otro, si están detrás tú haces la historia.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/NskrFq0V-IY

 

También puede descargarse gratis el libro  “En el Principio… -Un estudio sobre la primer semana de la creación-”, desde www.rocefi.com.mx  (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)

jueves, 17 de septiembre de 2020

Lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá


 Nuestro caminar por la vida está lleno de momentos azarosos donde la oscuridad parece nunca va a ceder y momentos luminosos donde nos damos cuenta del enorme potencial que tenemos, aprovechar ambos nos permite alcanzar nuestro destino en la vida.

 

Pensemos en alguien que le haya ido mal en un negocio, que haya, como se dice, perdido “hasta la camiseta”. Podemos en este caso llegar incluso a cuantificar su pérdida, pero aunque no fuera así al menos podemos ver cuál es el límite de la misma: lo que la persona poseía.

 

Pensemos ahora en alguien que le haya ido mal en una relación. En este caso de igual forma podemos cuantificar cuanto tiempo ésta persona “desperdicio” (por  llamarlo en cierta forma) en la relación que se fue al traste y aunque no hiciéramos esa cuantificación, sí podemos saber que el tiempo de “perder el tiempo” terminó una vez que la relación finalizó.

 

Pudiéramos poner más ejemplos, pero quiero quedarme con esos y ahora verlos de otra forma. En el primer caso, supongamos que al contrario de lo que sucedió, a la persona en cuestión le hubiera ido excelentemente bien, ¿cuánto puede ganar alguien en un buen negocio? No lo sabemos, el negocio puede dar y dar por años e ir creciendo por lo que no sabemos hasta donde pueda dar.

 

Lo que quiero que veas con estos ejemplos es que la vida nos da lecciones muy interesantes sobre la misma: las caídas, los errores, las pérdidas, siempre tienen un límite, un punto hasta donde pueden llegar; más sin embargo los triunfos, los logros, los aciertos, prácticamente no tienen un límite, puede seguir los beneficios que devengan de los mismos más allá incluso de lo que pudiéramos prever.

 

Esta reflexión sobre la vida es para retomarla en nuestro andar por la misma ya que una regla de la primera es que experimentaremos en la misma sombras y luces, es decir, momentos negativos (por llamarlos en cierta forma) y momentos positivos.

 

Los momentos negativos si bien a nadie le gustan hay que verlos en la perspectiva no solo de que no van a durar por siempre sino de que sus efectos en nosotros para dañarnos, quitarnos o hacernos menos es limitado; de la misma forma cuando tengamos momentos de gran triunfo o ideas de gran lucidez y claridad, debemos aprovechar para dar el impulso necesario en alcanzar nuestros sueños y nuestras metas en el pensamiento de que no hay límites para nuestro potencial.

 

La vida nos permite mediante la caídas entender nuestras limitaciones y ejercitar nuestra humildad, requisitos ambos para alcanzar nuestro potencial como seres de luz explotando los momentos favorables que se nos presenten, así que no lo olvides lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/PPiIMJNj3kg

 

 

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jueves, 10 de septiembre de 2020

En la vida, los demás te podrán acompañar, pero eres tu quien debe caminar


 

El ser humano es un ente social, desde que nacemos y hasta el final de nuestros días estamos rodeados por personas que interactúan con nosotros y que en muchos casos llegan a formar parte de nuestra vida, con todo y ello, la responsabilidad última de nuestro andar recae siempre en nosotros.

 

Es un hecho que a todos nos gusta estar acompañados. Este acompañamiento puede ser físico pero nuestra mayor necesidad es emocional e intelectual. Cuando decimos acompañamiento emocional e intelectual nos estamos refiriendo a esa necesidad de ser aceptados e incluso reconocidos en nuestros pensamientos y en nuestras emociones. De manera natural tenemos en nosotros esa necesidad de aceptación que nos impele a buscar en los demás una aprobación con nuestro actuar.

 

Esto es entendible ya que una manera en que la sociedad se protege y nos protege es precisamente validando o sancionando socialmente el actuar de cada uno de sus individuos. Ahora bien, aunque esto es entendible, hay que tener sumo cuidado en no supeditar a la opinión ajena nuestras decisiones como si la finalidad de las mismas fuera el conseguir esa aprobación que tanto se desea. La finalidad última de todo lo que somos y hacemos debe estar en función precisamente de nuestra plena realización.

 

Si lo anterior conlleva enfrentarnos al dilema de hacer lo que consideramos es lo mejor para nosotros o bien lo que los demás nos digan, en nosotros estará la decisión y sea la que sea no podremos adjudicarles a los demás la responsabilidad de la misma.

 

Pero también esta otro punto negativo para nuestro desarrollo donde no solo se espera la aprobación de lo que hacemos por parte de los demás sino incluso se espera que sean ellos los que nos digan que hacer y prácticamente decidan sobre nuestra vida.

 

Creo que todos debemos de conocer a alguna persona que siempre espera que sean otros los que con sus guías y consejos le señalen el camino que debe de seguir, esta actitud aún es peor que la anterior pues busca poner en otros las riendas de la vida de cada quien.

 

En ambos casos, sobre todo en este último, si bien es sumamente cómodo el traspasar la responsabilidad de las decisiones que se tomen a los demás, no deja también de ser trágico en el sentido que dejamos que otros decidan, que otros vivan nuestra vida, pero peor aún: en ocasiones ni siquiera llegan a buen puerto en cuanto las decisiones que se tomen.

 

Ojo, no estoy abogando por no considerar todas las voces que puedan darnos luz sobre alguna decisión, dice un dicho que dos cabezas piensan mejor que una y es verdad, claro que puede uno preguntar, inquirir, buscar consejo, pero también hay que tener claro que eso será simplemente para poder tener más elementos de decisión, pero la decisión siempre será nuestra.

 

No creo que alguno de nosotros permitiera que otra persona usara su cepillo de dientes, pues más importante que el cepillo de dientes es nuestra propia vida como para esperar que otros validen favorablemente todo lo que hacemos o peor aún sean ellos quienes tomen nuestras decisiones, después de todo en la vida, los demás te podrán acompañar, pero eres tu quien debe caminar.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/PsUgu8vC_g4

 

 

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jueves, 3 de septiembre de 2020

En tu andar por la vida recuerda que mientras más cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas


 

Las relaciones interpersonales y de nosotros con el mundo van dejando huellas en nuestra persona, huellas que pueden servir para indicarnos un mejor caminar en la vida o para detenernos en observarlas.

 

Quiero iniciar con una reflexión que surge de una técnica que uso en mis talleres de liderazgo: piensa en algo o alguien (una conducta o una persona) que te caiga sumamente mal, algo o alguien que en realidad te desagrade. En tu mente piensa el por qué esa situación o esa persona te desagrada tratando de enfocarte en una sola cosa, por obvias razones que sea la más importante.

 

Una vez que has establecido la característica principal por la que un evento o un suceso te desagrada, ahora piensa en las razones abstractas del por qué te desagrada. Por ejemplo, a lo mejor alguien no te cae bien por mentiroso, pero esa es la característica que tú ves en la persona, un análisis abstracto implica que despersonalices y señales porque la mentira (así en abstracto) te cae mal.

 

Una vez que tengas esas razones “en abstracto” quiero que veas cómo es que las mismas tienen referente, de una u otra forma, con la experiencia misma que es tu vida. Esa experiencia puede ser en personal, es decir, que te haya pasado a ti, o bien de un tercero pero que conociste como para introyectarla en tu ser y desarrollar una opinión sobre la misma.

 

Lo que quiero que veas con este ejercicio es que mucho de lo que vemos del mundo, de los demás y de nosotros mismos no es una realidad objetiva sino una interpretación subjetiva que se ve influenciada por las diferentes experiencias que acumulamos en la vida.

 

Lo anterior no es del todo malo, una gran ventaja de la vida es precisamente que podemos aprender de nuestras experiencias y que es mejor esto cuando aprendemos de la experiencia ajena, pero de la misma forma esta interpretación del mundo, nosotros mismos y los demás basada en las experiencia puede condicionar nuestro actuar estancándonos en un pasado que a lo mejor no nos beneficia en nuestro andar.

 

Yo creo que todos conocemos personas que van por la vida cargando todo un bagaje de odios, corajes y rencores por X, Y o Z cosas que les han pasado, lo cual es entendible, pero lo que no es entendible es como en muchas ocasiones estas personas sabotean su presente y su futuro precisamente por ese pasado que han vivido.

 

Sé que la vida en muchas ocasiones no es fácil y que todos somos afectados por cosas buenas y cosas malas, pero también sé que es decisión de uno el permitir que lo que hemos vivido condicione nuestro presente y nuestro futuro.

 

Y precisamente para que eso dependa de nosotros debemos ser capaces de integrar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, poner las cosas en justa perspectiva y decidir que deseamos hacer con la experiencia que hemos acumulado. No es fácil, pero tampoco imposible, ejemplos hay y de sobra así que si otros pudieron, tu ¿por qué no?

 

La vida que se nos da es tan efímera que si uno tuviera eso en mente cuidaría lo que llevaría a cuestas en ella, así que trata de no olvidar que en tu andar por la vida recuerda que mientras más cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/-E4_6EONyL8

 

 

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