jueves, 4 de junio de 2020

A veces la vida podrá no ser lo que uno espera, pero siempre será lo que uno necesita



Hablar de desarrollo y superación, sea esto desde el punto de vista personal o profesional, necesariamente tiene que hacer alusión a la vida ya que es en ese escenario donde cual si fuéramos actores nos desenvolvemos, de la misma forma para interpretar nuestro papel nunca se nos dará el guion por adelantado, pero el resultado siempre será una grandiosa obra

En ocasiones como consultor tengo que enfrentarme a solicitudes para trabajar con personas y equipos en pos de un objetivo o meta empresarial, institucional, social y demás; estas solicitudes en ocasiones son muy específicas como lograr esto o aquello, pero el reto previo que tengo que enfrentar es el de hacerle ver al solicitante que antes de trabajar la meta deseada se tiene que trabajar la persona.

Lo anterior quiere decir que antes de pretender lograr esto o aquello debemos cerciorarnos que contamos con el elemento humano idóneo para ello y esto implica que éste entienda su papel primero en su vida personal y luego en su vida profesional, institucional o social.

Uno de estos aspectos es el de reflexionar para por lo menos percibir, que la vida de cada quien es algo grandioso por sí mismo y con fines tan espectaculares que escapan a nuestra imaginación. Obvio este punto es en extremo difícil, sobre todo si con quienes trabajamos son personas que enfrentan problemas o frustraciones de vida.

En este punto hay tres maneras de actuar, la primera es darle su espacio a esa persona en tanto no resuelva sus problemas ya que de otra forma participando en el proyecto que se le proponga no estaría en condiciones de aportar e incluso tal vez lo obstaculizaría; la segunda es trabajar el aspecto personal del individuo para, sin resolverle sus problemas, al menos ponerlo en una situación donde pueda moverse hacia estadios de colaboración y desarrollo; por último, la tercera, opción que por cierto no recomiendo ni aplico pero que curiosamente es la que más veces se aplican en las organizaciones, es involucrar al individuo en el proyecto así tal como está, lo cual generalmente redunda en retrasos, problemas o simplemente no conseguir la meta.

Ahora bien, ¿cómo poder hacerle ver a alguien lo grandioso de su vida? Si bien esto implica varias actividades quisiera compartirles dos que van concatenadas: la primera es una actividad que consiste en que la persona de manera confidencial analice su vida e identifique un problema que haya experimentado, el peor problema que hasta ese momento haya enfrentado, un problema de tal magnitud que creyó nunca saldría avante ni mucho menos se recuperaría.

La idea es que escriba el problema así como todas las razones por la que pensó nunca lo superaría de la misma forma que sea tan descriptivo como pueda en cuanto a la manera en que ese momento se sentía. Una vez escrito eso debe leerlo y después escribir, con la perspectiva del tiempo transcurrido, como ve las cosas y como las siente.

En todos los casos que he efectuado este ejercicio los participantes se dan cuenta que las cosas no eran tan malas como las veían y que generalmente hay aspectos positivos que rescatar de esa vivencia.

El otro ejercicio, que se hace en otro momento una vez efectuado el anterior para no mezclar sentimientos ni pensamientos, es que escriban en un papel todas las cosas que puedan por las que se sienten agradecidos con la vida, deben ser todas las que recuerden y deben ser tan específicas como puedan.

Una vez que han hecho esta lista se les pide que señalen de todas las cosas que escribieron aquellas que no dependieron de sus acciones, es decir, que se dieron por una serie de circunstancias en la vida, que tal vez implicaron obviamente su participación, pero que no puede decirse que se debe todo a ellos.

Generalmente el resultado de este ejercicio muestra cómo es que grandes cosas de su vida no dependieron de ellos sino que fue la vida misma la que permitió surgieran y sucedieran.

Los problemas de la vida no son de la magnitud en que los percibimos y con el tiempo hasta cosas positivas nos traen, de la misma forma muchas cosas buenas de la vida simplemente llegan a nosotros mientras andamos nuestro camino, así que recuerda: a veces la vida podrá no ser lo que uno espera, pero siempre será lo que uno necesita


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/JN5HL36FxPo


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