Cuando de luchar por alcanzar los sueños, metas y
objetivos que nos planteamos en la vida hablamos, hemos de reconocer la
importancia de priorizar el uso de los recursos con los que contamos, y de
todos estos recursos sin duda alguna uno de los más importantes, si no es que
el más, es el tiempo, por ser un recurso no renovable.
Tienes cierta cantidad de dinero y solo puede comprar una
cosa, ¿qué comprarías? Sin duda aquello que te fuese más importante, aquello
que te sea más prioritario. Pues nuestra vida es igual, tiene cierta cantidad,
no de dinero sino de tiempo, ¿qué comprarías con él?
Te pregunto esto pues en la vida podemos ver hacia dos
direcciones: atrás y adelante, es decir, hacia el pasado o hacia el futuro. Mirar
al pasado implica regodearse en lo logrado o lamentarse por lo no conseguido,
mirar al futuro implica tener claridad en lo que se desea y hacer lo que esté
en uno para alcanzarlo.
En este punto hay que aclarar que no está mal mirar hacia
atrás, hay mucha enseñanza en lo que hemos vivido, en el camino que hemos
andado, que nos permite aquilatar esa experiencia para mejorar nuestro andar.
Pero cuando se mira el pasado con complacencia o con
recriminación, se está usando el recurso no renovable, que es nuestro tiempo,
en algo sin mayor trascendencia, pues lo que ya sucedió no puede ser cambiado.
Tal vez esto te parezca muy obvio, evidente, pero si te
fijas encontrarás en la vida, y en ocasiones tal vez tú mismo caigas en ello,
personas que tiene una actitud hacia el futuro tomando como referencia el
pasado.
¿Qué por qué no intentan algo? Pues porque antes les fue
mal, ¿Qué si por qué no se arriesgan? Pues porque han tenido malas
experiencias. ¿Ves cómo es que pensar así del futuro hace que el pasado en
realidad esté plena, completa y totalmente vigente?
También tenemos esas personas, espero no seas de ellas,
que se la pasan doliéndose de los errores cometidos. Caramba ¡¿cómo hubieran
podido adquirir experiencia si no fuera obre la base de tener aciertos y
cometer errores?! Y también están aquellos que se pasan viendo el pasado regodeándose
en los logros que obtuvieron sin avanzar hacia los que pueden obtener.
El pasado nos sirve, si, para aprender de él, el futuro
nos sirve, si, para caminar hacia él; ambos extremos se unen en el presente
dónde lo mejor de lo que somos, en función de lo que hemos vivido, extiende sus
manos hacia lo mejor de lo que podemos ser.
El tiempo es un recurso del que se te ha dotado para
alcanzar, con tu esfuerzo, las metas que te propongas, pero dicho recurso no es
renovable por lo que debe ser usado sabiamente: No puedes cambiar tu pasado, sí
puedes cambiar tu futuro, ¿a qué le dedicarás más tiempo?
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
puede verse en video en https://youtu.be/uRwRzs_Nb4I
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