Parafraseando
la expresión que dice que si quieres la paz prepárate para la guerra bien
podría decirte que si lo que quieres es caminar prepárate para las caídas.
A
nadie nos gusta cuando en la vida experimentamos tropiezos, caídas, fracasos,
pero una de las dos realidades sobre esto es que en algún momento todo
experimentaremos algo así; con todo y todo la otra realidad es que de esto
podemos aprender, mejorar y seguir avanzando.
Piensa
en las caídas que experimentes en la vida como en aquellas que experimentaste
cuando de pequeño comenzaste a caminar, ¿lo recuerdas? Tal vez tengas aún algún
recuerdo de esa etapa, incluso algún recuerdo físico de esas caídas. Pero
veámoslo de esta forma ¿qué hubiera pasado si, por temor al tropiezo, te
hubieras negado a aprender a andar?
La
vida es igual. Hay quienes no quieren experimentar ningún tropiezo, caída o fracaso
y en su interior no toman las decisiones para poder avanzar en la vida quedándose
atrofiados en cuanto a sus posibilidades. Si fuera aún más sincero contigo te
diría que no estás propiamente llamado a caminar o correr sino más bien a
volar. Obvio que esto es una paráfrasis para indicarte el increíble potencial que
tienes, pero de la misma forma para señalarte las inmensas posibilidades que existen
de que en algún momento tropieces, caigas, fracases.
Uso
esas expresiones para tratar de transmitir una idea no para señalar una realidad
por que el fracaso como tal solo existe cuando te das por vencido y dejas de
luchar. Mientras sigues en la pelea, es decir, que aun cuando tropieces o
caigas
te levantes y continúes avanzando, podemos decir que no has fracasado.
Y
de esto quiero señalarte algo. Las caídas pueden tener muchos factores:
físicos, mentales, emocionales, espirituales, internos o externos, pero cuando
decides levantarte y seguir en la lucha el único factor que tiene peso en esa
decisión es tu decisión.
El
levantarte de una caída implica que apliques razón, voluntad, percepción y atención,
y el hecho de seguir en la lucha implica que apliques constancia, disciplina,
esfuerzo y pasión.
Obvio
que cuando se experimenta un tropiezo, una caída, un fracaso, lo menos que uno
quiere o puede pensar es en levantarse y seguir luchando. Esto es normal, es
natural. Incluso podría decirte que es bueno y saludable tomar un respiro, un
descanso, dejar que las aguas tomen de nuevo su curso y entonces levantarse
para continuar la batalla de nuestra vida.
Es
un hecho que en la vida las caídas que experimentes en tu andar son algo prácticamente
ineludible pero esto no es un fatalismo que impida, con valor y con carácter,
el levantarte con mayor decisión a cada una de ellas, después de todo caerse
puede ser consecuencia de muchos factores, levantarse solo de uno: tú.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/DaAJPXZIOwM
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