Hablando de metas de vida, una parte muy importante es la
capacidad de automotivación que se pueda tener lo mismo para avanzar camino a
dichas metas que para levantarse de las caídas propias del andar; pero de la
misma forma, y por más motivados que se pueda estar, necesaria y forzosamente
se requerirá que las metas planteadas tengan objetivos y estrategias claros y
medibles para el logro de las mismas.
Hablando de metas, generalmente este término hace
referencia a logros ulteriores y generales que se buscan conseguir, por
ejemplo, tener éxito en esto o en aquello,
ser el mejor en esto o en aquello, o llegar a dominar esto o aquello,
pero para lograr esa meta necesariamente se requerirán objetivos (o sub-metas)
que por su propia naturaleza deberán ser específicos en cuanto a los cómos y
cuándos para ser susceptibles de evaluación. De la misma forma el o los
objetivos que se establezcan como necesarios para lograr una meta deberán ir
acompañados de estrategias, es decir, de acciones puntuales que permitan lograr
esos objetivos.
Estas observaciones pueden parecer muy evidentes pero
parten de un hecho que también es mucho muy evidente y es que cada día podemos
ver frases motivacionales que impulsan lo mejor que tenemos para llevarnos a
alcanzar nuestros sueños, solo que esa motivación requiere de guía y dirección
para ello, curiosamente la motivación –como seguro muchos de nosotros hemos
experimentado-, puede venir de fuera, pero los objetivos y estrategias
necesariamente deben venir de nosotros pues solo nosotros sabemos nuestros
recursos y nuestras limitaciones para alcanzar estas metas.
¿Por qué esta serie de sugerencias?, pues por el simple
hecho de que la vida misma, por su propia naturaleza, implica acción y
dinamismo, pero en ocasiones esa acción y ese dinamismo puede ser puesto por factores externos, es
decir, que nuestras acciones estén en función, no de nuestras metas, objetivos
y estrategias, sino en función de la operatividad diaria que impongan esos
factores externos (trabajo, sociedad, amigos).
La vida es una serie de eventos en los cuales
interactuamos como actores de nuestra propia existencia, en la medida que esta
interacción sea pensada y voluntaria más dueños de nuestra vida seremos, es así
como debemos tener claridad en lo que queremos y en cómo lo lograremos, después
de todo sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde
querías.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo
puede verse en video en https://youtu.be/iF18iJmxwng
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