Muchas
veces en la vida, mientras vamos en pos de nuestras metas, sueños y objetivos,
nos desviamos del camino. Esto puede ser visto como una tragedia o como una
bendición, yo prefiero verlo como una bendición ya que incluso de las caídas,
de los tropiezos, de los fracasos momentáneos se puede aprender.
¿Cuántas
veces en la vida nos ha pasado que, a pesar de tener muy en claro lo que
queremos lograr, terminamos desviándonos de nuestro camino trazado? Ese
desviarse bien puede ser intencional o no, es decir, una desviación en nuestro
andar con conocimiento de causa o que simplemente por circunstancias ajenas a
nosotros se da.
Generalmente
ese desviarse de nuestro camino trae retraso en nuestro andar y frustración en
el mejor de lo casos o bien tropiezos y caídas considerables en el peor de
ellos.
Independientemente
de la causa de desviar nuestro andar en pos de las metas, sueños y objetivos
que nos hemos fijado, hay dos cosas que debemos tener en mente, una es que
siempre podemos retomar el camino perdido, y dos que de todo podemos aprender.
El
aprendizaje que experimentemos al desviarnos en nuestro andar puede ser
utilizado en construir nuestro proyecto de vida, si este es el caso
experimentaremos un crecimiento personal.
Como consecuencia de ese crecimiento personal vendrá una madurez cada
vez mayor. Y como parte de todo ello, volviendo al primer punto mencionado,
podremos retomar el camino en un estado mejor que cuando lo dejamos.
Ahora
bien, para aprender, crecer, madurar y continuar necesariamente debemos tener
una actitud de auto-responsabilidad, de no echarle la culpa ni a los demás ni a
las circunstancias y de hacernos dueño de nuestro propio destino, incluyendo
nuestro andar, con todo lo que ello implique y conlleve.
¿Qué
suena fácil pero que hacerlo es difícil? No te discutiré eso, sino que más bien
te diré que aunque tuvieras razón en eso, considero que aún más difícil es
aceptar nuestra suerte desviándonos de nuestro andar y dejándonos a la deriva
donde el destino quiera llevarnos.
Lo
que hay sido ya fue, pero lo que será será y en ese será la actitud que tomes,
pensamiento y acción, definirán hacia dónde te dirigirás y lo que finalmente
lograrás.
Si
mientras vas en pos de tus metas, sueños y
objetivos te desvías en tu camino, aprende, crece, madura y continúa,
después de todo perder el camino no es tan malo, además que siempre puedes
retomarlo, te permite ver paisajes que no conocías.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/Xc_DH-OISqk
También puede descargarse gratis el poemario del
mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del pensamiento
cristiano-, desde www.rocefi.com.mx (Menú
“Libros” Sección “de-book gratis”)
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