La vida está llena de retos, de oportunidades, de igual
forma el aprovechar esos retos, esas oportunidades, depende en primera
instancia de la voluntad que apliques en ello. Tal vez lo logres, tal vez no,
pero sin ese primer y necesarísimo paso no existe siquiera esa posibilidad.
Cuando de sueños, metas y objetivos de vida hablamos, una
cosa son las oportunidades, otra muy distinta el aprovecharlas y otra también
muy diferente el lograr lo que nos proponemos.
Las oportunidades son situaciones que se nos presentan
donde existe una coincidencia con lo que deseamos y las cuales nos plantean una
posibilidad de alcanzar aquello. Las oportunidades, entendidas así, no dependen
de nosotros sino que generalmente son decididas por factores externos, por la
conjunción de situaciones que permiten el surgimiento de circunstancias
favorables para lo que queremos.
Aprovechar la oportunidad eso sí depende enteramente de
nosotros, este aprovechamiento se da cuando estamos en condiciones de pretender
explotar al máximo las oportunidades que se dan para que con base en nuestras capacidades
podamos alcanzar lo que deseamos.
Por último, el logro o no de lo que intentemos no depende
enteramente de nosotros, es cierto que existen factores mediante los cuales
podemos incidir en el resultado final de lo que buscamos, pero de igual manera
hay circunstancias y variables que no controlamos, que exceden del ámbito de influencia
personal por lo que dicho resultado en muchas ocasiones es impredecible.
De estas tres situaciones, las oportunidades, el
aprovecharlas, y los resultados, la del aprovechamiento curiosamente es la
única en la que incidimos completamente y que al mismo tiempo es el puente
entre los dos extremos, es decir, entre la oportunidad en sí y el resultado
favorable de aprovechar la misma.
Aprovechar una oportunidad, como ya se comentó, si bien
puede estar condicionada a muchas situaciones personales, en realidad sólo depende
de una: nuestra voluntad. La voluntad es esa fuerza interior que nos lleva a
intentar algo, aún y cuando el aprovecharla al máximo, como se comentó, puede
estar condicionada a muchas situaciones personales.
Los conocimientos, las habilidades, las actitudes, los
valores, todas esas son situaciones personales que pueden llevar aprovechar la oportunidad
en mayor o menor grado, pero la voluntad es lo que nos llevará a intentarlo.
Es cierto que en la vida uno no puede estar seguro de los
resultados de todo lo que desee, de todo lo que procure, pero también es cierto
que uno requiere de intentarlo para poder saber si sí o si no, después de todo
todas las puertas de las oportunidades tienen una sola perilla para abrirse y
ésta siempre está de tu lado.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
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