En
la vida tendremos muchas vivencias, muchas emociones, muchas opciones y muchas decisiones, tal vez más que muchas:
demasiadas; demasiadas en el sentido de darle a todo lo que vivimos y
experimentamos el mismo tiempo, los mismos recursos, la misma entrega. De ahí
la importancia de priorizar, decidir y avanzar.
Dice
un dicho que la vida es como un buffet en el sentido de que ofrece muchas
opciones de cómo vivirla, esta idea es más que cierta. Y como un buen buffet todo
lo que decidamos tiene un precio. Ese precio puede ser generalmente, tiempo,
dinero o esfuerzo que debamos dar a cambio de lo que queremos.
Ahora
bien, dado que uno no tiene tiempo, dinero o esfuerzo de sobra, el reto luego
entonces estriba en saber a qué vamos a destinarle aquello y en qué cantidad.
De ahí la importancia de saber priorizar, decidir y avanzar.
Priorizar
se refiere a saber darle los diferentes niveles de importancia a las cosas,
tangibles o intangibles, que encontramos mientras avanzamos en nuestra vida.
Dado que siempre es un poco complicado esto, sobre todo cuando tenemos muchas
opciones, piénsalo en función del final de tu vida, es decir, si ésta fuera a
terminarse y vieras atrás ¿qué tanta importancia le darías a las cosas sobre
las cuales tienes que decidir?
Decidirse
es precisamente una vez priorizado comenzar a trabajar aquello que hemos
decidido de mayor a menor importancia, lógicamente. Esto de decidir, luego
entonces, conlleva dos niveles: uno emocional y el otro intelectual. El
emocional tiene que ver con el nivel de compromiso emotivo que aquello por lo
que nos decidimos experimentamos, el intelectual tiene que ver con los tiempos
y las formas que tenemos que pensar para avanzar en pos de lo que queremos.
Por
último, el avanzar tiene que ver con movernos en pos de aquello que hemos
deseado, luchando y descansando. Así es: luchando y descansando. Luchar, obvio,
implica el esfuerzo que nuestras decisiones emocionales e intelectuales
imprimen a nuestro andar, descansando se refiere a esas veces que aminoramos la
marcha e incluso nos detenemos un momento para recuperar energía, aliento y
motivación.
Prioriza,
decidir y avanzar no es sino otra forma de entender, aceptar y tomar como
propia la idea de que nos forjamos nuestro propio destino y que esto implica
hacernos dueños de nuestras decisiones y sus consecuencias. Así que no lo
olvides: No descuides lo que vale. Prioriza, decide y avanza. ¡Pero no
desistas!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/vXe2EtDOqEs
También puede descargarse gratis el poemario del
mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del
pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx (Menú
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