En cuestión de desarrollo y motivación, pocos conceptos
son tan difíciles de entender y más aún de aceptar, que la cuestión del
servicio. En un mundo donde nuestros esfuerzos y acciones están encaminados
siempre al logro de metas y objetivos personales, entender que en ocasiones
esos frutos podrán ser cosechados por otros es algo complicado.
La historia humana está llena de ejemplos de esfuerzos
personales e incluso comunitarios que les han otorgado a sus autores el
beneficio de la consecución de sus metas, pero de la misma forma hay muchos
ejemplos de esfuerzos, de luchas, que han iniciado una cadena de eventos cuyos
resultados finalmente han venido a beneficiar a otros actores.
Pensemos nomás en las luchas de independencia o
revoluciones que matizan la historia de muchos países, en ocasiones quienes han
comenzado o participado tenazmente en esos movimientos no lograron ver el
resultado final, pero creían tanto en algo que fueron capaces de dar la vida
por ello. Ese ejemplo, si bien difícil de aceptar por quien desea que lo que
busque consiga en su tiempo para su propio beneficio, no se compara en grado de
dificultad para entender como aquellas luchas que aún no terminan y cuyos
guerreros han dado vidas y vidas por ellas, ejemplo de esto, la lucha contra el
hambre, las guerras, la corrupción, la injusticia.
¿A qué viene todo esto? En otras ocasiones hemos abordado
los temas del esfuerzo, de la superación, de la lucha en pos de metas y
objetivos, todo eso está bien, pero una parte decisiva de la trascendencia es
ir más allá de las motivaciones personales y emprender luchas que nos
trasciendan tanto en cuestión de tiempos, como de logros y beneficiarios. Un
pensamiento por demás mediocre es ese de “ese no es mi asunto, a mi no me atañe
eso, no es mi problema”, pensar así es recluirse en un caparazón de
autocomplacencia que impide no solo el desarrollo comunitario sino incluso
personal.
Imagina nomás si los que lucharon antes que tú por
libertad, igualdad, justicia, si ellos hubieran tenido la visión utilitarista
de solo luchar por aquello que los beneficiara a ellos de manera no solo
personal sino también inmediata, ahorita no estarías tu disfrutando de los
frutos de su esfuerzo. ¿Ves como es que al final incluso el esfuerzo en
beneficio de la comunidad termina siendo en beneficio personal?, eso es pensar
como grupo, de manera solidaria, pero sobre todo, por intentar con todas las
fuerzas por hacer un mundo mejor.
Es cierto, afortunadamente aún hay mucho por hacer en
este mundo, y digo afortunadamente porque esto nos permite poner nuestro
granito de arena en el presente para la trascendencia de nuestras acciones a
través del servicio, pero esto se logra cuando vamos más allá de la inmediatez
de nuestro tiempo y de nuestras propias necesidades, cuando nos sabemos
co-creadores del mundo y edificadores del futuro, cuando nos reconocemos como
parte activa del destino no solo de nuestra vida sino de las de los demás.
Cuando creas que tus luchas no tienen el efecto inmediato
que esperas, no desesperes, ofrécelas al mundo que heredarás en el entendido
que tú eres parte de los demás y los demás son parte tuya, después de todo
servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el
camino, pero otro quien lo recorrerá.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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