viernes, 15 de febrero de 2019

Atrévete: La historia de tu vida también puede ser escrita con colores



Todos tenemos una idea de más o menos qué queremos para nuestra vida o cómo queremos vivirla. Estudio, trabajo, familia, y un sinfín de metas, sueños y objetivos matizan nuestro camino hacia la autorrealización, pero para que esa autorrealización sea plena necesariamente debe pasar por el tamiz de la individualidad, de la particularidad, de la singularidad.

Cuando hablamos de vivir la vida todos los seres humanos entramos en un conflicto dicotómico: por un lado queremos vivirla de acuerdo a nuestros gustos, nuestros criterios, nuestra personalidad, es decir, vivirla de una manera única, pero por otro lado no queremos desentonar de la generalidad siendo diferente del conglomerado social en el cual nos desenvolvemos.

Si bien lo segundo, es decir, el vivir en armonía con el conglomerado social en el cual estamos es una parte fundamental de nuestro proceso humano, lo primero, la búsqueda de la unicidad en la vivencia de nuestra existencia es finalmente lo que le concede el carácter de hacerla y llamarla nuestra.

La individualidad tiene que ver con las características particulares que cada uno de nosotros tenemos y de las cuales debemos hacer uso para avanzar en el camino de nuestra vida en pos de nuestros sueños, metas y objetivos.

La particularidad se refiere a las maneras especiales y diferentes que cada uno de nosotros tiene de llevar a cabo lo que uno tiene que hacer para alcanzar lo que nos hemos propuesto.

La singularidad tiene que ver con las características diferenciadas de los resultados que se obtienen al avanzar en el camino de la vida considerando las dos características anteriores.

Visto de esta forma la individualidad se refiere a los insumos, en este caso los insumos personales, nuestras propias características, con las que abordaremos el vivir nuestra vida. La particularidad se refiere más bien al proceso, es decir, tiene que ver con el cómo vivimos nuestra vida, claro, considerando la cuestión de la individualidad. Por su parte la singularidad son los resultados que obtenemos los cuales, obvio, si por la cuestión de la individualidad cada uno es diferente y si por esas diferencias, según la particularidad, cada quien vive su vida de forma diversa, es lógico pensar que, según la singularidad, cada quien obtendrá resultados heterogéneos.

La individualidad, la particularidad, la singularidad, nos van llevando en la vida por el camino de la lucha por conseguir nuestros sueños, metas y objetivos, pero una forma que sólo es significativa y sólo nos compete a nosotros, con lo cual la misma adquiere un valor incalculable de unicidad universal, en ese caso atrévete: la historia de tu vida también puede ser escrita con colores.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/QskJt-d3A54

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