viernes, 24 de noviembre de 2017

Para iniciar tu vuelo lo primero es dejar de ver el suelo y alzar la vista hacia el horizonte


Las metas, sueños y objetivos que podemos plantearnos en nuestra vida, por definición se encuentran siempre hacia adelante, es decir, en nuestro futuro. Para llegar a ellas se requiere de esfuerzo, constancia, disciplina y pasión, siendo el paso inicial el fijar nuestra mirada, nuestra atención, en aquello que deseamos lograr.

Cuando hablamos de ir en pos de lo que deseamos, tal vez pueda sonar muy evidente el señalar que lo que debemos de hacer es fijarnos precisamente en eso que queremos, pero si analizamos un poco todos esos casos de quienes han quedado en el camino sin alcanzar lo que se propusieron, podremos darnos cuenta de que no es tan simple como lo pensamos.

Avanzar hacia una meta, un sueño, un objetivo, y consecuentemente alcanzarlo, implica que tenemos claro qué deseamos obtener y, en ese tenor de ideas, que ese algo que deseamos obtener tiene más peso incluso que los fracasos que en nuestra vida hemos tenido o los obstáculos que en nuestro andar hacia lo que queremos podríamos encontrar.

Ambas cosas, fracasos que en nuestra vida hemos tenido o los obstáculos que en nuestro andar hacia lo que queremos podríamos encontrar, detienen nuestro andar, pero aunque pudieran verse como lo mismo son diferentes. Una mira hacia el pasado como una carga, la otra mira hacia el futuro con un temor.

Los fracasos que en nuestra vida hemos tenido, por más que no queramos, siempre estarán en nuestro pasado, y si bien estos siempre nos sirven como experiencia adquirida, también van haciendo mella en nuestro ánimo al grado de que se convierten en unas cargas pesadas con las que queremos avanzar en nuestra vida.
Los obstáculos que en nuestro andar hacia lo que queremos podríamos encontrar, por el contrario, están en el futuro, un futuro al que podremos o no llegar. Si no llegamos igual nos infunden miedo por lo que podría llegar a pasar, pero si sí llegamos los mismos se convierten en un presente que inmediatamente pasa a ser un pasado convirtiéndose en lo que anteriormente vimos y haciéndonos más pesado nuestro andar.

Los fracasos que en nuestra vida hemos tenido no los podemos cambiar, de igual forma los obstáculos que en nuestro andar hacia lo que queremos podríamos encontrar no los podemos sortear para no enfrentarlos, pero lo que sí podemos hacer y ver, reflexionar, tomar conciencia, es sobre lo que queremos valorándolo al grado que nos permita avanzar incluso a pesar de los fracasos vividos o de los obstáculos que enfrentemos.

Si ante esta perspectiva no sientes que tu meta, sueño u objetivo pueda darte el ánimo, la firmeza, el valor que te permita andar por la vida, tal vez sea bueno analizar lo que te has propuesto pues pudiera ser que esto no fuera de tal relevancia, pertinencia o coherencia en tu vida como para alzarse por encima de  los fracasos vividos o de los obstáculos que enfrentemos.

Fija tu mirada en lo que deseas lograr y, si esto tiene el valor en tu vida para darte la fuerza para avanzar a pesar de  los fracasos vividos o de los obstáculos que enfrentemos, saca de él el ánimo, la firmeza, el valor que necesites,  después de todo para iniciar tu vuelo lo primero es dejar de ver el suelo y alzar la vista hacia el horizonte.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/qO7oiYWbcVs


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