La vida está llena de oportunidades. Aunque en muchas
ocasiones pensemos estas retrasan su aparición esto no es así, pero lo que sí
es verdad es que las mismas deben ser reconocidas y uno debe estar en capacidad
de aprovecharlas, para usarlas en la construcción de nuestro proyecto de vida.
La vida es un camino donde en ocasiones aparecen ciertas
oportunidades lo mismo de tener o de ser más, de igual forma puede ser que en
ocasiones pensemos que las oportunidades no se presentan aunque nos
consideremos listos; lo importante de esto es que cuando se presenten sepamos
aprovecharlas.
Aprovechar una oportunidad implica no sólo el darse
cuenta de ella, sino el tener la capacidad para usarla a nuestro favor.
¿Cuántas veces se han ido de nuestras manos oportunidades simplemente porque no
pudimos aprovecharlas? Más sin embargo estas se presentaron.
Es así como el darse cuenta de una oportunidad apenas es
un aspecto de saber aprovecharlas, de hecho ni siquiera es el primero pues el
primero sería estar preparado para usarla en nuestro proyecto de vida. Ante
esto surge la pregunta ¿cómo puede estar preparado uno para lo que no sabe
pueda presentarse?
La pregunta anterior es válida, y su respuesta permitirá
entender por qué toda oportunidad llega en su momento justo. La respuesta a la
pregunta anterior es que para estar preparado para aprovechar las oportunidades
que se nos presenten pasa por explotar, por llevar al máximo, las capacidades
con las que contamos.
Aprovechar una oportunidad, o más bien, estar en capacidad de aprovecharla,
no resulta de estar indolente, sin preparación (de cualquier tipo), sin
entrenamiento (de cualquier tipo), sin formación (de cualquier tipo), necesaria
y forzosamente implicará que constantemente estemos trabajando en los dones,
atributos y características que tengamos para pulirlos, afinarlos, prepararlos
para cuando surja la oportunidad.
Con lo anterior en mente podemos ver entonces como es que
todo llega en su momento justo, claro: si es que en efecto estamos trabajando
constantemente en nosotros mismos como se ha indicado anteriormente. ¿Por qué? Porque
si estamos constantemente trabajando en nosotros mismos al grado de estar al
máximo de nuestras potencialidades, de nuestras capacidades, hemos de
aprovechar las oportunidades hechas para nosotros, siendo que aquellas que no
podamos aprovechar de plano no eran para nosotros pues excedían lo que éramos,
lo que teníamos para dar.
Lo anterior, repito, sólo es válido para quien
constantemente está trabajando en sí mismo y está al 100, como coloquialmente
se dice, en sus capacidades, de otra forma no aplica pues el que no aprovecha
una oportunidad por no haber trabajado consigo mismo, sea por desidia o
negligencia, en realidad puede decirse que no aprovechó la oportunidad que bien
pudo ser para él.
Las oportunidades siempre se nos estarán presentando en
nuestra vida, el problema no es ese sino tener uno la capacidad de
identificarlas y de igual forma estar uno en posibilidad de usarlas en la
construcción de nuestro proyecto de vida, ya que todo llega en su momento
justo, pero de uno depende el saber aprovecharlo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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