viernes, 11 de enero de 2019

¿Un problema no tiene solución?... ¡pues créasela!



Si hay algo seguro en esta vida es que la misma no está exenta de problemas. Prácticamente cada paso que uno da trae su consiguiente reto que debe ser enfrentado y al que podríamos llamar problema, aunque visto de una manera positiva más bien estaríamos enfrentando una oportunidad.

Sin duda alguna hay de retos a retos. Retos los hay que casi son imperceptibles y que se resuelven con un mínimo esfuerzo de nuestra parte. De igual forma hay retos que prácticamente son insalvables y que uno termina por continuar con la vida sin haberlos resuelto plenamente.

Independientemente de si el reto que enfrentemos es pequeño o grande puede verse siempre a través de dos cristales: aquel que lo ve de manera negativo, como un problema, o aquel que lo ve de manera positiva, como una oportunidad.

Sin duda alguna un reto es un problema en sí, pero un problema que se nos presenta para que le demos solución, es así como si nos enfocamos en la solución adoptaremos la actitud positiva de ver el reto como una oportunidad, ¿oportunidad de qué? principalmente de crecer como persona.

Ahora bien, ¿cómo pudiera crecer uno como persona? Pues básicamente de dos maneras: una es encontrando efectivamente la solución para el reto volviendo el problema en un asunto resuelto. Es esta opción en la que uno adquiere conocimientos y habilidades relacionadas con el reto que enfrentó que lo llevan a moverse en el ámbito de las capacidades propias hacia más y mejores estados de desarrollo.

La otra opción es aquella en la cual no podemos encontrar una solución para el reto enfrentado con lo que tenemos que continuar con nuestra vida sin haberlo resuelto. No podemos engañarnos creyendo que ante todo reto que enfrentemos saldremos airosos, pero esto no quiere decir no crezcamos como personas. En esta opción de igual forma uno adquiere conocimientos y habilidades que tal vez en esta ocasión no nos sirvieron para resolver lo que enfrentamos pero que nos habilitan para estar en mejores condiciones de enfrentar retos futuros, pero independientemente hay un valor adicional colateral y es el de hacernos consientes de nuestras limitaciones y las de los demás, y por ende humildes y empáticos.

Visto de esta forma, todo reto, todo problema, siempre tiene un resultado positivo, sea que el problema en sí se resuelva o sea que aunque no se resuelva nos permita ser mejores personas. ¿Un problema no tiene solución?... ¡pues créasela!



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/aPlLo1tFmlM


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