Las
metas, sueños y objetivos que nos planteamos en la vida generalmente están
relacionados con el obtener, y en ese sentido en ocasiones podríamos decir que
tenemos éxito pero en otras no; independientemente de eso el proceso de lucha,
de esfuerzo, nos cambia para siempre.
Si
le pedimos a diez personas que nos hablen de uno de sus éxitos en la vida
siempre se referirán a algo que hayan buscado y que hayan logrado, raramente
encontraremos alguien que nos hable de algo que haya logrado conquistar pero
que no lo hubiese obtenido. Lógico, ¿verdad? Pero si lo pensamos un poco el
éxito puede tener varias caras.
Una
de esas caras, obvio, es la conquista de la meta, del sueño, del objetivo que
nos hemos fijado, pero la otra cara es lo que el esfuerzo por conseguir lo que
queríamos tuvo como efecto en nosotros.
Como
seres humanos tenemos un cuerpo, sí, pero también pensamientos, emociones,
incluso aspectos espirituales que se ven afectados, que son modificados, cada
que emprendemos una lucha, independientemente del resultado.
Esto
es importante saberlo y tenerlo presente pues muchas veces sí lograremos lo que
nos hemos planteado, pero en otras ocasiones no. Son en ambas situaciones
cuando debemos reflexionar sobre lo que la lucha ha tenido de impacto en
nuestra persona, valorar aquello que nos haya vuelto más, mejor, y con esa
conciencia seguir adelante.
Toda
lucha generará cambios en nuestro carácter, en nuestra valía, generalmente nos
habilitará para la siguiente lucha e incrementará nuestras habilidades por
encima de como las teníamos antes de emprender la búsqueda de lo que queríamos.
Es así que siempre será valioso sacar un inventario personal, íntimo, de
nuestra persona después de una lucha por algo, sea que logremos lo que
buscábamos o que no lo logremos.
De
igual forma esto nos pone en perspectiva para no creer que siempre que
obtenemos lo que queríamos habremos triunfado porque si eso implica terminar
peor como personas que cuando comenzamos la lucha habremos pagado un precio
mucho muy alto por conseguir lo que queríamos.
En
la búsqueda de los sueños, metas y objetivos que nos planteemos debemos tener
claridad en lo que buscamos, pero también, sobre todo al final, sea que
consigamos lo que queríamos o no, la conciencia de lo que la lucha tuvo en
nuestra persona después de todo triunfar
no siempre se refiere a "tener más", pero siempre significará a
"ser mejor".
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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