El
ser humano es una confluencia de acuerdos y contradicciones, nuestra misma
naturaleza nos permite pensar, hablar y actuar, y cuando estas tres acciones
confluyen de manera congruente, puede decirse que se posee carácter.
Tal
vez el nombre de Eliot Spitzer no te diga mucho. Él era Gobernador del Estado
de Nueva York en Estados Unidos. En 2008 tuvo que renunciar a su puesto a causa
del escándalo sexual en el que se ha visto implicado después de que un artículo
publicado en 'The New York Times'
develara que estaba siendo investigado por el FBI por el uso de un servicio de
prostitución. El escándalo fue una gran sorpresa porque Spitzer, que antes de
entrar en política se había ganado la fama de ser un Fiscal General del Estado
implacable, y había construido toda su carrera política en base a su
inquebrantable ética.
Las
personas tenemos en nuestro interior luces y sombras, hay cuestiones tan
íntimas y personales que tal vez nunca las saquemos a la luz, el problema surge
cuando ideas, pensamientos y argumentos son hechos públicos estando luego en
contradicción con las acciones que uno hace. El problema de Spitzer no fue
tanto el delito que se le imputaba, sino la postura rígida, ética y legal que
él públicamente había adoptado contra el delito.
Esta
parte es muy importante. Uno no puede juzgar a los demás por las propias
convicciones que se tienen, hacerlo sería pretender imponer a otros nuestros
propios criterios, pero si puede evaluar las acciones ajenas a la luz de la
manera de pensar que las mismas personas tienen.
"Lo
que eres habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices", dice un
dicho, esto mismo se expresa de otra forma con la sentencia "las palabras
mueven, pero los hechos arrasan".
A
nadie le sorprendería que una persona que argumenta a favor de cualquier
postura, estemos o no de acuerdo, viviera de esa forma, lo que sí causa una
contradicción es cuando se defienden causas o posturas para luego ejecutar
acciones contrarias.
Políticos,
religiosos, educadores, líderes... todos como figuras públicas, como personajes
que mueven y crean conciencia, son constantemente evaluados por la opinión
pública en función de sus dichos pero más allá en función de sus acciones. La
acción define a las personas pues es la manera tangible, concreta y última de
expresión de cada individuo. Incluso puede decirse que la acción tiene mayor
peso pues para hablar solo se requiere expresar una idea, pero para actuar se
requiere la idea aunada a la actividad. Y cuando no hay congruencia en esto se
pierde por parte de los demás la confianza en uno pues nada garantiza mantener,
respetar y defender las posturas públicas con acciones concretas.
En
todos los ámbitos de la interacción humana hay que buscar la congruencia,
defender lo que uno piensa, vivir de acuerdo a las ideas y buscar transmitir
ese carácter a los demás, recuerda que si bien nuestros pensamientos nos guían
y nuestros dichos nos comprometen, son nuestras acciones las que nos definen
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/zkDLbvIMbmg
También puede descargarse gratis el libro "Liderazgo
Emprendedor 5", desde www.rocefi.com.mx (Menú
“Libros” Sección “e-book gratis”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario