A
nadie le gustan los malos ratos, los malos momentos que la vida pueda traer
consigo, pero en muchas ocasiones, una vez que esas malas experiencias se han
ido podemos darnos cuenta de que en algo han servido para nuestro
crecimiento
como personas.
Un
breve ejercicio que aplico en mis conferencias y talleres sobre liderazgo, emprendedurismo
y motivación: piensa en una mala experiencia que la vida te haya traído. Trata
de recordarla tal cual como fue en su momento así como las sensaciones y
pensamientos que esa experiencia generó en su momento en tu persona. Por
último, y aquí viene la parte interesante, aunque te cueste trabajo aceptarlo o
reconocerlo encuentra por lo menos una cosa positiva que dicha experiencia
también haya traído a tu vida.
En
el ejercicio menciono eso de que identifiques algo bueno que esa mala experiencia
te haya traído aunque eso te cueste trabajo, sea por aceptarlo o por reconocerlo,
ya que en mi experiencia de buenas a primera uno no está dispuesto a aceptar o
reconocer que una mala experiencia trajo algo bueno a nuestra vida.
En
lo personal en ocasiones he tenido que repetir el ejercicio hasta que los participantes
bajen la guardia y son capaces de, siendo objetivos, reconocer algo bueno que
esa experiencia haya traído a sus vidas.
Por
ejemplo casi siempre aparece como algo positivo que la mala vivencia dejó en la
vida de cada quien la cuestión de la experiencia. Por más mala que ésta haya sido
bien puede quien la experimentó señalar de que ya no le volverá a pasar algo
semejante por qué ha aprendido la lección. Aunque esto a veces se diga con un
dejo de amargura en muchas ocasiones es verdad ya que esa experiencia algo nos
hizo aprender que nos hará enfrentar mejor la vida.
Otra
respuesta muy frecuente también es la cuestión de la fortaleza, es decir, que tal
o cual mal experiencia hizo que tal o cual persona se fortaleciera a grados que
nunca hubiera imaginado de no haber sido por eso que paso. Claro que esto es difícil
reconocer pues generalmente las experiencias negativas traen malestar, incluso
dolor, pero es precisamente eso lo que hace que reaccionemos fortaleciéndonos
para enfrentarlas.
Una
última respuesta referida a esto es la generación de carácter, es decir, que a pesar
de las adversidades que uno estuviere experimentando es capaz de hacer lo
correcto aunque eso acarree problemas.
Tengo
que aclarar esto porque lo más probable es que en el ejercicio inicial no respondieras
con algo positivo que la mala experiencia que pensaste haya traído a tu vida,
pero una vez que te he ejemplificado estas respuestas ¿realmente no hay nada
bueno que esa mala experiencia haya traído a tu vida? Te pido lo vuelvas a intentar
de una forma objetiva, seria, fría.
Por
experiencia puedo decirte que hasta ahorita no me he encontrado una mala experiencia
que no haya traído algo bueno a la vida de la persona que lo experimentó, pero
–y aquí viene la paradoja- se requería de esa mala experiencia para que eso
bueno llegara a la vida de la persona, de ahí el título de este artículo.
Las
caídas, problemas y dificultades siempre estarán en nuestra vida, pero si somos
capaces incluso de ellos podemos aprender, fortaleceremos y desarrollar carácter,
después de todo la adversidad tiene objetivo, recuerda que se requiere obscuridad
para apreciar el brillo de las estrellas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/VvWzx_oF-xo
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Palabra es Verdad -365 citas y reflexiones- Tomo 5”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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