Todos
queremos hacer más, tener más o ser más en esta vida, y eso está bien,
forma
parte del proyecto inacabado que como seres humanos cada uno de
nosotros
somos, pero en ese hacer, tener y ser no hay que olvidar que existe
también
el trascender.
Hacer,
tener y ser forman las tres facetas que necesaria y forzosamente tienen que ver
con el ser humano. Esas tres facetas pueden ser o bien viles o bien nobles.
Serán viles cuando te lleven por caminos y hacia resultados que te dañen, te
denigren, te hagan terminar peor que como comenzaste; serán nobles si por el contario
te benefician, te mejoran, hacen que al final el resultado en ti sea mejor que
como comenzaste.
Ese
hacer, tener y ser prácticamente no podemos eludirlo mientras estemos vivos, es
parte de nuestra propia naturaleza y de lo que somos. O dime, ¿conoces a alguien
que no haga, que no tenga o que no sea nada? Hacer, tener y ser son prismas que
reflejan nuestra esencia, pero con todo y todo esas no son las únicas facetas
que podemos tener en nuestra vida, sino que existe una cuarta: el trascender.
A
diferencia del hacer, tener y ser que son ineludibles en nuestra vida mientras estemos
vivos, el trascender es opcional, es algo que podemos llegar a conformar como
parte de nuestra vida pero que requiere de constancia, disciplina, esfuerzo y pasión
y una visión que exceda lo que hacemos, lo que tenemos y lo que somos.
De lo anterior lo más importante es lo último, es
decir, de esa visión que exceda lo que hacemos, lo que tenemos y lo que somos
ya que de manera natural nuestra vista está fija de una manera egoísta en
nosotros mismos, pero si nos damos cuenta (es decir, si ampliamos nuestro rango
de conciencia), formamos parte de una sociedad, si a esa sociedad la va bien a
nosotros también nos va bien, si a esa sociedad le va mal a nosotros también
nos va mal. Vivimos relacionándonos con otros seres humanos y como parte
sistémica de ese conglomerado la manera en que los ayudemos repercute
indirectamente en la forma en que nosotros mismos trabajamos en nuestro
proyecto de vida.
Pero si te fijas lo anterior requiere un grado de
conciencia que exceda al simple “yo” para incluir el “nosotros”. Y en ese
“nosotros” no solo entran las personas sino también la naturaleza, el medio
ambiente, todo lo que nos rodea. Respecto de esto último date cuenta cómo es
que no ha sido sino hasta muy reciente que nos hemos dado cuenta que el daño
que hacemos a la naturaleza, el medio ambiente y todo lo que nos rodea termina
por devolvérsenos y repercutir en nosotros.
Pero tú no tienes que esperar hasta que los efectos
de nuestra desidia egoísta nos afecten, en la medida de las posibilidades de
cada quien puede uno contribuir a mejorar este mundo, en cualquiera de sus
aspectos. Ahora bien, tal vez veas en esto una tarea titánica sino imposible y
tal vez tengas o no tengas razón, eso no lo voy a discutir, lo único que quiero
que tengas en mente es que independientemente de que logres algo en el mundo o
no, el sólo hecho de intentarlo te cambia, te mejora, te lleva por el camino de
la excelencia y te vuelve trascendente.
No estamos aquí solo para pasar por este mundo como
algo que vino y se fue y no significó nada sino para trascender haciendo cada
vez más, siendo cada vez más y teniendo cada vez más con un sentido
trascendental, después de todo las metas son nobles si te mejoran, pero son
trascendentes sin mejoran el mundo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/CAp5n7ZuWm0
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Palabra es Verdad -365 citas y reflexiones- Tomo 5”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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