jueves, 29 de agosto de 2024

La fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra hacer de nuestro mundo un lugar mejor


 

Si observamos el mundo con detenimiento podremos ver cómo es que, a pesar de todo lo que aún nos falta por hacer, hay muchas áreas de la vida humana que han sido mejoradas por la acción de las personas a lo largo de nuestra historia, personas que en su momento buscaron mejores formas de ser, hacer y vivir. Esa fuerza, esa energía y esa visión es algo que todos traemos y que nos permite mejorarnos a nosotros mismos y por ende mejorar nuestro mundo.

 

En ocasiones surgen interesantes reflexiones simplemente al observar, ¿observar qué cosa?, lo que sea: el mundo, la sociedad, la naturaleza, nosotros mismos. Por ejemplo, observemos nuestro cuerpo. Un hecho interesante del mismo es que un hueso fracturado, una vez que sana, es más fuerte en el lugar donde sufrió la fractura que en el resto. Esto se debe a que el proceso de reparación del hueso lo refuerza redundantemente en la zona afectada para garantizar su funcionalidad.

 

Una vez observado eso, que es un mero hecho biológico, podemos traer la reflexión a nuestra vida. ¿Cuántas veces no hemos oído el dicho “lo que no te mata, te hace más fuerte?”, o para no ir tan lejos, ¿cuántos de nosotros conocemos alguna historia desgarradora donde su protagonista señala que tal o cual experiencia lo hizo más fuerte?

 

Es así como podemos ver el símil entre ambas observaciones: un evento que nos impacta por razones obvias genera en nosotros una capacidad reactiva que no solo nos permite adaptarnos al hecho sino superarlo, saliendo así fortalecidos de la experiencia por más fuerte que ésta sea.

 

Ahora bien, cuándo se habla de salir fortalecidos de tal o cual evento adverso no quiere decir salir duros, ásperos, rígidos, sino a salir mejores, más fuertes porque contamos con herramientas de vida para enfrentar situaciones adversas, más fuertes porque no solo hemos aprendido a vivir en este mundo sino a conocernos y mejorarnos como personas, más fuertes porque hemos desarrollado capacidades que nunca hubiéramos tenido si no nos hubiéramos enfrentado a esas pruebas.

 

Esa fortaleza luego entonces alude a nuestra propia humanidad y todo lo positivo que de ella emana: empatía, humildad, carácter, fuerza, optimismo, valor. Es una experiencia culmen que nos permite ir más allá de nuestras propias fuerzas solo para hacernos ver que somos más fuertes de lo que pensamos y que nos lleva en ocasiones más allá de nuestros propios límites solo para mostrarnos lo ilimitados que somos.

 

Piensa en un momento, un evento o una situación fuerte de tu vida que creíste nunca poder superar, ahora date cuenta de lo bueno que lograste sacar de esa situación, por lo menos el darte cuenta que el mundo no se acaba, que la vida sigue y que tú tienes la capacidad de seguir adelante.

 

La vida es dura, es difícil, es ardua, pero es precisamente eso lo que nos permite fortalecernos y mejorarnos, de la misma forma esa mejora repercute necesaria y forzosamente en el mundo en que vivimos, así que aprovechemos cada momento no tanto para ver hasta donde hemos llegado sino hasta donde podemos llegar, después de todo recuerda que la fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/ANVK5kr5k2k

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://bit.ly/3YjYptw

 


jueves, 22 de agosto de 2024

La lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando

 


La motivación tiene dos etapas cruciales, una es la que inicia todo proyecto o meta, la que nos mueve a empezar algo, la que nos incita a dar el primer paso; la otra es la que nos mantiene en el andar, la que nos sostiene cuando nos cansamos y la que nos da fuerza para levantarnos cuando caemos. Si bien estas dos etapas son importantes, la segunda requiere de mayor energía, voluntad y carácter.

 

Dicen que en una ocasión, a una persona que era muy dinámica y emprendedora, le preguntaron qué hacía para tener esa energía creativa, la respuesta fue que en realidad no hacía nada para tenerla, pero que sí hacía y mucho para recuperarla. Extendiéndose en la respuesta mencionó que cuando estaba motivado realmente lo único que ocupaba era darle cause a esa motivación, pero que cuando se desmotivaba, cansaba o deprimía acudía a las fuentes que podían darle nuevos bríos a su esfuerzo, ¿cuáles eran esas fuentes? Frases, artículos o libros de motivación.

 

En el andar por la vida uno va no solo entendiendo el mundo sino entendiéndose a sí mismo, este entendernos nos permite conocer los altibajos físicos, emocionales e incluso espirituales que todos experimentamos. Este entender implica aceptar que estos altibajos son parte integral de nuestra existencia como personas, pero de la misma forma identificar las maneras que tenemos para no ser víctima de esto sino partícipe.

 

Las personas que sufren de diabetes saben reconocer cuando su glucosa baja en el cuerpo y también la manera en que inmediatamente deben actuar para nivelarla antes de que se den más problemas, pues de la misma forma nuestra vida experimentará momentos en los cuales uno siente que el andar no lleva a ninguna parte y que todo el esfuerzo parece no tener expectativa de dar frutos, es precisamente en ese momento cuando podemos decidir entre sentirnos víctimas y pasivamente dejar que todo nos aplaste o hacernos co-partícipes del proceso y re auto-motivarnos (si se me permite esa expresión) para dinamizar de nuevo nuestra lucha.

 

Lo anterior contrariamente a lo que pudiera creerse no es algo fácil pues es como intentar avivar un fuego que ya se ha apagado, pero siguiendo ese mismo símil, un fuego no se aviva a sí mismo, requiere de fuego externo para reiniciarse. ¿Qué es lo que te motiva cuando estas “bien”?, frases, artículos, libros, personas, videos, canciones, debes aprender a reconocer esto para que ante ese bajón de la glucosa motivacional de nuestra vida podamos identificar lo que nos permitirá retomar los niveles existenciales requeridos para nuestro vivir.

 

Te voy a dar un último truco: cuando te encuentres sumamente motivado, escríbete una carta, graba tu voz o incuso un pequeño video (incluso una grabación de voz o un video en celular) donde tú mismo te hables a ti pensando en  ese momento de oscuridad que llegará (por que a todos nos llega), guarda ese mensaje a tuyo futuro y cuando llegue la etapa difícil léelo, óyelo o míralo para que veas cómo es que hay mucho de ti que no puedes tirar por la borda solo por un momento de dificultad.

 

Pero bueno, esa es solo una sugerencia, lo importante es tener algo que nos permita recuperarnos lo más rápido posible para que nuestro andar no se vea interrumpido.

 

Hay ocasiones en que, aunque no lo parezca, todo esfuerzo traerá en su momento frutos de excelencia y plenitud en nuestra vida, tal vez no como los esperábamos, pero sí como los necesitábamos, después de todo la lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/igr-P6Sp64M

 

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miércoles, 14 de agosto de 2024

Curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos


 El término "soñar" tiene dos usos comunes, uno es lo que experimentamos cuando dormimos, otro lo que hacemos cuando estamos despiertos, éste último "soñar" nos hace co-creadores de nuestra vida y nuestro mundo pues nos permite traer a la realidad nuestras ideas, nuestros sentimientos y nuestra trascendentalidad.

 

Ser humano es por naturaleza estar en constante inconformidad, el "¿cómo puede hacerse esto de una mejor manera?" es la pregunta que nos ha acompañado en toda nuestra historia. Desde las tablillas de arcilla hasta el papel reciclado, desde las señales de humo hasta los teléfonos celulares, desde las pinturas rupestres hasta las fotos digitales, todo es una evolución constante de las ideas para hacer las cosas cada vez mejores, más fáciles, más económicas o simplemente más agradables.

 

Podemos entonces decir que la evolución, el desarrollo de la sociedad, surge de la inconformidad, ¿y esto que nos dice?pues simplemente nos habla del increíble potencial que todos, tu y yo, tenemos pues constantemente estamos inconformes. Ponte a pensar en un solo día, digamos ayer, piensa en alguna situación que te haya causado inconformidad o frustración, pues ese sentimiento que muchos podríamos catalogar de negativo incluso indeseable, puede ser la fuente, la semilla, de grandes cambios e innovaciones. Ese es el sentimiento que muchos a lo largo de la historia han sentido ante situaciones, eventos u objetos, que los han llevado a pensar en otras formas de ser y hacer.

 

¿Pero qué es lo que generalmente sucede?, que ante la adversidad, en vez de enfocarnos en la solución, es decir, en el "¿cómo puede hacerse esto de una mejor manera?", nos enfocamos en el problema generando un circulo vicioso: problema-frustración que curiosamente y por lo general genera más problema y más frustración.

 

Si, sé que a veces cuando uno está frustrado ante una situación enfocarse en buscar una solución puede ser complicado, pero también es un hecho que muchas veces incluso con un sentimiento encontrado has mejorado las cosas, ¿un ejemplo? recuerda la última vez que estando recostado te diste cuenta que la almohada estaba tan mal acomodada que no te permitía descansar, tal vez incluso un poco molesto por este hecho te incorporas, arreglas la almohada y entonces sí descansas.

 

Ese ejemplo simple y sencillo es para mostrarte que la almohada de tu vida siempre tendrá algo que hacérsele para ser mejor, no puedes pensar que sola se arreglara y tampoco que los malestares que experimentes por sí solos arreglaran el problema, ¿que se requiere? solo dos cosas: pensar y actuar.

 

Todas estas ideas pueden ser aplicadas en toda tu vida: social, personal, profesional, familiar y ante cualquier situación. Solo es cuestión de que incluso cuando exista frustración o malestar pensar por un momento "¿cómo puede hacerse esto de una mejor manera?" lo cual te llevará a avanzar hacia mejores horizontes de desarrollo y superación, después de todo curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

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Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/zLbE68qavCE

 

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jueves, 8 de agosto de 2024

A veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de noche


 

Si en la vida no hubieran caídas ni traspiés, no habría manera de irnos fortaleciendo en nuestro carácter y en nuestra voluntad, las pruebas de la vida, incluso cuando se pierden, se vuelven tiempo después en ganancias en nuestra formación persona, pero para eso se requiere, a pesar de las adversidades, seguir avanzando.

 

Vamos viendo la siguiente trayectoria de un político: fracasado en negocios (1831), derrotado en elecciones para legislador (1832), otra vez fracasado en negocios (1833), derrotado en elecciones para orador (1838), derrotado para elector (1840), derrotado en elecciones para el Congreso (1843), derrotado para el Congreso (1848), derrotado para el Senado (1855), derrotado para vicepresidente (1856), y derrotado para el Senado (1858). Independientemente de quien sea esta persona, ¿qué opinas de su trayectoria? Y ahora, ¿qué dices si te comento que estamos hablando de Abraham Lincoln quien finalmente fue electo Presidente de los Estados Unidos en 1860, ¿una vida de fracasos o un entrenamiento para el éxito? Todo es cuestión de cómo lo veas.

 

Los fracasos nos prueban a todos nosotros, pero no nos prueban en el sentido de ver si estamos listos para algo o no, sino nos prueban para ir templando nuestro carácter y nuestra voluntad. Esa prueba, aunque en un momento dado lleguemos a reprobarla, nos da luz y discernimiento y si sabemos capitalizar nuestras caídas fortaleza y humildad.

 

Esta idea ya la hemos tocado anteriormente en algunas otras reflexiones, lo que quisiera en este momento compartir es la cuestión de continuar adelante, eso independientemente de lo relacionado con la voluntad y el carácter que implica sobreponerse a las pruebas de la vida. Y esta idea de seguir avanzando parte de un solo hecho mucho muy importante: no sabemos lo que nos depara el futuro.

 

Hay quienes caen y creen ya nunca podrán conseguir lo que se han planteado estableciendo así una profecía auto-cumplida: como creo no lo lograré dejo de intentarlo con lo que se hace real lo que creía de no poder lograrlo. El seguir avanzando nos forja el carácter y nos permite movernos de la situación existente hacia otra aún no existente pero que potenciamos con el solo hecho de desplazarnos física, emocional, intelectual e incluso espiritualmente de un estado del ser a otro.

 

Al movernos “a pesar de” se ponen en acción dos fuerzas dinámicas: una interna que nos fortalece al no condicionar nuestra motivación y esperanza en algo externo a nosotros sino a sustentarlas en nuestra esencia que como personas tenemos; la otra externa que nos potencializa de manera positiva hacia el logro de nuestros objetivos y metas.

 

En este orden de ideas, y como no sabemos qué es lo que el futuro nos traerá, el resultado de nuestra acción volitiva es de igual forma incierto, pero incluso en el peor escenario, es decir, en aquel donde no podamos lograr los objetivos y metas planteados, aún incluso en ese escenario hay ganancia pues la dinámica interna que se dio, y de la cual ya hablamos, queda en nosotros.

 

El caminar por la vida tiene su referente en el caminar por el mundo, a veces hay montes y a veces valles, a veces días despejados y a veces días lluviosos y a veces hay días con mucha luz y días con mucha oscuridad, lo importante es no detenerse, después de todo a veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de noche.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/CKnI--243Pg

 

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jueves, 1 de agosto de 2024

Cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo que hayas logrado sacarle a tu alma


 

El impulso motivador que todos buscamos para alentar nuestro andar por la vida debe ir en dos sentidos para estar equilibrado: hacia afuera al logro de metas y objetivos y hacia adentro para transformarnos constantemente en mejores y más trascendentes personas.

 

En ocasiones el término y sentido de lo que entendemos por motivación está profundamente relacionado con lo externo, con el logro de las metas y objetivos tangibles que nos hemos trazado: un proyecto, una formación, una familia, un trabajo, un negocio, un sueño. Pero de la misma forma todos esos logros deben ser el reflejo de las mejoras internas e intangibles que como personas estamos experimentando, algo así como lograr cada vez más siendo cada vez mejores.

 

Todos conocemos el término de “el camino fácil”, y no solo el término sino incluso la idea que resulta bastante tentadora de lograr lo que queremos de la vida de una manera fácil y rápida, aunque en ocasiones eso significa renunciar a lo mejor de nosotros mismos como personas.

 

Curiosamente ese “camino fácil” también es el camino más corto, no solo hacia la meta sino también de nuestro desarrollo persona. Lograr algo de una manera fácil (con todas las acepciones que ese término implica) no nos permite recorrer la vida a través del esfuerzo y la dedicación y por lo tanto no crecer en carácter como personas.

 

Es como la historia del que de repente se saca la lotería y termina despilfarrando la fortuna pues ésta no fue fruto del esfuerzo y la dedicación. En el caso del “camino fácil” lo que se despilfarra no es otra cosa que nuestra propia vida, finita y limitada en la cual estamos llamados a dar frutos y frutos en abundancia.

 

Hay un breve relato de una pareja de esposos que están juntos viendo el atardecer y el esposo le comenta a la esposa que algún día serán ricos, entonces la esposa le responde que ya son ricos, inmensamente ricos, pues se tienen el uno al otro, que en todo caso tal vez algún día tengan dinero.

 

El mundo actual vaciado hacia el logro personal y la conquista a través del esfuerzo puede llevarnos a descuidar eso que nos hace verdaderamente ricos y que, curiosamente es invaluable, y que es nuestra propia persona. Nuestros valores, nuestros ideales, nuestro carácter; todo eso son cuestiones que la vida pondrá a prueba, como el fuego al acero, para templarnos, para hacernos más fuertes y, sobre todo, para hacernos mejores.

 

Es bueno el tener, es bueno el lograr, es bueno el ganar, pero todo ello debe ser el reflejo de nuestro crecimiento como personas por lo que debe ir de la mano con la mejora interna de nuestro propio ser y mostrarnos y hablarnos de aquello que no podemos ver ni escuchar de otra forma.

 

Así como el fuego libera de las impurezas al oro, así las pruebas de la vida nos liberan del oro que hemos acumulado y que brilla bastante, pero que no somos nosotros pues nuestra esencia no es lo que llegamos a tener sino lo que llegamos a ser, así que recuerda que cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo que hayas logrado sacarle a tu alma.

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

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Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/AVj6F6-kzGo


También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://bit.ly/3YjYptw