Si
bien uno puede tener claro que para conseguir lo que uno quiere –y para llegar
a ser lo que uno puede- se requiere de intentarlo una y otra vez, una cosa es
esa claridad que puede poseerse y la otra la capacidad de intentarlo incluso
cuando se tiene todo en contra.
Los
cursos que sobre logro de objetivos me ha tocado impartir siempre son diseñados
en función de quién asistirá a ellos, siendo los temas escogidos y organizados
con base en esto. En el caso de los vendedores, el primer punto que pongo a
consideración no es la manera de hablar o presentarse o de “ganar al cliente”,
el primer punto es precisamente la resistencia al rechazo.
La
vida es como ese vender, uno puede ir tocando puerta tras puerta, es decir,
intentando una y otra vez las cosas, solo para obtener una vez tras otra
resultados negativos. De la misma forma –y por eso el primer tema puesto a
consideración con quienes venden- hay que crecerse al rechazo, al no logro,
para con bríos renovados ir a la siguiente puerta –a la siguiente oportunidad-
para intentarlo de nuevo.
Esto
puede ser cansado y ¿por qué no? en ocasiones incluso hasta desmotivador, de
ahí la necesidad de trabajar recursos internos que nos permitan retomar la
pelea. ¿Qué son estos recursos internos? Mira, cuando algo motiva a actuar,
como en el ejemplo el deseo de efectuar una venta, se identifica un satisfactor
externo (la venta o cualquier otra meta asignada) que si se logra viene a
otorgar un deleite por sí mismo, pero que si no se consigue deviene en un
sentimiento desagradable. Un recursos interno es eso a lo que podemos acudir
para que independientemente del resultado externo, podamos recurrir a él para
renovar fuerzas y volver de nuevo a la carga.
¿Has
visto en algunos taxis esos zapatitos que los conductores cuelgan en el espejo
retrovisor?, ¿o esos dibujos infantilmente trazados que adornan las oficias o
escritorios?, ¿o esa foto que puede uno traer en la billetera? Si bien son
cuestiones externas físicamente a uno, hacen referencia a un recurso interno,
generalmente basado en amor, cariño, afecto, ternura, que permite salir
adelante ante las adversidades.
Piensa
por un momento en algo como lo que hemos mencionado que por sí mismo te traiga
a la mente sentimientos de estima, de valor, de intimidad, y la próxima vez que
vayas a intentar algo difícil o simplemente retador llévalo contigo. Míralo si
puedes en algún momento previo a intentarlo y posterior, sea que lo logres o
no. Si lo logras compartirás esa energía positiva con el recuerdo al observar
de nuevo el objeto, si no lo logras sacarás de él esa energía vía motivación
para salir avante de la prueba.
No
podemos negar que necesitamos de muchos satisfactores externos, pero tampoco
podemos negar que poseemos muchos recursos internos que debidamente canalizados
nos puede ser de gran utilidad para avanzar con decisión, optimismo y esperanza
en la vida, después de todo a veces hay que tocar cien puertas para que se abra
una
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
puede verse en video en https://youtu.be/fgMGyKYLMCI
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