En
el mundo exigente y competitivo de la actualidad, una manera de medir y medirnos
es precisamente a través de logro de metas, metas que generalmente
están
materializadas en cosas que se obtienen, pero detrás de esas cosas
siempre
estará nuestra persona, por lo que el hacer, el tener y el ser deben cuidarse,
cultivarse y trascenderse.
Yo
creo que a todos nos ha tocado saber vía noticias de algún famoso, sea éste un
cantante o actor, que termina de manera drástica sus días atentando contra su vida
por el gran vacío existencial experimentado. Dado que uno solo ve el glamour que
significa la fama tiende a creer que la vida de estas personas está plena llenándonos
noticias como esta de asombro y estupor.
La
frase “el dinero no hace la felicidad” todos la hemos escuchado, pero tampoco la
falta de éste la garantiza, la cuestión como en mucho de la vida humana es el término
medio, donde exista un equilibrio de los factores que nos hacen humanos y de
los valores que llenan nuestras vidas, ¿y cómo lograr este equilibrio? No descuidando
nuestro ser por nuestro tener.
La
vida actual exige y exige mucho, en ocasiones incluso tenemos que decidir entre
lo que pensamos y sentimos y entre lo que deseamos y queremos, esta lucha cobra
mayor fuerza cuando la consecución de nuestras metas requiere (o al menos así
lo vemos nosotros) el que traicionemos ciertos principios o valores personales,
pero esto no es así.
Es
verdad que en ocasiones no alcanzaremos la meta si es que no transigimos en ciertas
formas de pensar, pero hay que aclarar: no la alcanzaremos de esa forma pero (y
este es el gran pero que a veces se nos olvida) siempre hay más de una
forma
de alcanzar la meta.
Si
tienes que traicionar tus principios, tus ideas, tus valores, en una palabra tu
conciencia, para lograr lo que quieres, estarás pagando un precio mucho muy
alto por la meta. Pero eso no es todo: habrás aceptado que la meta (sea la que
sea) se erija como tu dueña y señora sometiéndote a las condiciones
establecidas.
Por
el contrario, cuando luchas y luchas y luchas, pero llegado el momento no sacrificas
lo que eres para conseguir la meta a toda costa, tenlo por seguro que comienza
a obrarse un milagro ya que te haces dueño y señor de tu vida, una persona que
decide por sí misma, y en esas condiciones se abren no uno sino muchos caminos
hacia la meta, y aunque así no fuera, créeme que lo que obtienes es mucho más
valioso: tu libertad como persona y tu integridad como ser humano.
No
confundas el tener con el ser, ambos van de la mano en esta vida pero el ser mueve
al tener, pensar y aceptar lo contrario es perder nuestra esencia para someternos
a los dictados de lo que deseamos obtener, así que no lo olvides cada día es
una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser más.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/-U_q_RAnN14
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